Pugna en el seno de la UE para decidir qui¨¦n elige al sucesor de Juncker
Macron impulsa una iniciativa para que sean los Gobiernos, y no el Parlamento Europeo, los que voten al futuro presidente de la Comisi¨®n Europea
La cuenta atr¨¢s para elegir al sucesor de Jean-Claude Juncker ha comenzado y la batalla por controlar el proceso de selecci¨®n del nuevo presidente de la Comisi¨®n Europea, tras las elecciones europeas del 26 de mayo, se anuncia encarnizada. El Parlamento Europeo espera que el elegido sea uno de los candidatos designados por los partidos pol¨ªticos. Pero varios Gobiernos, con el presidente franc¨¦s Emmanuel Macron al frente, maniobran para abortar ese sistema, utilizado por primera vez en 2014, y permitir que los 27 socios de la UE designen a su propio aspirante.
Populares, Socialistas y Verdes, entre otros grupos pol¨ªticos, ya han designado a sus cabezas de cartel para las elecciones de mayo. Y el Parlamento saliente ha exigido que el pr¨®ximo jefe del Ejecutivo comunitario sea uno de ellos, en funci¨®n del resultado de las urnas. Pero varios socios de la UE, encabezados por Francia, quieren impedir que se repita ese sistema de nombramiento bautizado con el t¨¦rmino alem¨¢n de spitzenkandidat (candidato principal). Macron, entre otros, prefiere volver al sistema de elecci¨®n que daba todo el poder de elecci¨®n al Consejo Europeo, sistema utilizado desde 1958 hasta 2014.
Fuentes diplom¨¢ticas aseguran que ya han empezado los movimientos para hacer descarrilar el proceso de spitzenkandidat, que califican como "pura ficci¨®n". Francia cuenta con el apoyo expl¨ªcito de pa¨ªses como Holanda o Finlandia. Y el resto, sin rechazar tan abiertamente el proceso, se reserva la posibilidad de elegir un candidato al margen de los presentados por cada partido.
El Gobierno de Pedro S¨¢nchez en principio apoya el proceso defendido por el Parlamento, y los socialistas espa?oles han respaldado sin ambages al candidato europeo de su formaci¨®n, el holand¨¦s Frans Timmermans. Pero Espa?a coincide con los otros socios en que no deber¨ªa de haber automatismo en esta elecci¨®n y en que el Consejo Europeo (en el que est¨¢n presentes los jefes de Estado y de Gobierno de la UE) tiene libertad de elecci¨®n. S¨¢nchez, adem¨¢s, fue uno de los pocos l¨ªderes socialdem¨®cratas que en 2014 orden¨® a sus eurodiputados votar en contra de la investidura de Juncker, a pesar del acuerdo alcanzado a nivel comunitario con el Partido Popular Europeo.
Merkel y Cameron ya lo intentaron hace cinco a?os
El choque institucional para elegir al presidente de la Comisi¨®n Europea ya se produjo hace cinco a?os. La canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, intentaron, junto a otros l¨ªderes europeos, frustrar el nombramiento de Jean-Claude Juncker, candidato del Partido Popular Europeo. Pero la revuelta de la opini¨®n p¨²blica en Alemania asust¨® a la canciller. Y para gran frustraci¨®n de Cameron, Berl¨ªn acab¨® aceptando la presidencia de Juncker. El brit¨¢nico, despechado, vot¨® en contra del luxemburgu¨¦s, una rabieta en la que solo se vio acompa?ado por el primer ministro de Hungr¨ªa, Viktor Orb¨¢n, socio del PPE.
Merkel, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, mantiene sus reticencias sobre el modelo del spitzenkandidat, que arrebata a los Gobiernos la posibilidad de elegir un aspirante a presidente de la Comisi¨®n y traspasa esa potestad a los partidos pol¨ªticos europeos. Pero la canciller no puede liderar esta vez la ofensiva. Primero, porque sali¨® escaldada en 2014. Y segundo, porque uno de los canidatos es alem¨¢n, Manfred Weber, y miembro de la CSU, el partido hermano de la CDU de Merkel.
Al presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, le toca encabezar la ofensiva para desbaratar el proceso puesto en marcha por el Parlamento Europeo. El franc¨¦s cuenta con importantes aliados, entre los que se menciona al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, o al primer ministro de Holanda, Mark Rutte, entre otros.
La f¨®rmula que defiende Macron da un mayor margen de maniobra a los Gobiernos de la UE. Estos puede elegir entre ellos a la persona que desean colocar al frente de la Comisi¨®n, el organismo comunitario m¨¢s poderoso e influyente. Este sistema permitir¨ªa a Macron influir en mayor medida en la elecci¨®n, ya que en el Parlamento Europeo no cuenta con grupo propio y en los dos grupos principales (PPE y S&D) los franceses apenas contar¨¢n con esca?os, seg¨²n los sondeos.
Para diluir el efecto de una cabeza visible de cartel en las elecciones del 26 de mayo, el grupo liberal (ALDE), en el que se da por sentado que se integrar¨¢n los eurodiputados de Macron y que ya se ha desmarcado del proceso de spitzenkandidat, no presentar¨¢ un candidato principal, como hizo en 2014, sino un plantel de aspirantes.
Los liberales optar¨¢n por un p¨¢nel de varias personas, cuyo listado se presentar¨¢ el pr¨®ximo 21 de marzo. "Planteamos varios nombres como forma de protesta y para demostrar a la opini¨®n p¨²blica que esto no es un juego serio", se?ala el l¨ªder de los liberales europeos, Guy Verhofstadt, durante un reciente encuentro con El PA?S y otros medios europeos.
Los liberales, como Macron, creen que la idea del candidato principal ha quedado desnaturalizada al no permitirse las listas electorales transnacionales, propuestas por el presidente franc¨¦s y rechazadas por el Parlamento Europeo (con el voto en contra, sobre todo, del Partido Popular europeo y de algunas delegaciones socialistas).
Verhofstadt fue un entusiasta defensor del spitzenkandidat y ¨¦l mismo concurri¨® como candidato. "Pero ese sistema era un primer paso para llegar a las listas transnacionales. Y el Partido Popular Europeo ha roto ese acuerdo", acusa el l¨ªder liberal.
?Qui¨¦n elige al presidente seg¨²n el Tratado?
El Tratado de Lisboa, que entr¨® en vigor a finales de 2009, establece el procedimiento de nombramiento del presidente de la Comisi¨®n. Y no menciona para nada el sistema del spitzenkandidat, inventado por el Parlamento Europeo en 2014. El Tratado establece que "teniendo en cuenta el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo y tras mantener las consultas apropiadas, el Consejo Europeo propondr¨¢ al Parlamento Europeo, por mayor¨ªa cualificada, un candidato al cargo de Presidente de la Comisi¨®n". El candidato necesita el respaldo de la mayor¨ªa del Parlamento. Y si no logra, "el Consejo Europeo propondr¨¢ en el plazo de un mes, por mayor¨ªa cualificada, un nuevo candidato, que ser¨¢ elegido por el Parlamento Europeo por el mismo procedimiento". Es decir, siempre son los gobiernos los encargados de proponer, lo cual no impide que el Parlamento rechace uno tras otro a los aspirantes hasta que se proponga el que sea de su agrado.
El Parlamento Europeo, en cambio, considera que vincular la presidencia de la Comisi¨®n a las elecciones europeas a?ade legitimidad democr¨¢tica al organismo comunitario. Tambi¨¦n defiende que es una forma de dar mayor visibilidad al organismo, de mostrar a los ciudadanos que tiene verdadera capacidad de influir, para intentar reducir la menor participaci¨®n que estos comicios suelen tener respecto a los nacionales.
Pero los arietes de Macron en Bruselas, una legi¨®n de eur¨®cratas y diplom¨¢ticos partidarios de volver al dedazo, niegan que el sistema de spitzenkandidat tenga ning¨²n valor a?adido democr¨¢tico. "El sistema de candidatos es pura ficci¨®n", acusan fuentes diplom¨¢ticas. Esas fuentes creen que el spitzenkandidat solo ha servido para que el Parlamento se arrogue una competencia que no tiene y para dar m¨¢s poder a unos partidos pol¨ªticos europeos cuyo anclaje real con la ciudadan¨ªa es m¨¢s que dudosa. "En 2014, el proceso solo cuaj¨® en Alemania. En el resto de pa¨ªses, nadie pod¨ªa identificar a los presuntos candidatos", subrayan esas fuentes.
Los partidarios de volver al sistema anterior esgrimen sondeos realizados tras las elecciones europeas de hace cinco a?os en los que apenas el 14% de los encuestados en 15 pa¨ªses de la UE pod¨ªan nombrar a alguno de los candidatos a presidir la Comisi¨®n. Solo en Luxemburgo, pa¨ªs de origen de Juncker, el grado de conocimiento lleg¨® al 54,7%, mientras que en Alemania y B¨¦lgica roz¨® el 25%. Pa¨ªses como Espa?a, Holanda o Polonia se quedaron por debajo de media del 3% y en Reino Unido apenas fue del 1,1%.
Fuentes diplom¨¢ticas tambi¨¦n subrayan que los presidentes de Gobierno que se sientan en el Consejo Europeo han sido elegidos en elecciones con mucha m¨¢s participaci¨®n que las de los europarlamentarios, sobre todo, en algunos pa¨ªses. En 2014, la abstenci¨®n en las elecciones europeas super¨® el 50% en 20 de los 28 pa¨ªses de la UE, incluidos, los de m¨¢s poblaci¨®n (Alemania, Francia, Reino Unido, Espa?a y Polonia), salvo Italia, donde el voto es obligatorio.
La legitimidad democr¨¢tica del sistema tambi¨¦n se ve cuestionada por el escaso ¨¦xito de los candidatos en sus propios pa¨ªses. En 2014, Juncker no se present¨® a las elecciones en Luxemburgo, por lo que ni siquiera pudieron votarle sus propios compatriotas.
Entre los candidatos de este a?o, el conservador Manfred Weber (PPE) puede esperar un buen resultado de su partido en Alemania, donde los sondeos apuntan a una victoria de su formaci¨®n (CDU/CSU) con el 33% de los votos. Pero su rival socialista, Frans Timmermans (S&D), le espera un p¨¦simo resultado en Holanda, donde su partido (PvDA) figura en novena posici¨®n, seg¨²n los sondeos, con poco m¨¢s del 8% de intenci¨®n de voto.
La aritm¨¦tica parlamentaria posterior al 26 de mayo podr¨ªa acabar con ambos aspirantes. Populares y socialistas, seg¨²n las proyecciones de voto, necesitar¨¢n el respaldo de los liberales para nombrar al presidente de la Comisi¨®n (se necesita el respaldo de 353 eurodiputados en un hemiciclo de 705). Y si Weber no logra sumar los votos necesarios para la investidura, parece impensable que Timmermans pueda conseguirlo.
El bloqueo dar¨ªa la oportunidad buscada por las capitales. Y permitir¨ªa Consejo Europeo proponer su propio candidato, una potestad que le reconoce el Tratado de la UE, que solo obliga "a tomar en cuenta el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo".
El presidente del Consejo, Donald Tusk, tiene previsto, seg¨²n fuentes comunitarias, plantear en la misma cumbre europea (22 de junio) la elecci¨®n del presidente de la Comisi¨®n y la del pr¨®ximo presidente del Banco Central Europeo. La posibilidad de combinar el relevo de Juncker con el de Mario Draghi (que abandona Fr¨¢ncfort el 1 de noviembre) otorga a los Gobiernos una jugosa posibilidad de regateo que no parecen dispuestos a perder.
El Parlamento Europeo aprob¨® el a?o pasado una resoluci¨®n (por 457 votos a favor y 200 en contra y 20 abstenciones) en las que advert¨ªa que rechazar¨¢ cualquier aspirante a presidir la Comisi¨®n que no se haya postulado como spitzenkandidat. Pero las capitales no se sienten amedrentadas por esa advertencia. "No sabemos si el pr¨®ximo Parlamento asumir¨¢ las decisiones del actual", se?alan fuentes diplom¨¢ticas. Y con un ala euroesc¨¦ptica en ascenso, seg¨²n los sondeos, todo indica que buena parte del pr¨®ximo hemiciclo preferir¨¢ un dedazo, que visualice sus cr¨ªticas a la eurocracia, antes que una elecci¨®n en apariencia m¨¢s democr¨¢tica.
Barnier parte como favorito de los 'tapados'
El posible descarrilamiento de los candidatos de los partidos pol¨ªticos a presidir la Comisi¨®n Europea abrir¨¢ el camino a los aspirantes que no se han postulado oficialmente y permanecen a la sombra a la espera de que pasen las elecciones del 26 de mayo. En ese grupo de tapados, el franc¨¦s Michel Barnier, negociador jefe de la UE para el Brexit, parte con muchas posibilidades, sobre todo, si finalmente el Reino Unido sale del club europeo de forma pactada y tranquila. Barnier aspiraba a ser el candidato oficial del Partido Popular Europeo (PPE), pero las complicaciones del Brexit le impidieron disputar ese puesto al alem¨¢n Manfred Weber. Curiosamente, el no haber entrado en la carrera refuerza ahora las posibilidades del franc¨¦s, que podr¨ªa beneficiarse del dedazo del Consejo Europeo que pretende recuperar Emmanuel Macron. Aunque Barnier es conservador, se encuentra muy pr¨®ximo a la visi¨®n europe¨ªsta del presidente franc¨¦s. Y aprovechando la recta final del Brexit, Barnier est¨¢ de gira por todas las capitales donde, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas, est¨¢ haciendo valer sus credenciales para sustituir a Jean-Claude Juncker.
Pero en las filas de Macron tambi¨¦n se atisban candidaturas ocultas. La m¨¢s evidente es la liberal danesa Margrethe Vestager, actual comisaria europea de Competencia, que podr¨ªa convertirse en la primera mujer al frente de la Comisi¨®n Europea. Vestager no oculta su deseo de seguir en Bruselas, aunque, de momento, no tiene el respaldo del gobierno de Copenhague.
Tambi¨¦n podr¨ªa entrar en el bombo el nombre de Mark Rutte, primer ministro de Holanda y liberal como Vestager, aunque m¨¢s cercano a la canciller alemana, Angela Merkel, que a Macron. A Rutte se le vinculaba hasta ahora con el puesto de presidente del Consejo Europeo (que quedar¨¢ libre en diciembre). Pero algunas fuentes apuntan su inter¨¦s por la presidencia de la Comisi¨®n, un cargo con mucho m¨¢s poder real que la presidendia del Consejo.
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