Los genes de dos primos segundos llevan a un hombre al banquillo por un doble asesinato de hace 32 a?os
Los investigadores de cr¨ªmenes sin resolver, pendientes del primer juicio en EE UU contra alguien acusado gracias a las populares webs de genealogia gen¨¦tica.
El 18 de noviembre de 1987, Jay Cook y Tanya van Cuylenborg, dos j¨®venes canadienses de 20 y 18 a?os que llevaban seis meses de novios, emprendieron el que ser¨ªa su primer y ¨²ltimo viaje juntos. En la furgoneta dorada del padre de Cook, cruzaron la frontera hacia el Estado de Washington. El plan era comprar unas cosas para el negocio de los Cook y volver al d¨ªa siguiente. ¡°Si Tanya llegaba tarde, siempre llamaba. As¨ª que, cuando no telefone¨® la noche siguiente, mi esposa se empez¨® a preocupar¡±, relat¨® entonces el padre.
El 24 de noviembre, el cuerpo semidesnudo de ella fue hallado en una zanja en los bosques del condado de Skagit, al norte de Seattle. Hab¨ªa sido violada y asesinada de un disparo del calibre 38 en la nuca. D¨ªas m¨¢s tarde, a cien kil¨®metros, se encontr¨® el cad¨¢ver de ¨¦l. Le hab¨ªan golpeado con una piedra y estrangulado, ten¨ªa un paquete de Camel lights introducido en la boca. La furgoneta fue hallada en una tercera localizaci¨®n. La polic¨ªa tir¨® sin ¨¦xito de los pocos hilos que hab¨ªa.
Treinta a?os despu¨¦s, el 17 de mayo de 2018, el sheriff del condado de Snohomish, Ty Trenary, realiz¨® un anuncio sorprendente. Acababan de arrestar a William Earl Talbott II, de 55 a?os, acusado de la violaci¨®n y el doble asesinato. Las nuevas t¨¦cnicas de genealog¨ªa gen¨¦tica proporcionaban, una vez m¨¢s, un giro decisivo en una investigaci¨®n atascada en un callej¨®n sin salida.
¡°Nunca perdimos la esperanza de encontrar al asesino de Jay y Tanya¡±, dijo el sheriff. ¡°La detenci¨®n muestra cu¨¢n poderoso puede ser combinar la nueva tecnolog¨ªa de ADN con la determinaci¨®n implacable de los detectives¡±.
En los ¨²ltimos dos a?os, las webs de genealog¨ªa donde las personas introducen voluntariamente sus datos gen¨¦ticos para conocer los or¨ªgenes de sus familias han llevado a la detenci¨®n de docenas de acusados de asesinatos sin resolver en Estados Unidos. Ya no hace falta tener un sospechoso para cotejar su ADN con el recogido en el lugar del crimen. Ahora este se puede introducir en bases de datos de empresas privadas, como GEDmatch o MyHeritage, llenas de datos gen¨¦ticos que el a?o pasado, seg¨²n un estudio publicado en la revista Science, permit¨ªan identificar ya a la mitad de la poblaci¨®n estadounidense.
Los expertos creen que esta t¨¦cnica reabrir¨¢ muchos de los m¨¢s de 100.000 casos de delitos violentos que acumulan polvo en los archivos de las comisar¨ªas del pa¨ªs. Una aut¨¦ntica revoluci¨®n en la criminolog¨ªa. Y algo que plantea numerosos interrogantes ¨¦ticos y legales. Algunos de estos empezar¨¢n a abordarse esta semana.
Este lunes, en los juzgados del condado de Snohomish, est¨¢ previsto que arranque el juicio contra William Earl Talbott II. Ser¨¢ el primer juicio que incluye la genealog¨ªa gen¨¦tica como herramienta de investigaci¨®n. ¡°La ciencia implicada en este proceso ser¨¢ acaloradamente impugnada¡±, ha reconocido el fiscal Craig Matheson.
Talbott se declara inocente. Solo el ADN del semen hallado en el cuerpo y el pantal¨®n de Cuylenborg le vincula con los asesinatos. La polic¨ªa siempre trabaj¨® con la hip¨®tesis de que, a la vista de ciertos detalles de la forma en que mat¨® a Cook, el asesino hab¨ªa estado ya en la c¨¢rcel y no era su primer homicidio. Talbott, excamionero de 55 a?os, carece de antecedentes penales.
¡°Los detectives hab¨ªan agotado todos los medios convencionales en la investigaci¨®n del caso¡±, explic¨® Shari Ireton, portavoz de la oficina del sheriff. Pero decidieron explorar una v¨ªa novedosa. Animados por un giro reciente en un caso hist¨®rico de un asesino en serie, que fue noticia en todo el pa¨ªs, introdujeron la informaci¨®n gen¨¦tica del caso en la web GEDmatch, creada en 2010 por un jubilado interesado en genealog¨ªa.
A las ocho horas, la p¨¢gina arroj¨® dos coincidencias significativas. Dos primos segundos del due?o del ADN extra¨ªdo del semen. No compart¨ªan gen¨¦tica el uno con el otro, de modo que deb¨ªan de proceder de la familia materna y de la paterna. Con ayuda de censos, registros civiles y hemerotecas, elaboraron los ¨¢rboles geneal¨®gicos de ambos hasta averiguar d¨®nde se cruzaban. Encontraron un solo var¨®n con esa mezcla gen¨¦tica. Y result¨® que en aquellos a?os hab¨ªa vivido cerca de donde se hall¨® el cad¨¢ver de Cook.
La polic¨ªa localiz¨® a Talbott y lo vigil¨®, hasta que un d¨ªa se deshizo de una taza de papel. Los detectives la recogieron, extrajeron una muestra de ADN y la cotejaron con la hallada en el cuerpo de Cuylenborg. Bingo.
El juicio es a Talbott, pero tambi¨¦n al futuro de la genealog¨ªa gen¨¦tica en la resoluci¨®n de cr¨ªmenes. Algunos detractores consideran que est¨¢n en juego los derechos fundamentales a la privacidad y a no sufrir una invasi¨®n arbitraria, protegidos por la cuarta enmienda de la Constituci¨®n. La gente ha metido sus datos en esas webs para encontrar familiares o para conocer sus or¨ªgenes. ?Qu¨¦ sucede si la polic¨ªa utiliza esa informaci¨®n para arrestar a parientes por cr¨ªmenes que pueden o no haber cometido? ?No ser¨ªa una prueba igual de inv¨¢lida que las conseguidas en un registro ilegal?
Despu¨¦s de conocerse que se utiliz¨® para investigaciones policiales, muchos usuarios de GEDmatch retiraron sus perfiles. Ahora, en los t¨¦rminos y condiciones de la p¨¢gina, se destaca en color rojo la posibilidad de que la polic¨ªa acceda a esos datos. Y, si el usuario desea permitir que su ADN pueda ser comparado con muestras subidas por la polic¨ªa, debe seleccionar expresamente la opci¨®n. Tras la espantada inicial, muchos usuarios van volviendo a permitir esa opci¨®n.
La polic¨ªa tambi¨¦n tiene su propia base de datos gen¨¦ticos. El problema es que solo tiene ADN de personas que han sido condenadas. Por eso, igual que en las c¨¢rceles, determinados sectores de la poblaci¨®n, como el afroamericano, est¨¢n dram¨¢ticamente sobrerrepresentados. Pero en webs como GEDmatch el sesgo, si acaso, es el contrario: la gente que alimenta esas bases de datos tiende a ser blanca, de clase media, sin antecedentes penales. Y eso se refleja en el perfil de las personas que est¨¢n siendo detenidas gracias a esas nuevas t¨¦cnicas.
Es el fin de la privacidad gen¨¦tica. Hasta ahora, el ADN era algo que se utilizaba para confirmar si un sospechoso era culpable. Aqu¨ª, se parte de un ADN y se le busca un nombre de persona.
Cerca de la furgoneta dorada, los detectives encontraron unos guantes de goma de quir¨®fano. ¡°Deja eso atr¨¢s como una se?al a la polic¨ªa de que no se molestaran en buscar huellas dactilares, porque hab¨ªa llevado guantes¡±, dijo entonces el detective Robert Gebo, de Seattle. ¡°Tiene la confianza de que nada le conectar¨¢ con estos cr¨ªmenes¡±. Treinta a?os despu¨¦s, puede que le hayan conectado dos primos lejanos, que solo quisieron saber m¨¢s sobre sus familias en una p¨¢gina de Internet.
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