El camale¨®n desnudo
Robert Mugabe gobern¨® desde un pragmatismo que encandil¨® a Occidente. Hizo honor a su sobrenombre El Camale¨®n
Robert Mugabe podr¨ªa haber ascendido al pante¨®n de l¨ªderes de ?frica, ejemplos ¨¦ticos y pol¨ªticos para millones de personas. Ah¨ª est¨¢n los tres grand¨ªsimos: Kwame Krumah (Ghana), Nelson Mandela (Sud¨¢frica) y Julius Neyrere (Tanzania), y otros dos venerados como h¨¦roes por su lucha por la libertad y sus prematuras muertes: Patrice Lumumba y Thomas Sankara.
Mugabe pas¨® de ser jefe de una escisi¨®n de la guerrilla que luchaba por la independencia de la entonces llamada Rodesia a l¨ªder de un Gobierno ejemplar. Tal vez porque no ten¨ªa alternativa a los acuerdos de Lancaster House que supusieron la independencia del pa¨ªs. El pacto inclu¨ªa el respeto de las propiedades de los 4.000 granjeros blancos, que ten¨ªan las mejores tierras. La salvaguarda caducaba en 1999. Mugabe aparc¨® su ret¨®rica revolucionaria (fue prochino en los a?os 70), dej¨¢ndola para las grandes ocasiones, hizo progresar a su pa¨ªs y gobern¨® desde un pragmatismo que encandil¨® a Occidente. Hizo honor a su sobrenombre, ¡°El Camale¨®n¡±.
Ese primer Mugabe, padre ejemplar de la patria, muri¨® el 2 de agosto de 1998, tras el fracaso de un golpe militar en Kinshasa, capital de la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo (RDC), alentado por Ruanda y Uganda, descontentos con Laurent Kabila, a quien hab¨ªan situado en el trono de Mobutu Sese Seko. Aquella acci¨®n desencaden¨® lo que Madeleine Albright llam¨® la ¡°primera guerra mundial africana¡±. Nueve pa¨ªses se enfrentaron divididos en dos bandos. Mugabe eligi¨® el de Kabila apoyado por el presidente de Angola, Jos¨¦ Eduardo dos Santos.
No fue desinteresado. Envi¨® 11.000 soldados a cambio de concesiones mineras por valor de 200 millones de d¨®lares. Las cuentas nunca salieron, aunque la aventura costaba a su pa¨ªs un mill¨®n de d¨®lares al mes, porque los ingresos fueron a los bolsillos de Mugabe y su camarilla.
Zimbabue entr¨® en crisis, subieron los precios de la gasolina, creci¨® el descontento y Mugabe perdi¨® inesperadamente en febrero de 2000 el refer¨¦ndum para la reforma constitucional, que deb¨ªa reemplazar a los acuerdos de Lancaster House. Le acababa de surgir una oposici¨®n en torno al Movimiento por el Cambio Democr¨¢tico (MCD) que pon¨ªa en riesgo el monopolio del poder. Desde entonces, el descenso a los infiernos. Desat¨® la represi¨®n contra el MDC, mand¨® a sus veteranos ocupar las fincas de los blancos (quedaban 400) y reprimi¨® con brutalidad desde un estado de emergencia permanente. Un pa¨ªs exportador de alimentos empez¨® a pasar hambre.
El Camale¨®n, reducido a una caricatura de s¨ª mismo, dej¨® el poder en noviembre de 2017, derrocado por un golpe palaciego liderado por uno de los suyos, Emmerson Mnangagwa. Poco ha cambiado con los nuevos l¨ªderes. Lo ¨²nico que pretend¨ªan era sustituir al impopular actor principal, temerosos de que una revuelta les expulsara a todos del escenario.
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