Aluvi¨®n de cr¨ªticas contra la l¨ªder de Hong Kong en un encuentro con ciudadanos
Varias decenas de manifestantes en el exterior levantaron barricadas al t¨¦rmino del acto
Una de las principales cr¨ªticas que los manifestantes antigobierno de Hong Kong profieren contra la jefa del Ejecutivo aut¨®nomo, Carrie Lam, es que no escucha a los ciudadanos. Este jueves, como gesto de buena voluntad, la ministra principal se reuni¨® con 150 de ellos, elegidos al azar entre m¨¢s de 20.000 que se ofrecieron voluntarios. Si esa muestra es representativa del conjunto de la poblaci¨®n, no son buenas noticias ni para ella ni para Pek¨ªn: el torrente de acusaciones de los participantes fue menos un di¨¢logo que un vapuleo verbal casi un¨¢nime contra ella y contra el cuerpo de Polic¨ªa.
El encuentro, en una sala del estadio Queen Elizabeth en el centro de Hong Kong, hab¨ªa generado una enorme expectaci¨®n y un descomunal despliegue de seguridad. Cerca de 3.000 agentes aguardaban en puntos en torno al estadio para garantizar que la impopular jefa de Gobierno podr¨ªa entrar y salir indemne.
La reuni¨®n empez¨® puntual. La mayor¨ªa de los representantes del p¨²blico presentes era de mediana edad; el resto, j¨®venes. Varios llevaban la cara cubierta con mascarillas. Cada participante autorizado a hablar ten¨ªa tres minutos para expresar sus quejas sobre la situaci¨®n del territorio aut¨®nomo. Muchos se pasaron de tiempo. Todos ten¨ªan prohibido presentarse con objetos relacionados con las manifestaciones: cascos, paraguas, m¨¢scaras de gas o banderolas.
La primera intervenci¨®n sent¨® el tono de la mayor¨ªa de las restantes. ¡°Un mill¨®n de personas se manifestaron el 9 de junio, pero el Gobierno sigui¨® adelante con la tramitaci¨®n del proyecto de ley de extradici¨®n¡±, acus¨® una veintea?era. Ese proyecto de ley ¡ªque hubiera permitido entregar sospechosos a pa¨ªses con los que Hong Kong no tiene un acuerdo espec¨ªfico para ello, incluida China¡ª desat¨® las movilizaciones que ya duran tres meses y se han convertido en un movimiento para exigir democracia y el fin de lo que consideran injerencia de Pek¨ªn en los asuntos locales del territorio aut¨®nomo. ¡°?Por qu¨¦ no puede el Gobierno establecer una comisi¨®n de investigaci¨®n que examine los actos de la Polic¨ªa? ?Va a usted a plantearse relanzar un proceso de reformas pol¨ªticas?¡±, preguntaba la joven.
Ambas exigencias figuran en la lista de cinco demandas que reclaman los manifestantes, adem¨¢s de la retirada del proyecto de ley ¡ªla ¨²nica condici¨®n aceptada hasta el momento¡ª, la puesta en libertad de los detenidos en las protestas y la retirada de la calificaci¨®n de ¡°disturbios¡± para esas movilizaciones.
¡°Parece que solo le preocupa conseguir los votos suficientes de los ricos y poderosos, pero no le interesan mucho las opiniones del p¨²blico en general¡±, acusaba una mujer madura, que se describ¨ªa como partidaria de las manifestaciones pac¨ªficas. ¡°Todos sabemos que usted no tiene poder de decisi¨®n. As¨ª que no hay mucho de qu¨¦ hablar, la verdad¡±, declaraba otro hombre.
De la treintena de asistentes que tuvieron tiempo de tomar la palabra, cerca de la mitad reclam¨® una comisi¨®n independiente sobre la violencia policial en estos tres meses. ¡°El miedo a la Polic¨ªa est¨¢ bastante extendido estos d¨ªas¡±, comentaba uno de los interpelantes. Al menos cuatro reiteraron el eslogan ¡°Cinco demandas, ni una menos¡±. Varios reclamaron el cierre del centro de reclusi¨®n para inmigrantes de San Uk Ling, en desuso pero a donde se ha llevado a centenares de los cerca de 1.500 detenidos durante las protestas, entre denuncias de malos tratos. Varios de los participantes en la reuni¨®n de esta noche tambi¨¦n reclamaron el sufragio universal para el territorio aut¨®nomo, como estipula la Ley B¨¢sica, la constituci¨®n local.
Apenas media docena de personas se mostraron neutrales, o en apoyo del Gobierno aut¨®nomo y la Polic¨ªa. Una mujer se lamentaba de que se permitiera a los manifestantes detenidos quedar en libertad bajo fianza y ¡°salir de rositas¡±, pese a ¡°las enormes pruebas¡± contra ellos.
Mientras se suced¨ªan las andanadas contra ella, Lam se manten¨ªa estoica. Asegur¨® que el uso de San Uk Ling hab¨ªa sido un recurso de urgencia y no volver¨¢ a utilizarse, en el compromiso m¨¢s tangible de la noche. ¡°S¨¦ bien que el p¨²blico no tiene mucha confianza en el Gobierno, y espero que podamos fortalecer esa confianza¡±, sosten¨ªa la jefa del ejecutivo, que antes de comenzar la sesi¨®n hab¨ªa insistido en que se trataba de un ejercicio de consultas sincero y no ¡°un gesto de relaciones p¨²blicas¡±. Habr¨¢ m¨¢s encuentros de este tipo, prometi¨® al final.
C¨®mo piensa recuperar la confianza del p¨²blico, o tender puentes, sigue sin estar claro. No se aceptar¨¢n, al menos de momento, ninguna de las demandas restantes. ¡°El autogobierno para Hong Kong no es factible¡±, subrayaba esta funcionaria de carrera. ¡°Algunas de las exigencias planteadas por los manifestantes, como la puesta en libertad de los detenidos, no se pueden aceptar porque no se corresponden con el Estado de derecho¡±, sostuvo.
A lo largo de las dos horas y media que dur¨® la reuni¨®n, decenas de j¨®venes con la cara cubierta por mascarillas aguardaban en el exterior del estadio, entre gritos contra el Gobierno y a favor de la autonom¨ªa de Hong Kong. Al t¨¦rmino del encuentro, las decenas se hab¨ªan convertido en centenares. Varios comenzaron a levantar barricadas en torno a la edificaci¨®n y bloquearon el acceso.
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