La ONU apunta a ¡°pruebas cre¨ªbles¡± sobre la responsabilidad de Bin Salm¨¢n en la muerte de Khashoggi

La relatora de la ONU para las ejecuciones extrajudiciales, Agnes Callamard, ha concluido que existen pruebas suficientes para implicar en el asesinato del periodista saud¨ª Jamal Khashoggi al pr¨ªncipe heredero de Arabia Saud¨ª, Mohamed Bin Salm¨¢n, y otros altos cargos del reino. As¨ª se desprende del informe que ha hecho p¨²blico este mi¨¦rcoles y en el que recomienda una investigaci¨®n internacional sobre el caso y que se impongan sanciones preventivas al pr¨ªncipe. Las autoridades saud¨ªes han vuelto a rechazar las alegaciones y cuestionan la credibilidad del trabajo.

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¡°Existen pruebas cre¨ªbles que justifican una mayor investigaci¨®n sobre la responsabilidad individual de altos funcionarios saud¨ªes, incluido el pr¨ªncipe heredero¡±, asegura la experta de la ONU en su informe, tras subrayar que no se trata de una conclusi¨®n de culpabilidad. ¡°Esta investigaci¨®n de derechos humanos ha demostrado que hay suficientes evidencias cre¨ªbles respecto a la responsabilidad del pr¨ªncipe que exigen una indagaci¨®n exhaustiva¡±, precisa. La relatora estima que ni la investigaci¨®n saud¨ª ni la turca cumplen los est¨¢ndares internacionales.

Callamard pide a los Estados miembros de la ONU que pongan en marcha las medidas necesarias para la detenci¨®n o extradici¨®n de los individuos presuntamente implicados en el asesinato de Khashoggi en caso de que pisen su territorio. Tambi¨¦n solicita que les impongan sanciones, ¡°incluyendo al pr¨ªncipe heredero, centr¨¢ndose en sus bienes personales en el extranjero, al menos hasta que se pruebe que no tiene responsabilidad¡± en el asunto. La relatora especial es una figura independiente que no habla en nombre de la ONU.

¡°Nada nuevo", respondi¨® el secretario de Estado de Exteriores saud¨ª, Adel al Jubeir, portavoz habitual de la monarqu¨ªa saud¨ª. En una serie de tuits, Al Jubeir asegura que el informe ¡°contiene claras contradicciones y acusaciones sin fundamento que ponen en duda su credibilidad¡±.

Khashoggi, de 58 a?os, fue asesinado el pasado octubre dentro del Consulado de Arabia Saud¨ª en Estambul. Tras su inicial negativa, Riad termin¨® admitiendo que el crimen hab¨ªa sido obra de agentes al servicio del Estado. Sin embargo, las autoridades saud¨ªes siempre han insistido en que estos no actuaban por orden del heredero. Aunque el periodista no era un disidente, su creciente incomodidad con las restricciones para expresar su opini¨®n le llev¨® a exiliarse a Estados Unidos en 2017. All¨ª empez¨® a colaborar con The Washington Post y a mostrarse cada vez m¨¢s cr¨ªtico con las pol¨ªticas del pr¨ªncipe.

¡°La relatora especial ha concluido que Khashoggi fue v¨ªctima de una ejecuci¨®n extrajudicial, deliberada y premeditada, de la que el Estado de Arabia Saud¨ª es responsable de acuerdo con la ley internacional sobre derechos humanos¡±, afirma Callamard antes de instar al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a que abra una investigaci¨®n internacional. Tambi¨¦n pide que haga lo propio el FBI, si no lo ha hecho ya, para que, si procede, ¡°se inicie el correspondiente proceso penal en Estados Unidos¡±, donde el periodista resid¨ªa.

Callamard recibi¨® el pasado enero el encargo de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos de averiguar ¡°la naturaleza y el alcance de la responsabilidad de individuos y Estados en el asesinato¡±. Viaj¨® entonces a Turqu¨ªa con un equipo de tres forenses y a su regreso asegur¨® haber encontrado ¡°pruebas¡± de que Khashoggi fue ¡°v¨ªctima de un asesinato brutal y premeditado, planeado y perpetrado por funcionarios del Estado de Arabia Saud¨ª¡±. Tambi¨¦n se quej¨® entonces de la falta de cooperaci¨®n de las autoridades de Riad que, dijo, se estaban amparando en la inmunidad diplom¨¢tica para buscar la impunidad.

Su informe final, que se extiende a lo largo de 100 p¨¢ginas, no solo ratifica esas primeras conclusiones, sino que insiste en la responsabilidad del pr¨ªncipe m¨¢s poderoso que nunca haya tenido Arabia Saud¨ª. El heredero, m¨¢s conocido por sus iniciales, MBS, acumula adem¨¢s los cargos de vice primer ministro, ministro de Defensa, presidente del Consejo de Asuntos Econ¨®micos y de Desarrollo, y presidente del Consejo de Asuntos Pol¨ªticos y de Seguridad. Se trata por tanto de un duro golpe para la monarqu¨ªa saud¨ª, que ha tratado de distanciarse del truculento crimen desde que sali¨® a la luz.

La presi¨®n internacional oblig¨® a Riad a reaccionar. Anunci¨® entonces una investigaci¨®n y el pasado noviembre el fiscal general del reino, Shalaan Shalaan, dijo que la orden de asesinar a Khashoggi la hab¨ªa dado el jefe del equipo negociador enviado para tratar de convencerle de que regresara a Arabia Saud¨ª. El periodista habr¨ªa muerto por la droga que le inyectaron para reducirlo por la fuerza cuando se neg¨® a sus pretensiones. Seg¨²n esta versi¨®n, los agentes descuartizaron el cuerpo y se lo entregaron a un colaborador local fuera del consulado. Sus restos no se han encontrado y filtraciones de los servicios secretos turcos apuntan a que fueron disueltos con ¨¢cido.

Shalaan asegur¨® entonces que cinco individuos hab¨ªan confesado el asesinato y que el pr¨ªncipe heredero ¡°no tuvo conocimiento del mismo¡±. Poco despu¨¦s se inform¨® de que 11 personas, de las que no se facilit¨® la identidad, estaban siendo juzgadas y que el juez ped¨ªa la pena de muerte para cinco de ellas. Sin embargo, Callamard afirma en su informe que ha identificado a 15 personas que participaron en la misi¨®n y sugiere que muchas de ellas no est¨¢n entre los encausados. En su opini¨®n, el juicio no cumple los est¨¢ndares internacionales y pide que se suspenda.

Est¨¢ previsto que la relatora presente las conclusiones de casi siete meses de pesquisas a los 47 miembros del Comit¨¦ de Derechos Humanos de Naciones Unidas el pr¨®ximo d¨ªa 26.