Mauritania cierra la era Abdelaziz con su delf¨ªn como favorito a sucederle
La oposici¨®n conf¨ªa en forzar la segunda vuelta en las elecciones presidenciales del pa¨ªs africano
Mauritania celebra este s¨¢bado unas elecciones presidenciales en las que est¨¢ en juego la continuidad del r¨¦gimen que ha llevado las riendas del pa¨ªs desde 2008 hasta la actualidad. Dado que el actual presidente, Mohamed Ould Abdelaziz, ha decidido respetar la Constituci¨®n y no presentarse a un tercer mandato, la carrera se juega entre seis aspirantes y su resultado no est¨¢ escrito. Cierto que el m¨¢ximo favorito es el general Mohamed Ould Ghazouani, exjefe del Ej¨¦rcito y exministro de Defensa, designado a dedo por el propio Abdelaziz para sucederle, pero tambi¨¦n que la oposici¨®n est¨¢ dispuesta a formar un s¨®lido bloque si alguno de sus candidatos logra forzar una segunda vuelta. Algunos lo creen posible.
El general Ghazouani, de 62 a?os, es un hombre discreto. Originario del este del pa¨ªs y perteneciente a la influyente tribu de los Ideiboussat, incluso sus rivales alaban su capacidad de di¨¢logo, de la que tan necesitada est¨¢ la vida pol¨ªtica mauritana, y su historial al margen de casos de corrupci¨®n o enriquecimiento il¨ªcito. Adem¨¢s, es el mu?idor en la sombra de la celebrada gesti¨®n antiterrorista y en materia de seguridad que ha llevado a Mauritania de ser un foco de inseguridad, con constantes ataques a bases militares y asesinatos o secuestros de occidentales, a convertirse en un pa¨ªs libre de atentados desde hace una d¨¦cada. Incluso los turistas han vuelto a pasearse por Adrar y Chinguetti en el ¨²ltimo a?o.
Este balance de estabilidad y de plena cooperaci¨®n en la lucha contra el terror, que tanto agrada a las canciller¨ªas extranjeras, sobre todo francesa y estadounidense, representa todo un aval para una candidatura que viene acompa?ada de buenas cifras econ¨®micas, con un crecimiento del 3,5% en 2018 y una previsi¨®n del 4,5% para 2019. A la solidez de sus dos grandes pilares, la pesca y el mineral de hierro de Zuerat, se han sumado los dividendos del oro que explota sobre todo la empresa canadiense Kinross y la enorme expectativa de otro gran recurso, el gas, que comenzar¨¢ a manar del yacimiento offshore de Grand Tortue en 2022 de la mano de BP y Kosmos y del que Nuakchot y su puerto se ver¨¢n, sin duda, beneficiados.
La cara B de la reciente historia de ¨¦xito mauritana, que se pone de manifiesto en el r¨¢pido desarrollo que est¨¢n viviendo su capital, as¨ª como la ciudad de Nuadib¨² y su pujante zona franca, sigue siendo las enormes fracturas de una sociedad que no acaba de resolver sus enormes diferencias. Los negros, pese a ser mayoritarios, siguen excluidos de los ¨¢mbitos de decisi¨®n y poder por la minor¨ªa blanca de origen ¨¢rabe y esta discriminaci¨®n se traduce en escandalosas tasas de pobreza y exclusi¨®n que afectan sobre todo a los haratines (descendientes de esclavos) y a los negroafricanos, la mayor¨ªa de la etnia peul, pero tambi¨¦n sonink¨¦s o wolofs.
Frente a Ghazouani emerge la figura de su m¨¢s s¨®lido rival, el ex primer ministro Sidi Mohamed Ould Boubacar, tambi¨¦n de 62 a?os. Alejado durante a?os de la vida pol¨ªtica, el exembajador natural de Atar sorprendi¨® a los mauritanos anunciando su candidatura. Cuenta con dos apoyos notables, entre otros: el de los islamistas moderados de Tawassoul, es decir, de la primera fuerza pol¨ªtica de la oposici¨®n, y el de su ¨ªntimo amigo y a la vez constante piedra en el zapato del presidente Abdel Aziz todos estos a?os, el poderoso y adinerado empresario en el exilio Mohamed Ould Bouamatou. Al general Ghazouani le ha salido un rival de peso.
El tercero en discordia pero el primero en anunciar su candidatura es el militante antiesclavitud Biram Dah Abeid, quien en 2014 ya hizo su primer intento alcanzando tan solo el 9% de los votos, eso s¨ª, ante la poderosa maquinaria electoral de Abdelaziz y en ausencia de todos los pesos pesados de la oposici¨®n que decidieron entonces boicotear los comicios. El defensor de los descendientes de los esclavos, encarcelado en varias ocasiones por sus constantes diatribas y acciones contra el poder, cuenta no solo con cierto reconocimiento internacional, sino con el respaldo de los negroafricanos m¨¢s radicales. Sin embargo, su virulencia verbal y sus posicionamientos tambi¨¦n generan cierta inquietud en un pa¨ªs de militares levantiscos.
Adem¨¢s de sus limitadas posibilidades de situarse entre los dos primeros, la gran partida que juega Biram Dah Abeid este s¨¢bado es saber qui¨¦n consigue m¨¢s apoyo entre los negroafricanos, si ¨¦l o el candidato de la etnia peul y veterano periodista Baba Hamidou Kane, l¨ªder de la coalici¨®n Vivir juntos que, con ese nombre, adem¨¢s de una agrupaci¨®n de partidos es toda una declaraci¨®n de intenciones. El quinto aspirante en liza es el izquierdista Mohamed Ould Maouloud, opositor pertinaz al frente de la Uni¨®n de Fuerzas de Progreso que se ha visto beneficiado de la retirada de la carrera presidencial del respetado Ahmed Ould Daddah, que no puede presentarse por haber superado la barrera de los 75 a?os y que le ha ofrecido su respaldo. El ¨²ltimo candidato es el independiente Mohamed Lemine El-Mourteji El-Wavi, pr¨¢cticamente un desconocido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.