Los ¡®chalecos amarillos¡¯ y los grupos radicales desdibujan a los sindicatos en Francia
Los violentos del 'black block' se enfrentan a la polic¨ªa y causan destrozos en la marcha en Par¨ªs
El principal damnificado del primer 1 de Mayo con los chalecos amarillos en Francia fueron los sindicatos, desdibujados ayer en una marcha en Par¨ªs salpicada por los choques entre manifestantes y fuerzas del orden. La fuerte presencia policial evit¨® un desbordamiento que tem¨ªan las autoridades. Pero el mensaje reivindicativo qued¨® en un segundo plano por los altercados que causaron los grupos violentos antisistema llamados black blocks.
El Primero de Mayo en Par¨ªs tuvo como protagonistas a los grupos radicales black block y a los chalecos amarillos, el movimiento sin l¨ªderes ni organizaci¨®n que canaliza un malestar profundo en la sociedad francesa. M¨¢s de 7.400 polic¨ªas y gendarmes se desplegaron en la capital para impedir la repetici¨®n de las escenas de caos y destrucci¨®n que se han visto en los ¨²ltimos seis meses de protestas. Los antidisturbios eran visibles a lo largo de toda la marcha, que empez¨® al pie de la Torre Montparnasse y termin¨® cerca de la plaza de Italia. Realizaron unos 15.000 registros previos y detuvieron a 288 personas, de las que 220 quedaron a disposici¨®n judicial.
Seg¨²n un recuento independiente, salieron a la calle en Par¨ªs 40.000 personas. El Ministerio del Interior, en un recuento a media jornada, rebaj¨® la cifra a 16.000 en Par¨ªs y 151.000 en otras 240 manifestaciones y actos pac¨ªficos y festivos en todo el pa¨ªs.
En la capital, los choques se produjeron antes incluso del inicio del itinerario, a las 14.30, y se repitieron al final, en torno a las 17.00. Un grupo del alborotadores penetr¨® en el recinto del hospital de la Piti¨¦-Salp¨ºtri¨¨re e inclus¨® intent¨® forzar la entrada en el servicio de reanimaci¨®n quir¨²gica, seg¨²n denunci¨® Martin Hirsch, director general de los Hospitales de Par¨ªs.
A la manifestaci¨®n, convocada por la CGT y otros sindicatos, convergieron grupos de chalecos amarillos, identificables por la prenda obligatoria en el autom¨®vil para casos de accidente, y los violentos black blocks. Algunos, seg¨²n adelant¨® el ministro del Interior, Christophe Castaner, proced¨ªan de otros pa¨ªses. Castaner preve¨ªa que asistieran entre 1.000 y 2.000 violentos. Entre los detenidos, figuran tres espa?oles que llevaban artefactos incendiarios y otros objetos contundentes, inform¨® Efe.
Gran parte de la marcha se desarroll¨® en un ambiente festivo y pac¨ªfico. Pero los nuevos grupos acabaron robando el protagonismo a los sindicatos, que tambi¨¦n forman parte del establishment, seg¨²n consideran muchos chalecos amarillos. ¡°Ya no sirven para nada. Son minoritarios¡±, dec¨ªa a mitad del recorrido un ferroviario ataviado con la prenda que se ha hecho popular entre los desencantados franceses en una cervecer¨ªa, uno de los pocos comercios abiertos. El ferroviario, empleado de la SNCF, la compa?¨ªa p¨²blica de ferrocarriles, ni votaba en las elecciones ni militaba en ning¨²n sindicato. Una mujer, en la mesa de al lado, le interrumpi¨® airada. ¡°Nosotros, cuando hacemos una manifestaci¨®n, somos 300.000. Deja de decir que somos minoritarios¡±, le espet¨® esta empleada de correos jubilada y militante de la CGT.
La sindicalista se refer¨ªa a la escasa capacidad de convocatoria de los chalecos amarillos, que suelen congregar a unos pocos miles de personas en Par¨ªs cada fin de semana. La paradoja es que, pese a que son pocos, han logrado un impacto importante en la pol¨ªtica francesa, hasta el punto de forzar al presidente Emmanuel Macron a modificar su agenda. Los sindicatos, en cambio, re¨²nen a m¨¢s simpatizantes, pero su efecto en las pol¨ªticas es escaso.
La dificultad para asumir el control del discurso y de la manifestaci¨®n se evidenci¨® cuando el secretario general de la CGT, Philippe Martinez, tuvo que abandonarla en medio de un confuso altercado. En un comunicado, la CGT denunci¨® ¡°una represi¨®n inaudita tras actos de violencia¡±, y se?alo que Martinez hab¨ªa recibido gases lacrim¨®genos. La Prefectura de la polic¨ªa de Par¨ªs neg¨® que el l¨ªder sindical hubiera sido objetivo de sus agentes. Deb¨ªa ser el 1 de Mayo rojo, amarillo y negro. Rojo por los sindicatos tradicionales. Amarillo por los chalecos amarillos. Y negro por los black blocks. Al final, fue una jornada m¨¢s amarilla y negra que roja
Prueba a Macron
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, se examinaba ayer. Pon¨ªa a prueba, primero, la nueva doctrina de mantenimiento del orden ¡ªm¨¢s contundente¡ª que se aprob¨® en marzo tras un fin de semana en el que los chalecos amarillos destruyeron varios comercios en los Campos El¨ªseos de Par¨ªs. Las autoridades disponen de un nuevo arsenal legislativo que permite, por ejemplo, las detenciones preventivas.
Este 1 de Mayo deb¨ªa servir para calibrar el descontento con las pol¨ªticas de Macron y la respuesta a la bajada de impuestos a las clases medias anunciada la semana pasada para apaciguar la c¨®lera de los chalecos amarillos. Los altercados lo empa?aron todo.
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