El eterno retorno del peronismo
¡°Viva Per¨®n¡± puede ser un grito de guerra que quiere decir una cosa, la contraria o lo que a cada uno se le ocurra
Hace muchos a?os, el gran escritor argentino Osvaldo Soriano escribi¨® una breve y hermosa novela llamada No habr¨¢ m¨¢s penas ni olvido, en la que intent¨® describir la esencia del peronismo, o tal vez la inexistencia de tal cosa. En una de sus escenas m¨¢s dram¨¢ticas, dos militantes, uno de izquierda y otro de derecha, se disparaban uno al otro, y ca¨ªan muertos, mientras ambos gritaban ¡°?Viva Per¨®n!¡±. Eran los a?os setenta. Dentro del peronismo hab¨ªa una facci¨®n revolucionaria que impulsaba la lucha armada y era resistida a tiros por sectores del sindicalismo. Unos gritaban ¡°Per¨®n, Evita, la patria socialista¡±. Los otros: ¡°Per¨®n, Evita, la patria peronista¡±, o ¡°Ni yanquis ni marxistas, peronistas¡±. Y todos ellos cantaban, muy conmovidos, el mismo himno, la celebre marchita:
Los muchachos peronistas,
todos unidos triunfaremos,
y como siempre daremos
un grito de coraz¨®n:
Viva Per¨®n, Viva Per¨®n.
Los tiempos han cambiado mucho. El general Juan Domingo Per¨®n, como su nombre lo indica, fundador del peronismo, muri¨® hace nada menos que 45 a?os. Evita, hace 67. Ya nadie piensa tomar las armas para hacer la revoluci¨®n socialista en la Argentina ni en casi ning¨²n otro lugar del mundo. Y, afortunadamente, las disputas ideol¨®gicas no se resuelven a tiros. Pero hay algo que sigue igual: el peronismo es un factor dominante en la pol¨ªtica argentina y la definici¨®n de su esencia es tan compleja como entonces. ¡°Viva Per¨®n¡± puede ser un grito de guerra que quiere decir una cosa, la contraria o lo que a cada uno se le ocurra.
Esto queda patente en la manera en que han armado las candidaturas para las pr¨®ximas elecciones presidenciales, que se realizar¨¢n en octubre. Mauricio Macri, el presidente m¨¢s antiperonista surgido de la democracia argentina, acaba de sorprender al designar como su candidato a vicepresidente a Miguel ?ngel Pichetto, un dirigente peronista muy destacado desde hace veinte a?os. Pichetto fue uno de los jefes parlamentarios que respondi¨® ciegamente a Cristina Kirchner durante su Gobierno. Macri y Cristina se odian. Pichetto pudo trabajar para ella y ahora cruzar el r¨ªo Jordan y alinearse con ¨¦l. Nadie, sin embargo, podr¨¢ acusarlo de no ser peronista, porque peronista es un concepto muy abarcativo.
Cristina, en cambio, sorprendi¨® a la Argentina semanas atr¨¢s cuando design¨® como su candidato a presidente a un se?or llamado Alberto Fern¨¢ndez, quien hab¨ªa sido primero su jefe de Gabinete, y luego un feroz opositor que lleg¨® a calificarla como psic¨®pata. As¨ª las cosas, hace cinco a?os Pichetto era de Cristina y Fern¨¢ndez era opositor a ella. Ahora es exactamente al rev¨¦s. Cada 17 de octubre se celebra en la Argentina el d¨ªa de la lealtad, la m¨¢s significativa celebraci¨®n peronista. Ese d¨ªa, Pichetto y Fern¨¢ndez, est¨¦n donde est¨¦n, cantan ¡°Per¨®n Per¨®n qu¨¦ grande sos. Mi general. Cu¨¢nto vales¡±.
Adem¨¢s de las f¨®rmulas que encabezan Macri y Fern¨¢ndez, hay una tercera f¨®rmula que integran un economista peronista llamado Roberto Lavagna, y Juan Urtubey, un gobernador peronista. Cualquier persona formada en estructuras partidarias tradicionales ser¨ªa incapaz de entender esta l¨®gica. Es que es realmente muy dif¨ªcil. ?Si son todos del mismo partido, por qu¨¦ van en partidos diferentes?
Es que el peronismo no es un partido, es un sentimiento, dicen unos. Porque es un movimiento, dicen otros. Per¨®n, ese general que influy¨® tanto en la historia argentina, dec¨ªa: ¡°Somos como los gatos. Cuando gritamos, los dem¨¢s piensan que nos estamos peleando. Pero en realidad nos estamos reproduciendo¡±. El peronismo, entonces, es una estructura de poder de donde salen gran parte de los hombres que gobiernan la Argentina. La pregunta l¨®gica ser¨ªa. Pero ?qu¨¦ piensa esa gente? ?Son chavistas, proyanquis, estatistas, promercado, abortistas, provida, de izquierda, de derecha? Si uno mira la historia, ha habido peronistas para todos los gustos: tercermundistas, y alineados con Estados Unidos, al punto tal de definir ese v¨ªnculo como ¡°relaciones carnales¡±, castristas y fascistas, neoliberales y estatistas, partidarios de la globalizaci¨®n y proteccionistas, guerrilleros revolucionarios o pistoleros parapoliciales de ultraderecha. ¡°Todo en su medida y armoniosamente¡±, dec¨ªa una c¨¦lebre frase de Per¨®n, signifique eso lo que signifique.
En cualquier caso, si un partido contempla todas las ideolog¨ªas eso quiere decir, al mismo tiempo, que dif¨ªcilmente tenga alguna. Una mirada ideol¨®gica deber¨ªa criticar esos rasgos que, al mismo tiempo, han sido una de las razones por las que, pese a todo, el peronismo sobrevive: su incre¨ªble capacidad de adaptaci¨®n, de adquirir la forma del recipiente que la impone cada d¨¦cada.
Fen¨®meno casi ¨²nico en el mundo, hasta Mauricio Macri, el presidente que se propuso terminar con el peronismo, acaba de rendirse ante ¨¦l, para intentar ser reelecto.
Tal vez Macri, al menos en esa capacidad de adaptarse, sea un peronista in the closet.
Vaya uno a saber.
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