Una modesta proposici¨®n para vencer a Trump
La perspectiva de enfrentar al estadounidense en un segundo mandato, a¨²n m¨¢s empoderado, podr¨ªa culminar en una tragedia para la econom¨ªa y la estabilidad en M¨¦xico
M¨¦xico ayud¨® a Donald Trump a convertirse en presidente de Estados Unidos en noviembre de 2016 y es clave en la estrategia del mandatario para conseguir su reelecci¨®n. Lo demostr¨® este martes en su lanzamiento: el muro, la inmigraci¨®n ilegal y la extorsi¨®n con tarifas comerciales ser¨¢n columna vertebral de un discurso triunfalista encaminado a reeditar el voto de sus electorado.
No es un papel que los mexicanos hagan voluntariamente y cabr¨ªa preguntarse si cabe alguna posibilidad de convertirnos en algo m¨¢s que convidados de piedra de este buleador. A tirones y jalones hemos podido capotear al personaje durante dos a?os y medio; la perspectiva de enfrentarlo en un segundo mandato, a¨²n m¨¢s empoderado y sin nada que perder, podr¨ªa culminar en una tragedia para la econom¨ªa y la estabilidad.
?Puede M¨¦xico hacer algo para no convertirse en alfombra roja en el camino de Trump a la presidencia? Nunca sabremos c¨®mo contabilizar en t¨¦rminos electorales el espaldarazo que el expresidente Enrique Pe?a Nieto le otorg¨® al invitarlo a Los Pinos durante la campa?a de 2016 y recibirlo en la pr¨¢ctica como jefe de Estado. Fue la primera vez que muchos estadounidenses lo vieron con atributos presidenciales.
Ahora, tres a?os despu¨¦s, cabr¨ªa preguntarse si la estrategia seguida por L¨®pez Obrador (evitar la aplicaci¨®n de tarifas punitivas a cambio de un endurecimiento de las pol¨ªticas migratorias contra los centroamericanos), nos convierte, de nuevo, en c¨®mplices involuntarios de su campa?a electoral. Trump ha destinado a diestra y siniestra su capacidad para obligarnos a adoptar pol¨ªticas en contra de nuestra voluntad; sin desearlo, hemos validado a ojos de sus seguidores las razones para quedarse en la Casa Blanca.
?Es posible otro escenario? La asimetr¨ªa entre M¨¦xico y Estados Unidos es tal que habr¨ªa que partir del hecho de que el principal factor para vencer a Trump o matizar sus acciones reside en buena medida dentro de Estados Unidos. La factura pol¨ªtica y econ¨®mica que le cobre su opini¨®n p¨²blica y la resistencia por parte de la trama de intereses locales es lo ¨²nico que ¨¦l respeta o tiene capacidad de disuadirlo. Nuestros esfuerzos tendr¨ªan que ir en ese sentido.
Me parece que con respecto a la amenaza del 5% M¨¦xico hizo lo correcto al ganar tiempo. A ojos de muchos estadounidenses nuestro pa¨ªs hab¨ªa sido demasiado permisivo con las oleadas de inmigrantes ilegales procedentes de Centroam¨¦rica y el Caribe, e incluso de ?frica y Medio Oriente. Trump ten¨ªa un argumento a su favor al se?alar que el fen¨®meno se estaba convirtiendo en un problema; aunque las exagere, las estad¨ªsticas lo envalentonan. Si bien es cierto que el TLC fue un acuerdo comercial y no migratorio para crear una zona com¨²n, de alguna manera se entiende que los tres vecinos adquir¨ªan responsabilidades adicionales. Una frontera abierta y porosa para favorecer el intercambio comercial y la integraci¨®n econ¨®mica supone hacerse cargo de aquello que puede afectar al vecino. Muchos en Washington o en Arizona consideran que M¨¦xico ha sido indiferente al paso de las drogas y la inmigraci¨®n ilegal, al mismo tiempo que se ha beneficiado del libro acceso al mercado estadounidense; de all¨ª que no encuentran absurdo una amenaza con tarifas con tal de obligarnos a ser m¨¢s responsables con la frontera.
Me parece que tras los esfuerzos emprendidos por M¨¦xico en estos 45 d¨ªas, nuestra posici¨®n ser¨¢ otra independientemente de lo que diga Trump. Los flujos han descendido y el despliegue de fuerzas de seguridad por parte del Gobierno mexicano a la frontera sur ha sido visible. La opini¨®n p¨²blica norteamericana percibe que M¨¦xico hace un esfuerzo para asumir su responsabilidad como vecino sensible a su socio comercial. Si m¨¢s tarde Trump intenta extorsionarnos por razones electorales me parece que la correlaci¨®n de fuerzas nos ser¨¢ ahora mucho m¨¢s positiva. Una confrontaci¨®n en estas circunstancias incluso podr¨ªa ser favorable; Trump tendr¨ªa muchas dificultades para imponernos un castigo.
Lo cual nos regresa a la pregunta inicial. ?Qu¨¦ puede hacer M¨¦xico para evitar ser el combustible de la reelecci¨®n del presidente? Confrontarlo. Si ya pagamos el costo nacional e internacional de endurecer nuestra pol¨ªtica migratoria en beneficio de los vecinos del norte, saqu¨¦mosle r¨¦ditos pol¨ªticos de cara a la madre de todas las batallas: la elecci¨®n del 2020. Una vez que demostremos con n¨²meros que hemos sido responsables en la frontera ?por qu¨¦ no exigir lo mismo en materia de armas ilegales y lavado de dinero? Ellos dicen morir por nuestras drogas, nosotros nos matamos con sus armas. El mismo argumento vale de ida y vuelta. No es la ¨²nica reivindicaci¨®n, posible pero por all¨ª podr¨ªamos comenzar. ?Y el 5% de castigo? Que lo intente ahora, le resultar¨¢ muy dif¨ªcil de aplicarlo y terminar¨¢ perjudic¨¢ndolo. Lo importantes es dejar de ser c¨®mplices involuntarios en la reelecci¨®n del mat¨®n que nos bulea. Es un tema de inter¨¦s nacional. Tambi¨¦n de dignidad.
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