Espa?a dise?a una estrategia para ganar presencia en las instituciones europeas

Espa?a busca influir m¨¢s en una Uni¨®n Europea que encara los mayores retos de su historia. Para lograrlo, importan las ideas, pero tambi¨¦n los cargos. La representaci¨®n espa?ola en los puestos clave de Bruselas se ha resentido enormemente en los ¨²ltimos a?os. El declive, que comenz¨® en la ¨¦poca de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, se acentu¨® en el periodo del rescate bancario a Espa?a, a partir de 2012. Con la perspectiva de continuar en el poder, el Gobierno espa?ol est¨¢ dise?ando una estrategia para situar a espa?oles en puestos clave.

M¨¢s informaci¨®n

El 74% cree que la UE beneficia a Espa?a

El Ministerio de Exteriores lleva varios meses perge?ando un plan para ganar peso en las instituciones europeas. El Gobierno trabaja en dos l¨ªneas. La primera, inspirada por Josep Borrell cuando se convirti¨® en jefe de la diplomacia, consiste en fomentar la presencia de cargos intermedios en Bruselas. La segunda, reforzada por Pedro S¨¢nchez, se centra en asegurar la presencia de socialdem¨®cratas ¡ªy eventualmente de alg¨²n espa?ol¡ª en los principales puestos de responsabilidad de la UE, hoy copados por cargos del Partido Popular Europeo.

Espa?a ha boxeado muy por debajo de sus posibilidades en todas las instituciones en los ¨²ltimos a?os, en parte como consecuencia de su debilidad econ¨®mica, en parte por la falta de estrategia de los Gobiernos del PSOE y del PP. El equipo socialista surgido de la moci¨®n de censura del pasado 1 de junio tom¨® enseguida conciencia de estas lagunas. Pero parad¨®jicamente, la configuraci¨®n del Ejecutivo agrav¨® coyunturalmente el problema. La elecci¨®n de Nadia Calvi?o ¡ªantes directora general de Presupuesto en la Comisi¨®n Europea¡ª como ministra de Econom¨ªa; de Luis Planas ¡ªsecretario general del Comit¨¦ Econ¨®mico y Social Europeo¡ª como titular de Agricultura, y de Cristina Gallach ¡ªalta funcionaria del Consejo de la UE¡ª como alta comisionada para la agenda 2030 de la ONU agrav¨® la infrarrepresentaci¨®n espa?ola en Bruselas. El movimiento coincidi¨® con la jubilaci¨®n anticipada de uno de los directores generales espa?oles con mayor trayectoria, Xavier Prats. El resultado es que, de los tres o cuatro directores espa?oles que ha habido de media en el Ejecutivo comunitario ¡ªun marcador bastante modesto¡ª, se ha pasado a dos.

Aunque la intenci¨®n de fomentar la presencia de espa?oles en la sala de mandos de Bruselas existe desde el a?o 2000, fuentes de Exteriores confirman que ahora existe una intenci¨®n estrat¨¦gica y estructurada para incentivarla. El objetivo es que no haya que postular a nadie, de manera improvisada, para el primer hueco que surja, sino mantener un plan de promoci¨®n de cargos medios y favorecer la preparaci¨®n interna para ese tipo de puestos.

Junto a esa estrategia, Espa?a tiene oportunidades inmediatas de ganar relevancia en Bruselas. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se re¨²nen el pr¨®ximo 28 de mayo en una cumbre informal en Bruselas para esbozar, ya con los resultados de las elecciones europeas en la mano, el reparto de los principales cargos comunitarios. Tras los comicios habr¨¢ que elegir cuatro: presidencia del Consejo, de la Comisi¨®n y del Parlamento, adem¨¢s de alto representante, la cabeza visible de la UE para las relaciones exteriores. En liza est¨¢ tambi¨¦n el Banco Central Europeo (BCE), cuyo presidente, Mario Draghi, concluye su mandato en noviembre. ¡°Espa?a tiene que jugar un papel determinante en la futura Comisi¨®n Europea¡±, asegur¨® S¨¢nchez en la ¨²ltima cumbre europea, celebrada el d¨ªa 9 en Sibiu (Rumania).

La ¨²nica gran instituci¨®n que ha encabezado Espa?a ha sido el Parlamento Europeo; la ¨²ltima vez, con Josep Borrell, de nuevo candidato por el PSOE a integrar esa instituci¨®n. En la Comisi¨®n, Manuel Mar¨ªn, que era vicepresidente en la ¨¦poca de Felipe Gonz¨¢lez, ocup¨® la presidencia, aunque de manera interina (apenas dos meses en 1999), tras la ca¨ªda del equipo del entonces presidente, Jacques Santer.

Para la pr¨®xima legislatura, las opciones, a¨²n por perfilar, estar¨ªan en ocupar una gran vicepresidencia en el Ejecutivo comunitario, con m¨¢s poder que las actuales, o la posici¨®n de alto representante, que ya desempe?¨® Javier Solana en 1999, cuando se cre¨® ese puesto.

La erosi¨®n en la Comisi¨®n ha sido especialmente elocuente en el ¨²ltimo mandato. Joaqu¨ªn Almunia ocup¨® durante 10 a?os ininterrumpidos (entre 2004 y 2014) cargos muy destacados, primero Econom¨ªa y luego Competencia, con rango de vicepresidencia. Con el inicio de la ¨²ltima legislatura europea, en 2014, Mariano Rajoy postul¨® a Miguel Arias Ca?ete, aunque el presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, hab¨ªa sugerido a los gobernantes que ten¨ªan m¨¢s opciones de lograr un buen puesto en el colegio de comisarios si presentaban mujeres, infrarrepresentadas en Bruselas. Rajoy mantuvo su elecci¨®n y Ca?ete logr¨® la cartera de Energ¨ªa y Acci¨®n por el Clima, muy destacada para los retos medioambientales de Europa, pero sin estatus de vicepresidencia.

La falta de estrategia espa?ola contrasta con la de otros grandes pa¨ªses, como Italia, que tiene una nutrida representaci¨®n en la c¨²pula comunitaria. Tambi¨¦n con la de algunos peque?os, como Portugal, que despliega una diplomacia muy activa y que ha colocado a dos de sus ciudadanos (Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso como presidente de la Comisi¨®n y Mario Centeno como actual presidente del Eurogrupo) en Bruselas y, fuera de la UE, a Ant¨®nio Guterres como secretario general de la ONU. La ausencia de m¨²sculo ha impactado, adem¨¢s, en una p¨¦rdida de voz espa?ola en las contribuciones a la reforma de la UE.