Un mill¨®n de manifestantes protestan en Hong Kong contra la extradici¨®n a China
El Parlamento comienza a debatir un proyecto de ley que permitir¨ªa por primera vez entregar fugitivos a Pek¨ªn, lo que ha despertado el temor de los ciudadanos a perder su independencia judicial
Ha sido una de las grandes manifestaciones en la historia de Hong Kong. Al menos un mill¨®n de personas?¡ªuno de cada siete residentes¡ª, seg¨²n los organizadores, 240.000 seg¨²n la Polic¨ªa, se han concentrado este domingo en el centro de la antigua colonia brit¨¢nica para protestar contra una serie de enmiendas a la ley de extradici¨®n que, si salen adelante, permitir¨¢n por primera vez enviar fugitivos a la China continental. Una medida que se percibe como un ataque frontal al sistema de libertades del territorio aut¨®nomo.
La manifestaci¨®n comenz¨®, seg¨²n lo previsto, a las 15.00 hora local (09.00 hora espa?ola). Siete horas m¨¢s tarde, a¨²n continuaba. Las calles de Hong Kong se hab¨ªan convertido en un puro r¨ªo de gente vestida en su mayor¨ªa de color blanco, elegido como s¨ªmbolo de la luz y la justicia. La Polic¨ªa ten¨ªa que abrir accesos inicialmente cerrados para dejar pasar a la multitud. Las principales avenidas quedaban tomadas por las masas. Las aglomeraciones recordaban, y superaban, a las protestas de hace cinco a?os, cuando medio mill¨®n de personas se sentaron en la calle en el centro de la ciudad para exigir m¨¢s democracia en lo que se llam¨® ¡°Movimiento de los Paraguas¡±. El sentimiento, desde hac¨ªa semanas, era de ¡°ahora o nunca¡±. De que si este pulso se pierde, ya no ser¨¢ posible echar otro.
Bajo un calor de justicia -las temperaturas rondaban los 32 grados cent¨ªgrados, con una humedad del 80%-, muchos de los manifestantes portaban pancartas rojas con letreros negros en los que se le¨ªa el lema de la protesta. Fan song zhong en mandar¨ªn, Faan sung jung en canton¨¦s, No to extradition to China en ingl¨¦s: No a la extradici¨®n a China. Las enmiendas, que en principio se votar¨¢n en el Legislativo aut¨®nomo este mi¨¦rcoles y podr¨ªan convertirse en ley a finales de mes, ha tocado como pocas cosas la fibra sensible de la ciudadan¨ªa. Ha alimentado el temor, palpable ya desde hace a?os, a que la inexorable conversi¨®n de Hong Kong en una ciudad china m¨¢s se lleve por delante y en breve la preciada independencia judicial y el resto de las garant¨ªas y libertades que Pek¨ªn prometi¨® mantener durante 50 a?os tras la devoluci¨®n brit¨¢nica de la colonia en 1997.
Por la noche, centenares de personas, en su mayor¨ªa simpatizantes del partido pro democracia Demosisto, permanec¨ªan a¨²n en el ¨¢rea en torno a la sede del parlamento hongkon¨¦s. Este partido ha llamado a una sentada para bloquear el acceso al Legislativo ¡°hasta que la jefa del Ejecutivo (Carrie Lam) y el secretario de Seguridad respondan a los llamamientos al di¨¢logo sobre el proyecto de ley con estos j¨®venes¡±. Cerca de la medianoche, el plazo que la Polic¨ªa hab¨ªa dado para disolver la concentraci¨®n en esa zona, estos grupos y la Polic¨ªa se enzarzaron en altercados violentos, en los que los agentes con equipamiento antidisturbios usaron porras y gas pimienta.
Si las sentadas de hace cinco a?os dividieron visiblemente a la ciudad - a grosso modo, j¨®venes pro democracia frente a mayores pro China-, en esta ocasi¨®n las enmiendas han sacudido a todos por igual. Estudiantes, legisladores prodemocracia, abogados, periodistas o empresarios critican acaloradamente en sus conversaciones p¨²blicas y privadas la denostada propuesta.
¡°Soy un hombre de negocios y nunca me hab¨ªa interesado la pol¨ªtica antes, pero en los ¨²ltimos a?os Hong Kong se est¨¢ deteriorando¡±, afirmaba al peri¨®dico local South China Morning Post el empresario Ben Liang, que emigr¨® de la China continental a Hong Kong hace veinte a?os y participaba en la concentraci¨®n con sus dos hijas, de 23 y 5 a?os. ¡°Conozco el sistema chino bien, porque he sido parte de ¨¦l. Espero que Hong Kong todav¨ªa pueda defender lo que le importa¡±.
¡°Espero que Hong Kong todav¨ªa pueda defender lo que le importa¡±, dice el empresario?Ben Liang, que ha acudido a la protesta con sus hijas?
Da igual, a los ojos de quienes protestan, que las enmiendas ya se hayan suavizado dos veces, para precisar que solo se entregar¨¢ a los acusados por delitos que acarreen penas superiores a los siete a?os. Est¨¢ en juego algo de principio. Algo que afecta al alma misma de la ciudad, que ha acogido durante d¨¦cadas a numerosos disidentes chinos. Y no ayuda la profunda desconfianza sobre el sistema judicial al otro lado de la frontera. Una desconfianza que se ha visto reforzada esta semana con la conmemoraci¨®n del 30 aniversario de la sangrienta disoluci¨®n de las manifestaciones de Tiananmen.
¡°Es una propuesta, o una serie de propuestas, que asestan un golpe tremendo¡ al Estado de Derecho, a la estabilidad y seguridad de Hong Kong, a la posici¨®n de Hong Kong como un gran centro financiero internacional¡±, declaraba el jueves el ¨²ltimo gobernador brit¨¢nico del territorio, Chris Patten.
Los defensores de la medida alegan que antes de que la jefa del ejecutivo aut¨®nomo, Carrie Lam, apruebe cualquier orden de extradici¨®n, tendr¨¢ que celebrarse un juicio y un tribunal independiente tendr¨¢ que dar su visto bueno. No se entregar¨¢ a ning¨²n sospechoso que vaya a afrontar persecuci¨®n religiosa, tortura o la pena de muerte.
Sus detractores subrayan, por contra, la falta de transparencia e independencia del sistema judicial chino. Las leyes chinas permiten que un detenido pueda permanecer en paradero desconocido, aislado y sin acceso a un abogado durante seis meses. Las organizaciones pro derechos humanos denuncian tambi¨¦n detenciones arbitrarias y confesiones forzosas.
"Si se pone en pr¨¢ctica, esta ley ampliar¨¢ la capacidad de las autoridades de la China continental para atacar a cr¨ªticos, activistas de derechos humanos, periodistas, trabajadores de ONG y cualquiera en Hong Kong, de modo muy similar a lo que hacen" en su territorio, ha declarado el director de Amnist¨ªa Internacional en Hong Kong, Man-Kei Tam. "Instamos al gobierno de Hong Kong a retirar estas peligrosas enmiendas a la ley de extradici¨®n. Permitir¨¢n que los defensores sean entregados a un sistema judicial en la China continental que no ofrece ninguna protecci¨®n contra los cargos pol¨ªticamente motivados, que est¨¢ plagado de tortura y otras formas de maltrato, confesiones forzosas, juicios injustos y que adolece de remedios significativos".
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