El retorno de los Avengers patrios
Existi¨® una tendencia enfrentada por los herederos pol¨ªticos de los conservadores y los porfiristas que rebaj¨® a los personajes centrales de nuestra historia a monigotes sin m¨¦rito
En Francia, suele utilizarse la expresi¨®n ¡°como ej¨¦rcito mexicano¡± para hacer referencia a un grupo indisciplinado, en el que todos quieren mandar y nadie obedece. Debo aceptar que me da risa la frasecita (que, al parecer, proviene de las opiniones de los franceses que viv¨ªan en nuestro pa¨ªs en tiempos de la Revoluci¨®n y atestiguaron el caos de las tropas rebeldes, que, no olvidemos, operaban de modos tan enredados que se autoapodaron con el mote de la ¡°Bola¡±), pero s¨¦ que a muchos compatriotas les indigna profundamente.
Por all¨¢ del a?o 2009, el pol¨ªtico galo Christian Estrosi, alcalde de la ciudad de Niza, critic¨® a sus compa?eros de partido por comportarse como ¡°un ej¨¦rcito mexicano¡±. Los medios nacionales hirvieron de c¨®lera y nuestro embajador en Par¨ªs, Carlos de Icaza, present¨® incluso una protesta formal, en la que lamentaba que Estrosi hubiera empleado ¡°una expresi¨®n perjudicial para un pa¨ªs amigo¡±. Los mexicanos, que parodiamos incansablemente a gringos, espa?oles, asi¨¢ticos, centroamericanos, argentinos, etc¨¦tera, somos as¨ª de susceptibles cuando nos tocan la identidad con el p¨¦talo de unas palabras.
A la vez, M¨¦xico incuba contradicciones centrales en la manera en la que se ve a s¨ª mismo. Por decenios (los del largo dominio pol¨ªtico del PRI) contemplamos la exaltaci¨®n de un pu?ado de h¨¦roes patrios, cuyas historias se repet¨ªan incesantemente en las escuelas y los discursos pol¨ªticos y cuya iconograf¨ªa formaba parte fundamental de la imagen del r¨¦gimen. Las vidas y palabras de Hidalgo, Morelos, Guerrero, la Corregidora Ortiz de Dom¨ªnguez, Benito Ju¨¢rez, Madero, Zapata, etc¨¦tera, nos fueron repetidas al modo de un catecismo, tal y como hac¨ªa la Iglesia con las vidas de santos, en busca de inculcarnos un fervor patri¨®tico de tintes religiosos. El pa¨ªs estaba (y sigue) tapizado de sus bustos, monumentos y retratos, as¨ª como de miles de calles con sus nombres (en cada ciudad de mediana para arriba suele haber m¨¢s de cinco o seis Hidalgos¡).
La contraparte es que siempre existi¨® una tendencia enfrentada, sostenida por los herederos pol¨ªticos de los conservadores y los porfiristas, que rebaj¨® a los personajes centrales de nuestra historia a monigotes sin m¨¦rito alguno o canallas funestos (Hidalgo, dec¨ªan, fue un prepotente y un inepto; la Corregidora, una infiel; Ju¨¢rez se hab¨ªa vendido a los gringos y los masones; Madero no era sino un supersticioso y Zapata, un b¨¢rbaro, etc¨¦tera). Las tornas se invert¨ªan al referirse a los antagonistas de los h¨¦roes. En la escuela y los discursos, Iturbide (a pesar de haber sido, para todo efecto pr¨¢ctico, el ¡°libertador¡±), Maximiliano, Porfirio D¨ªaz, Huerta, eran ritualmente cubiertos de lodo y acusados de todas las taras y retrasos del pa¨ªs. Pero aquellos que opinaban que el Cura Hidalgo era un botarate se animaban a prenderles una velita en su altar.
Cualquier mexicano mayor de 35 a?os sabe esto. Y sabe que fuimos educados en un universo hist¨®rico tan plano y despojado de matices que bien podr¨ªa decirse que esos h¨¦roes fueron los Avengers de nuestra infancia. Y que Maximiliano y Porfirio oficiaron como los Thanos de ocasi¨®n¡
Cuando los conservadores le ganaron las elecciones al PRI y lo sacaron del poder, al inicio de este siglo, la cosa se puso confusa. Algunos quisieron a?adir a don Porfirio a la letan¨ªa de vivas del Grito de Independencia; otros pugnaron por ¡°limpiar¡± las im¨¢genes de Maximiliano o Miram¨®n, la nem¨¦sis de Ju¨¢rez, en los libros escolares. Pero esos mensajes contradictorios (y muy mal enviados) hicieron crisis con los anteriores. Y lo que pas¨® fue que el discurso oficial y el educativo se enfocaron en otros campos y dejaron empolvarse el tema de los h¨¦roes y los villanos. En unos pocos a?os, Hidalgo se volvi¨® pasto de memes y chistes de Whatsapp y poco m¨¢s.
Hoy el nuevo gobierno tiene un discurso marcial y reivindicativo y cada lunes y cada martes el presidente habla de Ju¨¢rez, Morelos y Guerrero como si citara a los Profetas. Y me pregunto si el regreso de la historia ?o?a de Avengers patrios del pasado no es solo un intento de legitimaci¨®n simb¨®lica y de explotaci¨®n de atavismos. Y me pregunto de qu¨¦ les servir¨¢ a los ni?os que les cuenten los mismos cuentos planos que nos contaron a nosotros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.