Indiana Jones en la Uni¨®n Europea
La UE ha logrado salir adelante porque sus integrantes ten¨ªan muy claro que cre¨ªan en la Uni¨®n. Sin confianza, se producir¨ªa una grave par¨¢lisis
Indiana Jones, la serie de pel¨ªculas de aventuras protagonizadas por Harrison Ford, se basaban en el cine escapista de los a?os treinta y cuarenta. Los guiones siempre repet¨ªan, m¨¢s o menos, el mismo esquema: el h¨¦roe se met¨ªa en todo tipo de l¨ªos de los que parec¨ªa imposible salir vivo, pero al final consegu¨ªa superar los obst¨¢culos sano y salvo. El principio de En busca del Arca Perdida ¡ªuno de los mejores arranques de la historia del cine¡ª es un resumen perfecto del g¨¦nero: Indiana se enfrenta a trampas mortales y dardos venenosos, sobrevive a una piedra gigante que est¨¢ a punto de aplastarle, para acabar meti¨¦ndose en un avi¨®n con una serpiente. Y es solo entonces cuando empiezan sus aut¨¦nticos problemas.
Los avances en la construcci¨®n europea se basan en el mismo principio: cuando todo parece imposible y todas las batallas est¨¢n perdidas, cuando el h¨¦roe (que en este caso es el futuro de todos sus ciudadanos frente a los ego¨ªsmos nacionales) parece a punto de caer por un precipicio aparece una soluci¨®n improbable que, sin embargo, funciona. Desde aquella cumbre celebrada en Dubl¨ªn el 30 de noviembre de 1979, que acab¨® como el rosario de la aurora cuando Margaret Thatcher exclam¨® antes sus socios (que entonces eran nueve) que quer¨ªa que le devolviesen su dinero, la UE ha avanzando de desastre en desastre hasta una construcci¨®n mucho m¨¢s fr¨¢gil de lo que puedan indicar los logros conseguidos hasta ahora: una uni¨®n de 28 Estados (tal vez 27), muchos de ellos recientes dictaduras, gran parte de los cuales comparten una moneda y han renunciado al control de las fronteras interiores.
Tantas cumbres han acabado de madrugada que, hace tres a?os, el presidente del Consejo, Donald Tusk, propuso que se europeizasen los horarios, esto es, que los consejos empezasen pronto, mientras que Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso sostuvo cuando era presidente de la Comisi¨®n que era "inaceptable que las cumbres se planteasen como combates de boxeo". Pero al final siempre se impon¨ªa la sensaci¨®n de que alguien se sacar¨ªa una soluci¨®n de la chistera, como el empresario teatral que interpretaba Geoffrey Rush en Shakespeare in love. Por muchas cat¨¢strofes que se produjesen antes de la funci¨®n, mostraba una confianza ciega en que todo saldr¨ªa bien. Cuando le preguntaban por qu¨¦, respond¨ªa: "No lo s¨¦, es un misterio".
En realidad, en el caso europeo, no existe ning¨²n misterio: el proyecto com¨²n ha avanzado gracias a la voluntad inequ¨ªvoca de sus integrantes, sobre todo de los m¨¢s fuertes y decididos como Alemania, Francia o Espa?a. Con una mezcla de flexibilidad y firmeza, de l¨ªneas rojas y concesiones, la UE ha logrado salir adelante porque sus integrantes ten¨ªan muy claro que cre¨ªan en la Uni¨®n. M¨¢s que la ultraderecha, ese es el aut¨¦ntico problema que se plantear¨¢ tras las elecciones europeas del domingo: ?a¨²n est¨¢n dispuestos los pa¨ªses a seguir avanzando? Porque en Bruselas solo la fe puede mover monta?as.
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