Europa se ti?e de inestabilidad
La renovaci¨®n total de la c¨²pula de la UE con una Euroc¨¢mara sin mayor¨ªa clara, una bancada euroesc¨¦ptica crecida y el Brexit pendiente augura una legislatura complicada
Europa remata este domingo una semana electoral de dimensiones desconocidas, con unos comicios al Parlamento Europeo (425 millones de votantes) que coinciden en varios pa¨ªses con elecciones generales (B¨¦lgica), presidenciales (Lituania), regionales y/o locales (Espa?a, Alemania, Rumania, B¨¦lgica, Grecia, Irlanda). A falta de conocerse el reparto de esca?os, los an¨¢lisis apuntan a que Bruselas camina hacia un periodo de inestabilidad y volatilidad pol¨ªtica ante la renovaci¨®n total de la c¨²pula de la UE con una Euroc¨¢mara sin mayor¨ªa clara, una bancada euroesc¨¦ptica crecida y el Brexit pendiente. La Comisi¨®n actual no descarta prorrogar su mandato m¨¢s all¨¢ del 1 de noviembre, cuando est¨¢ previsto el relevo. La negociaci¨®n del reparto de nuevos cargos se augura complicada.
Pocas veces se han colocado en Europa tantas urnas al mismo tiempo. Y nunca se ha esperado que un escrutinio europeo desencadene una transformaci¨®n pol¨ªtica del continente tan tremenda como la prevista a partir de los resultados oficiales que empezar¨¢n a publicarse a las 23.00 de este domingo (cierre de colegios en Italia).
A falta de concretarse el reparto de esca?os, el ¨²nico pron¨®stico que tienen claro los analistas es que Bruselas se contagiar¨¢ de la inestabilidad y volatilidad pol¨ªtica que domina la mayor¨ªa de las capitales europeas. Los dos grandes grupos ¡ªlos populares del PPE y los socialistas de S&D¡ª no sumar¨¢n, probablemente, m¨¢s del 50% de los esca?os. Los liberales (con la esperada aportaci¨®n de los eurodiputados de Emmanuel Macron) y los Verdes (en ascenso en Alemania) esperan convertirse en la bisagra de la nueva legislatura. Pero no est¨¢ claro que ninguno de los dos lo consiga por s¨ª solo.
¡°El nuevo Parlamento ser¨¢ m¨¢s complicado y para muchas decisiones ser¨¢ necesario, probablemente, sumar al menos cuatro grupos parlamentarios¡±, resume Guntram Wolf, director del centro de estudios Bruegel.
Gobiernos en minor¨ªa y elecciones anticipadas se han convertido en un rasgo habitual de las pol¨ªticas nacionales desde que la crisis del euro, la emergencia de los populismos y la contestaci¨®n social reventaron el bipartidismo a principios de esta d¨¦cada. Europa se estrena este 26M en el mundo de hoy e iniciar¨¢ una nueva andadura en la que deber¨¢ construir consensos de nuevo cu?o.
El alcance de la inestabilidad en ciernes depender¨¢ en gran medida de la participaci¨®n electoral (la abstenci¨®n ha aumentado ininterrumpidamente desde los primeros comicios en 1979) y del ascenso o no de las fuerzas antieuropeas, capitaneadas por un Matteo Salvini que espera arrollar en Italia y por el imprevisto refuerzo del Partido del Brexit en un Reino Unido que, en contra de lo esperado, participa en estas elecciones.
Ambos fen¨®menos se retroalimentan, porque la baja participaci¨®n suele redundar en beneficio de los euroesc¨¦pticos, favorecidos por la movilizaci¨®n del voto de protesta y la desmovilizaci¨®n del votante habitual en otros comicios. Aun as¨ª, Bruselas conf¨ªa en que las fuerzas euroesc¨¦pticas, ahora con el 20% de los esca?os, no superen el umbral de dolor del 33% a partir del cual, seg¨²n fuentes comunitarias, podr¨ªan entorpecer la maquinaria legislativa.
Europa, en cualquier caso, cambiar¨¢ de cara a casi todos los niveles. El resultado marcar¨¢ el proceso de elecci¨®n de los principales altos cargos de la UE ¡ªpresidencia de la Comisi¨®n, del Consejo, de la Euroc¨¢mara, el Banco Central Europeo y de la Alta Representaci¨®n de Pol¨ªtica Exterior de la UE¡ª; provocar¨¢ casi con certeza una reestructuraci¨®n de los principales grupos de la C¨¢mara, con trasvases y fugas de eurodiputados; y puede debilitar o precipitar la ca¨ªda de varios Gobiernos, desde Italia a Holanda o, incluso, Alemania, donde los socialistas pueden verse abocados a corto plazo a abandonar la gran coalici¨®n de Angela Merkel.
En los dos pa¨ªses donde arrancaron el jueves las elecciones, el Reino Unido y Holanda, han bastado los sondeos a pie de urna (a la espera del resultado este domingo) para desatar sacudidas. La primera ministra brit¨¢nica, Theresa May, ha anunciado su dimisi¨®n a la espera de un escrutinio que anticipa el hundimiento de los tories y la amplia victoria del Partido del Brexit reci¨¦n creado por Nigel Farage. En Holanda, los socialistas de Frans Timmermans han dado la vuelta a los pron¨®sticos y parecen haber arrebatado la victoria a los liberales del primer ministro, Mark Rutte, y arrasado a los eur¨®fobos de Geert Wilders. El Gobierno de Rutte, ya de por s¨ª fr¨¢gil, sale a¨²n m¨¢s debilitado. Y esa inestabilidad puede contagiarse a Bruselas, con dos grandes focos potenciales de incertidumbre, coinciden las fuentes consultadas: el nombramiento del sucesor de Jean-Claude Juncker al frente de la Comisi¨®n y la negociaci¨®n del presupuesto de 2020 y del marco presupuestario para el periodo 2021-2027.
Negociaci¨®n complicada
La renovaci¨®n total de la c¨²pula de la UE tendr¨¢ que llevarse a cabo con un Parlamento Europeo que se anuncia sin mayor¨ªas claras, con pocas posibilidades de formar una gran coalici¨®n (entre populares y socialistas) y con una bancada euroesc¨¦ptica crecida y dispuesta a bloquear el proceso legislativo. Si el bloqueo, como se teme, se instala en Bruselas, ¡°podemos tener un verano de crisis institucional¡±, avisa una alta fuente del Partido Popular Europeo, dominante en Bruselas (ahora ocupa las presidencias de la Comisi¨®n, Consejo y Parlamento) y cuyo poder puede verse seriamente debilitado por las urnas.
El regateo de cargos y dinero coincidir¨¢, adem¨¢s, con un periodo especialmente sensible en la pol¨ªtica del continente, marcado por el cambio de Gobierno en varios pa¨ªses (B¨¦lgica, Austria, Finlandia, Dinamarca y, sobre todo, Reino Unido), el plazo para ejecutar el Brexit (31 de octubre) y la posible retirada de Merkel como canciller. Con ese tel¨®n de fondo, crece, m¨¢s que nunca, el riesgo de que la UE se quede con Juncker como presidente en funciones de la Comisi¨®n y con las cuentas prorrogadas a partir del pr¨®ximo enero.
La Comisi¨®n de Juncker ya admite en p¨²blico que no descarta prolongar la estancia en su sede del edificio Berlaymont m¨¢s all¨¢ del 1 de noviembre, fecha prevista para el relevo. En privado se reconoce que los preparativos en marcha contemplan incluso una pr¨®rroga m¨¢s larga, que podr¨ªa llegar hasta bien entrado 2020. ¡°Al final se llegar¨¢ a un acuerdo, pero puede llevar tiempo¡±, advierte Wolf. El director del think tank Bruegel duda de que el nuevo escenario pueda abocar a una par¨¢lisis. Y cree que el reparto de poder obligar¨¢ a buscar un ¡°gran acuerdo¡± en torno a los puntos fundamentales, aunque la negociaci¨®n pueda ser complicada.
En teor¨ªa, la sucesi¨®n de Jean-Claude Juncker al frente de la Comisi¨®n deber¨ªa pactarse en la cumbre de junio y ser aprobada en julio en un pleno del Parlamento Europeo. En la pr¨¢ctica, se puede ¡°ir a un largo periodo de negociaci¨®n¡±, admite un alto cargo de la Comisi¨®n. En Bruselas, casi nadie se atreve a descartar la posibilidad de ¡°un verano negro¡± en el que se desencadene una trifulca sin precedentes entre las grandes familias pol¨ªticas del continente (democristianos y socialdem¨®cratas). La cu?a euroesc¨¦ptica liderada por Salvini y la francesa Marine Le Pen podr¨ªa agravar la situaci¨®n en un momento en que las fuerzas que golpean a la UE desde dentro (populistas y ultraderecha) y desde fuera (Donald Trump y Vlad¨ªmir Putin) ponen en peligro la estructura del club. Por primera vez, las formaciones euroesc¨¦pticas o eur¨®fobas podr¨ªan alzarse con la victoria hasta en seis socios de la UE que suponen el 40% de los esca?os a repartir, incluidos tres de los m¨¢s grandes (Francia, Italia y Reino Unido).
La Comisi¨®n, en cambio, se mantiene en estado de negaci¨®n. Y aunque reivindica el final de un quinquenio en el que se ha dado la vuelta a la situaci¨®n econ¨®mica (con cifra r¨¦cord de empleo e inversi¨®n al nivel de antes de la crisis), se desentiende de la deriva pol¨ªtica hacia la intolerancia que vive buena parte del continente. ¡°?Qu¨¦ tiene que ver la Comisi¨®n con el ascenso de Vox en Espa?a, de Salvini en Italia o de Farage en el Reino Unido?¡±, se pregunta un alto cargo del organismo. La pregunta ret¨®rica se queda en el aire a la espera de las urnas.
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