El D¨ªa D que no lleg¨® a Espa?a
Tras el desembarco en Normand¨ªa y la retirada alemana de Francia, una parte de la oposici¨®n espa?ola en el exilio crey¨® que el derrocamiento de Franco y de los fascismos estaba cerca
El ¨¦xito del desembarco en Normand¨ªa, el 6 de junio de 1944, el D¨ªa D, abri¨® la fase final de la guerra en Europa, que culmin¨®, tras los 11 meses m¨¢s sangrientos de la contienda, de bombardeos y millones de muertos civiles, en la rendici¨®n del Ej¨¦rcito alem¨¢n.
Muchos de los antiguos luchadores del bando republicano se enrolaron en la resistencia francesa contra el nazismo, pensando que aquella era todav¨ªa su guerra, la que acabar¨ªa con todos los tiranos, y Franco era el mayor de ellos, elevado al poder con la ayuda de las armas italianas y alemanas, permiti¨¦ndoles volver a sus casas, a sus trabajos y a sus tierras.
Tras el desembarco en Normand¨ªa y la retirada alemana de Francia, una parte de la oposici¨®n espa?ola en el exilio crey¨® que el derrocamiento de Franco y de los fascismos estaba cerca. La Uni¨®n Nacional Espa?ola, organizaci¨®n promovida por el Partido Comunista, plante¨® una invasi¨®n abierta y masiva por los Pirineos, la operaci¨®n Reconquista de Espa?a.
Entre el 14 y el 28 de octubre de 1944, cerca de 4.000 hombres ocuparon varias poblaciones del Valle de Ar¨¢n, hasta que Vicente L¨®pez Tovar, jefe militar de las operaciones, tuvo que ordenar la retirada, dejando un balance de m¨¢s de 100 muertos entre los guerrilleros (30 en las fuerzas armadas franquistas) y cientos de heridos y prisioneros.
El sue?o de derribar a la dictadura por la fuerza y de que los aliados, tras vencer a Hitler, intervinieran contra ella no se cumpli¨®. M¨¢s all¨¢ de los guerrilleros y de los combatientes espa?oles que participaron en la batalla de Normand¨ªa en unidades norteamericanas, francesas y brit¨¢nicas, la repercusi¨®n de aquellos acontecimientos en Espa?a ¡ªla de vencedores y vencidos, penuria, hambre, miedo, cartillas de racionamiento y estraperlo¡ª?fue escasa.
A partir de ese momento, cuando la suerte de la Segunda Guerra Mundial comenz¨® a cambiar claramente a favor de las potencias aliadas, la propaganda franquista, para sobrevivir al fascismo en Europa, comenz¨® a presentar a su General¨ªsimo como un estadista neutral e imparcial que hab¨ªa sabido librar a Espa?a de ese desastre global de seis a?os de destrucci¨®n y muerte. Hab¨ªa que desprenderse de las apariencias fascistas y resaltar la base cat¨®lica, la identificaci¨®n esencial entre el catolicismo y la tradici¨®n espa?ola.
El r¨¦gimen que hab¨ªa salido de la guerra civil nada ten¨ªa que ver con el fascismo, declar¨® Franco en una entrevista a United Press el 7 de noviembre de 1944. Lo que hab¨ªa en Espa?a era una ¡°democracia org¨¢nica¡± y cat¨®lica. Enrique Pla y Deniel, el primado del episcopado espa?ol, apoy¨® el argumento: ¡°Que la hora de la paz mundial sea tambi¨¦n la hora de la consolidaci¨®n de la paz interna de Espa?a¡±. No hab¨ªa nada que revisar. Normand¨ªa no fue un momento crucial en la historia de Espa?a.
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