China da un giro para vencer los recelos a su pol¨¦mica Ruta de la Seda
Pek¨ªn re¨²ne a 37 jefes de Estado en la segunda cumbre de su iniciativa de bandera y promete m¨¢s transparencia y sostenibilidad del proyecto
La diplomacia china despleg¨® toda su artiller¨ªa este viernes con la celebraci¨®n del segundo foro sobre la Ruta de la Seda, proyecto clave del presidente Xi Jinping basado en la creaci¨®n de una enorme red de infraestructuras global que puede costar hasta un bill¨®n de d¨®lares. Su concepci¨®n en 2013 llam¨® la atenci¨®n de todas las capitales del planeta tanto por su ambici¨®n como por las inc¨®gnitas que rodeaban al plan. Hoy su expansi¨®n es innegable, pero persisten las preguntas sobre sus fines pol¨ªticos y viabilidad econ¨®mica. Xi trat¨® de despejar esas dudas con promesas de m¨¢s transparencia y sostenibilidad.
En la ceremonia de apertura de la cumbre, Xi dej¨® de lado las habituales promesas de miles de millones de euros en pr¨¦stamos para dar respuesta a las cr¨ªticas vertidas sobre el proyecto, basadas en la opacidad de los contratos o la rentabilidad de los proyectos. ¡°Tenemos un fuerte compromiso con la transparencia y la gobernanza limpia en esta cooperaci¨®n. Adoptaremos reglas y est¨¢ndares ampliamente aceptados y alentaremos a las empresas participantes a seguirlos en el desarrollo, operaci¨®n, adquisici¨®n y licitaci¨®n de los proyectos (...) Las leyes de los pa¨ªses participantes deben ser respetadas y tenemos la necesidad de asegurar la sostenibilidad comercial y fiscal de todos los proyectos¡±, asegur¨®. En esta l¨ªnea se prev¨¦ que la declaraci¨®n final del encuentro incorpore un lenguaje que aborde algunas de las preocupaciones de sus socios, con referencias m¨¢s claras en asuntos como la transparencia, los est¨¢ndares internacionales de inversi¨®n o la financiaci¨®n sostenible y la deuda.
No se trata de un cambio radical en comparaci¨®n con el enfoque inicial, pero muestra la voluntad de Pek¨ªn de reducir la velocidad y ajustar el plan por su bien a largo plazo. Dentro de China se oyen voces sobre el riesgo de estas inversiones o los posibles incumplimientos de los pr¨¦stamos. Las autoridades est¨¢n esbozando reglas para acotar qu¨¦ proyectos se integran en la iniciativa para evitar dar la imagen de que la nueva Ruta de la Seda es un caj¨®n de sastre en el que todo cabe.
Tambi¨¦n se ha mostrado cierta flexibilidad al renegociar algunos de los proyectos que estaban en peligro: en Malasia, por ejemplo, la construcci¨®n de una l¨ªnea ferroviaria en su costa oriental sigue adelante despu¨¦s de que China recortara su coste en casi un tercio del valor inicial.
LOS CAMINOS CONTEMPOR?NEOS
Un total de 37 jefes de Estado y 5.000 participantes de 150 pa¨ªses se re¨²nen entre este viernes y s¨¢bado en la capital china, cifras que superan con creces las delegaciones que asistieron a la primera cumbre celebrada en 2015. Para Pek¨ªn es el evento diplom¨¢tico del a?o y ha puesto todo su empe?o en convencer tanto a sus propios ciudadanos como a la comunidad internacional de que el proyecto est¨¢ siendo un ¨¦xito y que no hay nada que temer. Los cr¨ªticos aseguran que este plan es un instrumento de Pek¨ªn para dominar el mundo, mientras sus defensores defienden que es una especie de plan Marshall del siglo XXI que ayudar¨¢ a desarrollar regiones olvidadas. China ha logrado en estos ¨²ltimos a?os que 125 pa¨ªses respalden abiertamente su plan, entre ellos Italia, el ¨²nico miembro del G-7 que lo ha hecho, lo que ha provocado recelos tanto en Washington como en Bruselas.
Pek¨ªn ha desembolsado hasta el momento m¨¢s de 70.000 millones de d¨®lares para financiar proyectos como carreteras, puertos, l¨ªneas ferroviarias, puentes, oleoductos, centrales el¨¦ctricas o infraestructuras de telecomunicaciones en Asia, Europa, ?frica e incluso Latinoam¨¦rica, regi¨®n que queda muy lejos de la antigua Ruta de la Seda.
Pero el ambiente en el que celebra este foro es muy distinto de las grandes expectativas formadas en el encuentro organizado hace dos a?os. Pek¨ªn se ha encontrado con dificultades considerables, desde acusaciones de que el programa es una mera herramienta para expandir la influencia china fuera de sus fronteras a los problemas derivados en aquellos pa¨ªses que solicitan pr¨¦stamos para megaproyectos (que en ocasiones resultan comercialmente inviables o poco transparentes) y acaban atrapados en una espiral de deuda. Ha habido reveses, por ejemplo, en Malasia, Sri Lanka, Pakist¨¢n, Nepal, Maldivas, Myanmar o Etiop¨ªa.
¡°Con estos acuerdos, Pek¨ªn quiere mostrar su capacidad de adaptaci¨®n para asegurarse que la Ruta de la Seda sigue adelante y que estos incidentes son, en realidad, baches en el camino y no barricadas¡±, afirma Thomas Eder, investigador del Instituto Mercator de Estudios sobre China (MERICS). ¡°Pero incluso aunque se hable mucho de transparencia en esta cumbre y sobre c¨®mo lograr que otros pa¨ªses pueden beneficiarse m¨¢s de estos proyectos, la dificultad recae en su enfoque b¨¢sico, dise?ado para que ayude a la econom¨ªa china a crecer. Si China financia gran parte estos proyectos, probablemente nunca habr¨¢ licitaciones p¨²blicas y abiertas para los contratos principales, con lo cual las empresas extranjeras no se beneficiar¨¢n de ellos¡±, a?ade el experto. Hasta el momento, la participaci¨®n de empresas de terceros pa¨ªses en estos proyectos ha sido muy limitada y los contratos han sido monopolizados por empresas chinas. Tambi¨¦n ha habido denuncias de que estos proyectos no realizan estudios de impacto ambiental y social; Xi prometi¨® al respecto hacer prevalecer ¡°los criterios ecol¨®gicos¡±.
Espa?a, presente en el foro sin suscribir la iniciativa
Entre los jefes de Estado y primer ministros europeos que acudieron a la cita estaban los de Italia, Grecia, Portugal, Austria, Suiza, Rep¨²blica Checa, Hungr¨ªa y Serbia. Por la parte espa?ola viaj¨® a Pek¨ªn el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, en calidad de ¡°enviado especial¡± de Pedro S¨¢nchez, que no asisti¨® al evento debido a la inminente convocatoria electoral en Espa?a. En el primer foro de la Ruta de la Seda, hace dos a?os, acudi¨® el expresidente Mariano Rajoy.
Borrell reafirm¨® en Pek¨ªn la postura de Espa?a de no suscribir plenamente esta iniciativa china: "No es una actitud reactiva, pero queremos ver con m¨¢s detalle todos los niveles de compromiso que implica la firma de estos acuerdos, y en todo caso complementarlos con la estrategia que estamos dise?ando en Europa", asegur¨® en un encuentro con periodistas.
Durante la visita a Madrid del presidente chino, Xi Jinping, Espa?a s¨ª firm¨® un acuerdo para fortalecer la cooperaci¨®n en terceros mercados, algo que deber¨ªa facilitar la participaci¨®n de empresas espa?olas en proyectos dentro del marco en la Ruta de la Seda, actualmente muy escasa. ¡°Tenemos que insistir en el principio de reciprocidad: nosotros hemos abierto nuestros mercados y China no tanto los suyos. Una mayor reciprocidad deber¨ªa permitir que las empresas de infraestructuras que tiene Espa?a participen m¨¢s en estos proyectos¡±, dijo Borrell al respecto.
LAS CONEXIONES EN EUROPA
Pese a las cr¨ªticas, China no tiene previsto dar marcha atr¨¢s en un proyecto clave para la ¡°nueva era¡± de Xi Jinping, basada en una pol¨ªtica exterior m¨¢s asertiva con una clara intenci¨®n de ocupar un papel de protagonista en el escenario global. La nueva Ruta de la Seda fue incluida en 2017 en la Constituci¨®n del Partido Comunista. Apenas seis meses despu¨¦s, el ide¨®logo de la iniciativa, el presidente Xi, obtuvo el visto bueno de la formaci¨®n para permanecer en el cargo por el resto de su vida si as¨ª lo desea. El proyecto est¨¢ tan estrechamente ligado a su figura que la continuidad del presidente garantiza que su despliegue no se realizar¨¢ en a?os, sino seguramente durante d¨¦cadas.
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