El G7 realza el papel de Macron en la escena global y le refuerza en Francia

Todo le sali¨® bien. Emmanuel Macron emerge como el triunfador de la cumbre del G7, las principales democracias industriales del planeta reunidas entre el s¨¢bado y el lunes en Biarritz (Francia). El presidente franc¨¦s, anfitri¨®n del c¨®nclave, manej¨® con destreza a su hom¨®logo estadounidense, Donald Trump, y evit¨® que incendiase el encuentro. Forj¨® consensos entre los l¨ªderes sobre la Amazonia, el comercio internacional y los impuestos a las multinacionales tecnol¨®gicas. E impuls¨® una cumbre, que podr¨ªa celebrarse ¡°en las pr¨®ximas semanas¡±, entre Trump y su hom¨®logo iran¨ª, Hasan Rohani. Tras meses en dificultades por la revuelta de los chalecos amarillos, el franc¨¦s inicia el curso pol¨ªtico reforzado, en Francia y en el exterior.

Macron quer¨ªa un G7 ¨²til. Desde hace a?os se cuestiona este foro por su ineficiencia y su poca representatividad por la ausencia de nuevas potencias como China. Para el presidente franc¨¦s, la cumbre era un examen a una doctrina diplom¨¢tica que ve en Francia ¡ªy con ella la Uni¨®n Europea¡ª una palanca para ejercer de fuerza pacificadora en un mundo desordenado y eruptivo.

¡°Macron ha logrado relegitimar la f¨®rmula del G7 y dar de nuevo a Francia un papel central de mediador. El presidente franc¨¦s ha jugado bien sus cartas. Uno siente la tentaci¨®n de decir: ¡®Bravo,? artista¡±, resume el ensayista Dominique Mo?si, consejero del laboratorio de ideas Institut Montaigne y veterano especialista en geopol¨ªtica. En seguida, Mo?si matiza: ¡°Despu¨¦s ya veremos lo que queda de todo esto¡±.

Macron invit¨® por sorpresa a Biarritz al ministro de Exteriores iran¨ª, Mohamad Javad Zarif, y anunci¨® la iniciativa para que Trump y Rohani se vean las caras. Pero hoy la posibilidad de que la cumbre se celebre es incierta.

El presidente franc¨¦s convenci¨® a sus colegas para que firmasen una declaraci¨®n de un folio redactada por ¨¦l mismo, en vez del tradicional comunicado, largo y negociado hasta la m¨ªnima coma. Pero los compromisos son muy generales y resumen posiciones casi siempre ya conocidas de antemano, como el apego formal al libre comercio y a la estabilidad de la econom¨ªa mundial, o el llamamiento a evitar la violencia en Hong Kong.

El G7 es un foro informal y nada de lo que se decide es vinculante. Pero Macron ha sabido usarlo para abrir perspectivas en Ir¨¢n o para rebajar la tensi¨®n transatl¨¢ntica. El explosivo Trump se march¨® satisfecho, sin causar desperfectos.

Macron ocupa espacios que han quedado libres. ¡°La naturaleza siente horror al vac¨ªo y el presidente franc¨¦s ha sabido aprovechar el momento¡±, explica Mo?si. Con la canciller alemana, Angela Merkel, en retirada y el nuevo primer ministro brit¨¢nico, Boris Johnson, en el laberinto del Brexit, se ha consolidado como el l¨ªder m¨¢s influyente en la UE. En el G7, y unos d¨ªas antes con su reuni¨®n con el ruso Vlad¨ªmir Putin, ha proyectado este papel hacia el resto del mundo. En la ¡°tradici¨®n gaullo-mitterrandiana¡± ¡ªla de los presidentes De Gaulle y Mitterrand¡ª, Francia act¨²a como ¡°potencia de equilibrio¡±, por citar expresiones que Macron suele emplear.

Cuestionar a Bolsonaro

Y el gaullo-mitterrandismo es una forma de realpolitik: los intereses priman sobre los valores. En Biarritz se escenific¨® el contraste. Mientras el presidente franc¨¦s agasajaba a Trump, atacaba a uno de sus disc¨ªpulos aventajados, el brasile?o Jair Bolsonaro, por insultar a su esposa, Brigitte. El presidente franc¨¦s cuestion¨® que Bolsonaro est¨¦ ¡°a la altura¡± de su cargo. La diferencia de trato era llamativa.

¡°Hay que ser prudente: [Trump] puede salir reelegido¡±, comenta Mo?si. ¡°Pienso sinceramente que, en el fondo del coraz¨®n, el presidente franc¨¦s debe desear la derrota de Trump y que piensa de ¨¦l lo mismo que de Bolsonaro, es decir, que el pueblo americano merece algo mejor".

En Francia hac¨ªa tiempo que no se escuchaban tantos elogios hacia su presidente. ¡°Macron great again¡±, se lee en la vi?eta del dibujante Plantu en Le Monde. La vi?eta retrata al presidente franc¨¦s con una camiseta que lleva esta inscripci¨®n ("Macron grande de nuevo¡±, una par¨¢frasis del ¡°Am¨¦rica grande de nuevo¡± de Trump) mientras Trump se sube a su avi¨®n mirando en su tel¨¦fono su cuenta de Twitter, su medio predilecto para hacer pol¨ªtica y desatar pol¨¦micas. El mensaje de Plantu resume el tono de buena parte de los comentarios. ¡°Macron apacigua a Trump y salda con ¨¦xito el G7¡±, titula su informaci¨®n Le Monde. ¡°La victoria diplom¨¢tica de Macron¡±, coincide Le Figaro.

Otro ¨¦xito de la cumbre ha sido la ausencia de disturbios, abortados por una despliegue policial y unas medidas de seguridad imponentes. No es poco, en un a?o de enfrentamientos violentos entre manifestantes y polic¨ªa y de destrozos en los centros urbanos.

La inc¨®gnita es si, para Macron, el efecto Biarritz ser¨¢ duradero, en el exterior y en Francia. Con frecuencia, la gloria de alta pol¨ªtica internacional se diluye al cruzar las fronteras de propio pa¨ªs. El presidente ha sugerido que quiere ajustar su m¨¦todo de gobierno: rebajar su imagen de arrogancia y elitismo y abrirse al di¨¢logo con los franceses. La reforma de las pensiones marca la rentr¨¦e, el inicio del curso. El presidente gobierna sin oposici¨®n pero el malestar populista no ha desparecido.