Interpol busca a un exgobernador mexicano por las torturas a la periodista Lydia Cacho
Mario Mar¨ªn est¨¢ acusado de violentar a la reportera en 2005 cuando public¨® una investigaci¨®n sobre una red de explotaci¨®n infantil
El plan de Mario Mar¨ªn para mayo era trabajar en la campa?a del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones de Puebla. La agenda del exgobernador cambi¨® s¨²bitamente despu¨¦s de que el 12 de abril una jueza orden¨® su arresto y ¨¦l opt¨® por la fuga. Mar¨ªn est¨¢ acusado de colaborar, en diciembre de 2005, con el empresario Kamel Nacif en la tortura de la periodista Lydia Cacho, que hab¨ªa publicado Los demonios del Ed¨¦n, una investigaci¨®n sobre una red de trata y explotaci¨®n infantil en el Estado de Quintana Roo. El rostro del exgobernador est¨¢ ahora en todas las oficinas de migraci¨®n y comisar¨ªas del mundo: le busca la Interpol para llevarlo ante la justicia mexicana.
Cacho ha denunciado por m¨¢s de una d¨¦cada que en diciembre de 2005 fue detenida ilegalmente en Quintana Roo por diez personas que aseguraron ser polic¨ªas del Estado de Puebla. Tras el arresto, siguieron 20 horas de viaje por tierra desde el sureste mexicano hasta el centro del pa¨ªs. Durante el trayecto, los agentes la torturaron psicol¨®gicamente, la acosaron sexualmente y la amenazaron de muerte. Cacho estuvo en prisi¨®n una semana acusada de difamar a diversos empresarios con la publicaci¨®n de su investigaci¨®n. Un par de meses m¨¢s tarde y tras la filtraci¨®n de algunas llamadas telef¨®nicas se supo que todo esto ocurri¨® con el consentimiento del entonces gobernador Mario Mar¨ªn.
Todo M¨¦xico escuch¨® la ma?ana del 14 de febrero de 2006 la conversaci¨®n telef¨®nica entre Mar¨ªn y Nacif:
¡ªQu¨¦ pas¨® mi g¨®ber precioso, mi h¨¦roe chingao
¡ªNo, t¨² eres el h¨¦roe de esta pel¨ªcula pap¨¢. Ya ayer acab¨¦ de darle un pinche coscorr¨®n a esta vieja cabrona. Le dije que aqu¨ª en Puebla se respeta la ley.
A pesar del esc¨¢ndalo, Mar¨ªn solo se llev¨® consigo a casa el apodo de ¡°g¨®ber precioso¡±. Durante 13 a?os nunca fue cuestionado sobre su injerencia en el caso de Cacho. Hasta ahora. El a?o pasado la Organizaci¨®n de la Naciones Unidas (ONU) reconoci¨® que los derechos de la periodista fueron violentados y exigi¨® al Gobierno mexicano reparar el da?o a Cacho y procesar a los responsables. El 10 de enero, el Estado ofreci¨® una disculpa p¨²blica a la periodista y garantiz¨® que llevar¨ªa ante la justicia a Mar¨ªn y a Nacif. ¡°Le demostramos al nuevo gobierno que ya las autoridades ten¨ªan el 90% del material probatorio, lo que estorbaba eran la corrupci¨®n, el tr¨¢fico de influencias y la ineficacia institucional¡±, cuenta Cacho a EL PA?S.
Adem¨¢s del exgobernador y el empresario, la b¨²squeda tambi¨¦n incluye al exjefe de la Polic¨ªa Judicial de Puebla, Adolfo Karam, quien contribuy¨® operativamente en la detenci¨®n ilegal de la periodista. En Puebla, el pol¨ªtico del PRI goz¨® durante varios a?os de la protecci¨®n de diversos actores pol¨ªticos aunque su partido tambi¨¦n sufri¨® all¨ª la misma debacle que en el resto del pa¨ªs ante el ascenso del Movimiento de Regeneraci¨®n Nacional (Morena), liderado por Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. En el municipio de Coyotepec, de donde es originario Mar¨ªn, no se le ha visto en el ¨²ltimo mes y tampoco se ha comunicado con sus colaboradores, seg¨²n informa la prensa local. ¡°Vamos a ir hasta las ¨²ltimas consecuencias legales buscando su sentencia, cuando los encuentren ah¨ª vamos a estar¡±, dice Cacho.
La periodista ha vivido los ¨²ltimos 12 a?os bajo estrictas medidas de seguridad, incluso dejando M¨¦xico en algunas temporadas, tras recibir diversas amenazas de muerte.¡°Quiero vivir para sentenciarlos; es la ¨²nica forma de sentar precedentes sobre las redes de trata de ni?as y ni?os que terminan en tortura de testigos y asesinatos de periodistas y defensoras de derechos humanos¡±, se?ala Cacho. Hay autom¨®viles blindados, telefon¨ªa encriptada, siete escoltas y todo un dispositivo de seguridad alrededor de ella que ha sido reforzado tras la fuga del exgobernador. ¡°Soy la testigo principal de estos juicios y estar¨¦ all¨ª para ratificar todo lo necesario. Esta no es mi hambre de justicia, es la de un pa¨ªs entero hastiado de que le regalen guerra y miedo para comer cada d¨ªa¡±, defiende.
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