La guerra ganada de Trump
La crisis con M¨¦xico ha concedido al republicano el relato que buscaba, pero los pulsos comerciales con Europa y China ser¨¢n m¨¢s dif¨ªciles de capitalizar
Poco se conoce del acuerdo migratorio entre Estados Unidos y M¨¦xico y menos a¨²n le preocupa eso a Donald Trump. El viernes por la noche, despu¨¦s de ocho d¨ªas bajo la amenaza de una guerra arancelaria, el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador acept¨® el despliegue de miles de militares en la l¨ªnea que separa su pa¨ªs con Guatemala y que la primera potencia mundial le env¨ªe de vuelta a 8.000 solicitantes de asilo, sobre todo centroamericanos, que cruzaron el territorio mexicano hasta llegar a la frontera estadounidense. Tambi¨¦n prometi¨® acelerar las deportaciones. Por lo dem¨¢s, no est¨¢ claro ning¨²n otro punto del pacto, ni cu¨¢ndo entra en vigor, ni los objetivos globales ni el plazo para lograrlos.
El documento pone negro sobre blanco algunas de las medidas que M¨¦xico ya hab¨ªa tenido que empezar a aplicar, la mano dura que L¨®pez Obrador quiso evitar al llegar al Gobierno, pero que ahora se han convertido en vinculantes y han ofrecido al gobernante estadounidense el relato que buscaba. Los estadounidenses se toparon el pasado 30 de mayo con su presidente lanzando un ob¨²s contra el pa¨ªs vecino y ahora con una claudicaci¨®n. ¡°Esta es una oportunidad perfecta para obtener r¨¦dito pol¨ªtico, porque est¨¢ claro que este asunto [la inmigraci¨®n] es muy importante para el electorado y, en especial, para el republicano, aqu¨ª hay un c¨¢lculo sobre sus posibilidades de reelecci¨®n a la Casa Blanca¡±, comentaba Duncan Wood, director del Instituto M¨¦xico en el Atlantic Council de Washington, antes del acuerdo.
Diplomacia de martillo
La diplomacia del martillo de Trump funciona con M¨¦xico, muy dependiente de las exportaciones a Estados Unidos. Las cosas se complican frente a China o Europa, pero cualquier avance que consiga en esos frentes, despu¨¦s de los aspavientos oportunos por parte del neoyorquino, pueden capitalizarse bien de cara a la reelecci¨®n en 2020 mientras los mercados financieros no penalicen sus andanadas en materia comercial. Para Adam Posen, presidente del Instituto Peterson de Econom¨ªa Internacional, el republicano juega con fuego. El uso de los aranceles como mecanismo de presi¨®n en el debate migratorio ha marcado un punto de inflexi¨®n. ¡°Si los aranceles se pueden subir de forma unilateral, por decreto presidencial, vincul¨¢ndolo con la pol¨ªtica de la frontera en lugar de la relaci¨®n econ¨®mica, los mercados se dar¨¢n cuenta de que el presidente puede no cumplir con sus acuerdos comerciales con China o M¨¦xico¡±, explica.
Pero los mercados, de momento, apenas han penalizado los bombardeos comerciales y la llamada econom¨ªa real ¡ªla productiva, la que funciona al margen los mercados financieros¡ª no ha sufrido a¨²n efectos relevantes de las embestidas. Los perjuicios que los agricultores han sufrido en algunos productos por las represalias de China han sido limitados y la Administraci¨®n ha respondido con ayudas millonarias. El presidente de Estados Unidos se ha embarcado en esta poliguerra durante un ciclo inusualmente prolongado de la econom¨ªa estadounidense, que este mes cumple 10 a?os de crecimiento ininterrumpido y que en julio batir¨¢ el r¨¦cord del periodo m¨¢s largo con datos en positivo. Ning¨²n an¨¢lisis sobre el trumpismo comercial puede obviar este dato. Tampoco que China no es una mera obsesi¨®n del magnate.
La pol¨ªtica de mano dura contra el r¨¦gimen de Xi Jinping ha concitado hasta ahora un amplio apoyo bipartito en Estados Unidos, en un momento en el que el consenso entre republicanos y dem¨®cratas resulta una rareza. ¡°Mant¨¦ngase duro con China, presidente Trump, no d¨¦ marcha atr¨¢s. La fuerza es la ¨²nica forma de ganar con China¡±, escribi¨® el l¨ªder de los dem¨®cratas en el Senado, Chuck Schumer. Para la presidenta de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, que es hoy por hoy uno de los grandes azotes de Trump, su escalada arancelaria contra Pek¨ªn ¡°es un reconocimiento de que algo debe hacerse¡±.
Washington trata de llegar a un acuerdo con China mientras endurece los grav¨¢menes sobre sus productos. El 10 de mayo elev¨® del 10% al 25% los aranceles ya existentes sobre miles de productos chinos, valorados en 200.000 millones, a lo que Pek¨ªn respondi¨® con un incremento del mismo calibre a productos estadounidenses por valor de 60.000 millones de d¨®lares. Conforme el presidente republicano ha ido intensificado su batalla, las cr¨ªticas de dem¨®cratas y republicanos han empezado a surgir, pero pocos cuestionan que hay que cambiar las reglas del gigante asi¨¢tico.
El enemigo asi¨¢tico
La integraci¨®n econ¨®mica de China, convertida en el primer exportador del mundo, no ha derivado en el proceso de democratizaci¨®n que los Gobiernos occidentales pod¨ªan esperar. En 2018 el legislativo chino aprob¨® una reforma constitucional que permite al presidente Xi Jinping perpetuarse al mando del Partido Comunista y ejercer una influencia cada vez mayor en la econom¨ªa y la sociedad. Durante a?os, las firmas extranjeras se han visto obligadas a compartir tecnolog¨ªa y asociarse con firmas locales y los subsidios han da?ado la competencia.
El problema es si Trump puede ir solo a esta guerra contra el gigante asi¨¢tico. Y si es buena idea atacar a los viejos aliados europeos y decir que ¡°son tan malos como China, solo que m¨¢s peque?os¡±, como hizo el verano pasado. En el pulso tecnol¨®gico por el 5G, el estadounidense se queda solo: apenas tres de la treintena de aliados militares de EE UU han vetado a Huawei.
El desaf¨ªo migratorio ofrece m¨¢s r¨¦ditos pol¨ªticos a Trump. El problema es real: solo el pasado mayo los agentes estadounidenses arrestaron a m¨¢s 144.000 migrantes, lo que supone el m¨¢ximo en 13 a?os. El neoyorquino lanza formalmente su candidatura a la reelecci¨®n a la Casa Blanca la pr¨®xima semana y es f¨¢cil advertir que M¨¦xico y esta ¨²ltima crisis creada y resuelta por ¨¦l en ocho d¨ªas saldr¨¢ a la luz.
El s¨¢bado, L¨®pez Obrador se reivindicaba ¡°pacifista¡± e inspirado en Gandhi, Martin Luther King y Nelson Mandela. Trump, mientras, tuiteaba que M¨¦xico tambi¨¦n hab¨ªa accedido a comprar m¨¢s productos agr¨ªcolas estadounidenses. No se sabe de d¨®nde lo sac¨®, no figuraba en el acuerdo, no importa.
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