Macron, contra el Estado profundo franc¨¦s
El presidente recurre a uno de los conceptos predilectos de los populistas para denunciar obstruccionismo a sus pol¨ªticas
La expresi¨®n Estado profundo?suena extra?a en boca de Emmanuel Macron. Es m¨¢s habitual leerla en textos conspiracionistas o escucharla de pol¨ªticos populistas que en discursos del presidente franc¨¦s. Macron, a fin de cuentas, pretende encarnar todo lo contrario de estas corrientes ¡ªel conspiracionismo, el populismo y el nacionalismo¡ª, pujantes en las democracias occidentales.
En los ¨²ltimos d¨ªas, sin embargo, ha pronunciado la expresi¨®n en varias intervenciones p¨²blicas, casi como quien no quiere la cosa. Y ha se?alado a este ente difuso ¡ªel Estado profundo¡ª como un freno a algunas de sus iniciativas clave en la segunda parte de su quinquenio presidencial. Entre otras, el acercamiento a Rusia.
¡°S¨¦ que, como dir¨ªan ciertos te¨®ricos extranjeros, tambi¨¦n nosotros tenemos un Estado profundo¡±, dijo Macron el 27 de agosto, en el discurso anual ante los embajadores de Francia en el resto del mundo. El presidente se refer¨ªa a la necesidad de ¡°repensar con profundidad¡± la relaci¨®n de Francia con las grandes potencias mundiales. El problema, continu¨®, es que, a veces, ¨¦l marca una l¨ªnea pol¨ªtica, pero los diplom¨¢ticos contin¨²an actuando como siempre, sin variar la l¨ªnea anterior ni obedecer al jefe de Estado.
En el caso de la aproximaci¨®n a Rusia, la idea es que en el Quai D¡¯Orsay ¡ªel Ministerio de Exteriores¡ª se atrinchera un nutrido e influyente grupo de diplom¨¢ticos proamericanos, atlantistas y hostiles a cortejar a la Rusia de Vlad¨ªmir Putin. En una entrevista en 2017 con EL PA?S y otros medios, Macron lo describi¨® como ¡°una forma de neoconservadurismo importada en Francia desde hace 10 a?os¡±.
El discurso ante los embajadores no fue la ¨²nica alusi¨®n reciente al Estado profundo. Unos d¨ªas antes, en un encuentro con periodistas en v¨ªsperas de la cumbre del G7 en Biarritz, Macron lo cit¨® dos veces. Al aludir al acercamiento con Rusia, dijo que la iniciativa topaba con ¡°los Estados profundos de un lado y otro, en Par¨ªs y en Mosc¨²¡±. Despu¨¦s defendi¨® la decisi¨®n de prescindir del tradicional comunicado final en el G7 con el argumento de que las negociaciones para redactarlos eran ¡°disputas de bur¨®cratas y Estados profundos¡±.
El periodista Jean-Dominique Merchet, del diario L¡¯Opinion, fue uno de los primeros en destacar el extra?o uso por parte de Macron de este concepto, ¡°poco com¨²n en el vocabulario pol¨ªtico franc¨¦s fuera de los c¨ªrculos conspiracionistas¡±. ¡°Es un t¨¦rmino que se emplea mucho en Estados Unidos, tambi¨¦n en Italia, pero raramente en Francia¡±, coincide el historiador Jean-Baptiste No¨¦, que abord¨® el caso franc¨¦s en un monogr¨¢fico de la revista italiana de geopol¨ªtica Limes sobre los Estados profundos. ¡°En Francia se habla m¨¢s bien de Administraci¨®n o de funci¨®n p¨²blica¡±, a?ade en una conversaci¨®n telef¨®nica.
En los ¨²ltimos a?os, la expresi¨®n se ha puesto de moda en Estados Unidos. El presidente Donald Trump?y sus seguidores la usan para referirse a las supuestas estructuras ocultas del poder en Washington que socavan su acci¨®n pol¨ªtica desde dentro de la Administraci¨®n. A veces sirve para referirse a lo que un antecesor suyo, Dwight Eisenhower, denunci¨® como el complejo militar-industrial, o a la CIA, el FBI, el NSA y otras agencias. El Estado profundo ser¨ªa la parte del Estado que no se ve y que, sin haber pasado por las urnas ni estar sometido a contrapoderes, siempre est¨¢ ah¨ª, defendiendo sus intereses m¨¢s all¨¢ de qu¨¦ partido o personalidad gobierne.
?Tiene sentido aplicar el concepto en Francia? Suele decirse que Francia es el pa¨ªs en el que el Estado fabric¨® la naci¨®n. Ambos ¡ªFrancia y Estado¡ª son casi indisociables. La existencia de un cuerpo de altos funcionarios, todos formados en las mismas instituciones p¨²blicas de ¨¦lite, no es vergonzosa ni digna de ocultarse. Al contrario, forma parte de la identidad nacional.
En opini¨®n de No¨¦, al hablar de Estado profundo, Macron pod¨ªa referirse al hecho de que ¡°es la Administraci¨®n quien dirige [el Estado] y no los ministros¡±. En el art¨ªculo en Limes, cita un ejemplo: entre 2012 y 2017, Francia tuvo cuatro ministros de Educaci¨®n, con lo que eran los altos funcionarios los que ten¨ªan la capacidad para llevar a cabo las reformas educativas y quienes representaban la continuidad del poder.
En Francia, el Estado profundo ser¨ªa los enarcas, los antiguos alumnos de la Escuela Nacional de Administraci¨®n, vivero de presidentes, ministros y jefes de grandes empresas. O habr¨ªa podido ser, durante la descolonizaci¨®n y la Guerra Fr¨ªa, la llamada Fran?afrique: las redes informales y corruptas entre el El¨ªseo y las viejas colonias. El entorno de Macron se ha quejado en otras ocasiones de la tecnoestructura, estos altos funcionarios que pueblan los ministerios y supuestamente frenan la ejecuci¨®n de las reformas.
Puede resultar desconcertante escuchar al presidente usar el lenguaje de sus adversarios pol¨ªticos: en Francia, es m¨¢s habitual o¨ªr estas expresiones en boca de Marine Le Pen, l¨ªder de la extrema derecha, que del liberal Macron. Pero estas palabras tambi¨¦n sirven al Macron reformista para se?alar que es la ¨¦lite ¡ªtambi¨¦n¡ª la que impide los cambios en Francia y que en esto ¨¦l est¨¢ con el pueblo. Es el ¡°populismo mainstream¡±, como lo defini¨® uno de sus mentores: el del centrista y el moderado que ocasionalmente recurre a la ret¨®rica populista para impulsar su agenda.
La paradoja es que el presidente es un enarca, como algunos de sus colaboradores m¨¢s estrechos, y ha hecho carrera en la alta Administraci¨®n: ¨¦l mismo destila la esencia de lo que denuncia. Parafraseando al Rey Sol, podr¨ªa decir: ¡°El Estado profundo soy yo¡±.
De Turqu¨ªa a Estados Unidos
"El concepto [de Estado profundo] apareci¨® tras varios esc¨¢ndalos que conmovieron Turqu¨ªa en los a?os noventa, cuando la colaboraci¨®n turbia entre el espionaje estatal, la justicia corrupta y el crimen organizado parec¨ªan dirigir el sistema desde las bambalinas", explica el historiador Jean-Pierre Filiu en From Deep State to Islamic State (Del Estado Profundo al Estado Isl¨¢mico). "El Estado profundo es la gran historia de nuestra ¨¦poca. Es el hilo conductor que conecta la guerra contra el terrorismo con la militarizaci¨®n de la pol¨ªtica exterior, la financiarizaci¨®n y la desindustrializaci¨®n de la econom¨ªa americana, el auge de la estructura social plutocr¨¢tica que ha alumbrado la sociedad m¨¢s desigual en un siglo, y la disfunci¨®n pol¨ªtica que ha paralizado la gobernanza del d¨ªa a d¨ªa y ha empujado a los votantes hacia Trump", escribe Mike Lofgren en The deep state. The fall of the Constitution and de rise of a shadow government (Estado profundo. La ca¨ªda de la Constituci¨®n y el ascenso de un gobierno en la sombra).
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