Espa?a, del eje francoalem¨¢n a la tierra de nadie
Espa?a trata de recuperar el protagonismo europeo tras a?os de apat¨ªa
Espa?a derrocha europe¨ªsmo, pero encuentra dificultades para traducirlo en pol¨ªticas comunitarias. Con las elecciones de este domingo, el pa¨ªs busca recuperar el protagonismo que se labr¨® en los primeros a?os de pertenencia a la Uni¨®n Europea y que se ha esfumado en los ¨²ltimos tiempos. En las m¨¢s de tres d¨¦cadas de integraci¨®n, Espa?a pas¨® por una fase inicial de aliada casi incondicional de Berl¨ªn y Par¨ªs hasta quedarse aislada, en terreno de nadie, como consecuencia de la crisis financiera y de la falta de sincron¨ªa con el eje francoalem¨¢n. Ahora las autoridades promueven una suerte de alianzas m¨®viles para ganar influencia en Bruselas: con Francia para la reforma del euro, con Alemania para cuestiones relativas al Estado de derecho, y con Holanda para los desaf¨ªos del cambio clim¨¢tico.
Fuentes comunitarias reconocen que, como cuarta econom¨ªa del euro y ¨²nico pa¨ªs grande con una opini¨®n abrumadoramente a favor de Europa, Espa?a puede reivindicar parte de un liderazgo que se ha fragmentado y que ya no depende solo de Alemania y Francia. Pero las fuentes diplom¨¢ticas consultadas advierten tambi¨¦n de un riesgo: quedarse fuera de las alianzas pol¨ªticas y geogr¨¢ficas que se est¨¢n configurando en la UE y acabar no siendo imprescindible para ninguna de ellas.
La experiencia de los ¨²ltimos a?os muestra que a Espa?a le ha ido mejor en la UE cuando ha hecho sonar su voz con claridad y no se ha limitado a ejercer de c¨®mplice de las iniciativas francoalemanas. Un protagonismo que hab¨ªa deca¨ªdo en los ¨²ltimos a?os, pero que algunos analistas vuelven a atisbar en las posiciones espa?olas mostradas en las ¨²ltimas cumbres europeas. ¡°Espa?a ten¨ªa una capacidad imaginativa extraordinaria, basada en dos ejes: el mediterr¨¢neo y el latinoamericano. Su papel resultaba fundamental. M¨¢s tarde, los problemas dom¨¦sticos, especialmente la crisis econ¨®mica, enfriaron ese protagonismo¡±, analiza Jos¨¦ Enrique Ruiz-Dom¨¨nec, catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Este experto en Europa defiende que Espa?a ¡°pueda equilibrar el mecanismo del eje francoalem¨¢n, como un factor de mediaci¨®n entre esas dos potencias¡±.
Estas son las grandes ¨¢reas de influencia ¡ªy de perfil bajo, seg¨²n la fase¡ª en las que se han implicado hist¨®ricamente las autoridades espa?olas:
Econom¨ªa. ¡°Espa?a no apoya la propuesta, pero podemos ponernos de acuerdo¡±. La frase se atribuye a Pedro Solbes durante su primera etapa como ministro de Econom¨ªa y Hacienda (1993-1996) y resume la posici¨®n que la mayor¨ªa de los gobiernos espa?oles manten¨ªan en las negociaciones con sus socios comunitarios en el seno de los Consejos de Ministros de la UE. Una posici¨®n constructiva, pero exigente, que part¨ªa de sumarse, casi sin titubeos, a las iniciativas para avanzar en la integraci¨®n europea siempre y cuando se preservasen los intereses nacionales considerados vitales.
Esa estrategia permiti¨® a Espa?a secundar ¡ªy a veces hasta liderar¡ª los proyectos clave. Fue socia fundadora de la uni¨®n monetaria (el t¨¦rmino euro se pact¨® durante una cumbre en Madrid bajo presidencia espa?ola) e impuls¨® la actual pol¨ªtica de cohesi¨®n, que ha permitido transformar las infraestructuras no solo espa?olas, sino de todos los pa¨ªses de la Europa meridional, central y oriental.
Pero la confianza mutua se quebr¨® en 2010, cuando estall¨® la crisis del euro y Espa?a se encontr¨® al borde de la quiebra. A partir de ese momento y hasta 2014, sobre todo, la influencia espa?ola se diluy¨® en un ¨¢rea en la que hab¨ªa tenido una voz importante.
¡°Los dos Gobiernos de Mariano Rajoy mantuvieron un perfil bajo, en particular y de manera sorprendente, en la reforma de la zona euro¡±, lamenta Camino Mortera-Mart¨ªnez, investigadora del Centre for European Reform. Esos Ejecutivos ¡°estaban interesados en ser el buen alumno de la austeridad para evitar el rescate", se?ala Mortera-Mart¨ªnez. A pesar del repliegue, la aportaci¨®n espa?ola fue importante incluso durante esa traves¨ªa del desierto, seg¨²n Karel Lanoo, consejero ejecutivo del think tank CEPS. ¡°Espa?a se ha recuperado, a diferencia de Italia, y ha demostrado que puede acometer reformas muy importantes, a diferencia de Francia. Esa es una gran aportaci¨®n al conjunto de la zona euro¡±, asegura Lanoo.
Integraci¨®n. Los rasgos pol¨ªticos de la integraci¨®n europea, sean los de la libertad, el Estado de derecho o la democracia, siempre pesaron m¨¢s en los deseos de Espa?a para incorporase al club comunitario que los llamados fondos estructurales, que hasta 1988 eran muy inferiores a los actuales (el 16% del presupuesto comunitario, frente al 33% actual). Una de las aportaciones espa?olas m¨¢s destacadas en ese terreno fue la propuesta de introducir el concepto de ¡°ciudadano europeo¡± en los tratados, objetivo que se consigui¨® finalmente en 1992. Esa fue la base para desarrollar posteriormente la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, que se ha convertido en un pilar de las libertades y los derechos dentro del club.
Justicia. La huella espa?ola tambi¨¦n es evidente en muchas iniciativas de este ¨¢mbito. Espa?a fue uno de los siete pa¨ªses que estrenaron en 1995 la supresi¨®n de los controles en las fronteras internas prevista en el acuerdo de Schengen. Cuatro a?os despu¨¦s, en la cumbre de Tampere (Finlandia), se pon¨ªa en marcha la creaci¨®n de un espacio judicial europeo del que nacer¨ªa la llamada euroorden de detenci¨®n y entrega, que simplific¨® muchos procesos de extradici¨®n. Esa iniciativa, impulsada por Londres, sali¨® adelante en gran parte gracias al Ejecutivo de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, empe?ado entonces en acabar con la presencia de terroristas de ETA en algunos pa¨ªses europeos (Francia en particular).
Migraci¨®n. Esta pol¨ªtica, en la que Espa?a ha desempe?ado un papel desigual, se ha convertido en medular para la UE. La experiencia espa?ola en el freno a los cayucos que llegaban a las costas en 2006 la convirti¨® en modelo de gesti¨®n de flujos en Bruselas. Pero a la hora de aplicar recetas similares de cooperaci¨®n con terceros Estados, a ra¨ªz de la crisis desencadenada en 2015, la paternidad de los proyectos la asumi¨® Italia. ¡°Se esperaba que Espa?a desempe?ara un papel mayor porque ten¨ªa experiencia en el control de las fronteras mar¨ªtimas¡±, argumenta Mar¨ªa Pallares, de Friedrich-Ebert-Stiftung, fundaci¨®n alemana de tinte socialdem¨®crata.
Espa?a ensay¨® en este terreno, y bajo el mandato de Rajoy, una alianza contranatura. Para sorpresa de las instituciones comunitarias ¡ªy pese a que la opini¨®n p¨²blica espa?ola no lo respaldaba¡ª, el Gobierno se aline¨® con el bloque del Este al contestar el reparto de refugiados que propon¨ªa la Comisi¨®n Europea. M¨¢s tarde se corrigi¨® ese impulso inicial y se propici¨® un acercamiento a Italia, el pa¨ªs que deber¨ªa haber sido su aliado natural en este terreno porque ambos comparten retos similares como frontera sur de la UE. El movimiento no prosper¨®; la irrupci¨®n del populismo de Matteo Salvini en el ¨¢mbito migratorio de Roma cort¨® casi todos los puentes.
Medio ambiente. Espa?a trata de recuperar el terreno perdido en ese ¨¢mbito, que el Gobierno en funciones de Pedro S¨¢nchez exhibe como bandera. Espa?a ha impulsado en Bruselas la llamada agenda 2030, los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU y que a¨²nan la transici¨®n ecol¨®gica, el feminismo y la educaci¨®n, entre otros. Para afianzar estos objetivos, el pa¨ªs se aparta de sus alianzas cl¨¢sicas y opta por otras ad hoc. Frente al modelo de alineamiento con el eje francoalem¨¢n, Espa?a se acerca a Holanda y a Suecia para acelerar las medidas contra el calentamiento global.
Una reciente carta rubricada por Espa?a y otros siete pa¨ªses insta a fijar 2050 como el plazo m¨¢ximo para lograr que se emita la misma cantidad de gases de efecto invernadero que se pueden absorber, lo que se conoce como neutralidad clim¨¢tica.
Exteriores. No ha sido el ¨¢rea de mayor influencia espa?ola, pese a su posici¨®n privilegiada de cercan¨ªa con ?frica y lazos con Am¨¦rica Latina. Dos de los principales hitos atribuibles a Espa?a han sido, adem¨¢s, revertidos posteriormente porque acabaron perjudicando a Europa. El m¨¢s sonado fue la guerra de Irak, en el que Aznar se puso del lado atlantista (con Estados Unidos, Reino Unido y Portugal, en la famosa foto de las Azores) al defender la intervenci¨®n militar. El otro hito, la posici¨®n com¨²n que aisl¨® a Cuba y le impidi¨® el contacto institucional con la UE durante 20 a?os, tambi¨¦n estuvo inspirado por Aznar.
M¨¢s recientemente, la crisis de Venezuela ha dado a Espa?a otra oportunidad de liderar la pol¨ªtica hacia Latinoam¨¦rica, con resultados poco concluyentes: el grupo de contacto que promovi¨® el ministro Josep Borrell es recibido por ambas partes ¡ªr¨¦gimen y presidencia interina¡ª, pero sin avances significativos en el desbloqueo de la crisis.
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