La nueva presidenta de la Comisi¨®n Europea vivir¨¢ en un minipiso de 25 metros cuadrados junto a su despacho
Ursula von der Leyen pretende evitar los atascos de Bruselas y ahorrar en seguridad cuando duerma en B¨¦lgica
Ursula von der Leyen podr¨¢ presumir de ser la ¨²ltima en marcharse del trabajo. De hecho, ni siquiera lo abandonar¨¢. Al menos no del todo. La nueva presidenta de la Comisi¨®n Europea, que tomar¨¢ posesi¨®n del cargo el pr¨®ximo 1 de noviembre, ha pedido acondicionar una vivienda junto a su despacho en la planta 13 del edificio Berlaymont, sede del Ejecutivo europeo, seg¨²n adelant¨® este jueves el diario alem¨¢n Die Welt y confirmaron a este diario fuentes de su equipo.
La decisi¨®n de la exministra de Defensa alemana tiene algo de austeridad luterana: ahorrar¨¢ al erario p¨²blico los costes de seguridad dado que el inmueble cuenta ya con personal dedicado a su protecci¨®n, no abonar¨¢ a un casero los m¨¢s de 4.000 euros mensuales que le corresponden para su hospedaje personal ¡ªs¨ª recibir¨¢ su salario de 27.903 euros brutos mensuales, gravados con un 45% de impuestos¡ª, y har¨¢ menos uso del ch¨®fer, exento del trayecto diario entre casa y trabajo.
El gesto tiene tambi¨¦n mucho de pr¨¢ctico y funcional: en su nueva ubicaci¨®n esquivar¨¢ los habituales atascos que cada ma?ana y a ¨²ltima hora de la tarde colapsan Bruselas, una de las capitales con m¨¢s embotellamientos del continente.
El espacio elegido por Von der Leyen para descansar no destaca por su amplitud. Dispone de solo 25 metros cuadrados, y en medio de una apretada agenda de viajes, solo ser¨¢ utilizado cuando duerma en B¨¦lgica. Su residencia principal seguir¨¢ estando en la localidad alemana de Hannover, a unos 500 kil¨®metros de Bruselas, donde se encontrar¨¢ con su marido, Heiko von der Leyen, m¨¦dico y fundador de una empresa de biotecnolog¨ªa de or¨ªgenes aristocr¨¢ticos ¡ªsus siete hijos estudian y trabajan en distintas ciudades¡ª. Hasta all¨ª se desplazar¨¢ los fines de semana en que su actividad se lo permita para sumergirse en una atm¨®sfera muy distinta: una amplia casa de campo donde alimenta a cabras, perros y gallinas y monta a caballo. Su particular para¨ªso personal.
Su predecesor en el cargo, el todav¨ªa presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, tambi¨¦n conserv¨® su propia residencia en su pa¨ªs, Luxemburgo, pero para sus estancias en Bruselas eligi¨® alquilar un apartamento de 50 metros cuadrados en un hotel a raz¨®n de 3.250 euros al mes, seg¨²n confes¨® ¨¦l mismo en una entrevista al diario alem¨¢n Bild.
El alojamiento no siempre satisfizo sus necesidades por completo. En esa misma publicaci¨®n se quej¨® de que a diferencia del pelot¨®n de embajadores que se mueven por la capital belga, o del secretario general de la OTAN, tanto ¨¦l como el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, carecen de una morada apropiada en la ciudad para recibir visitas oficiales, lo que les obliga a sobrellevar inc¨®modos traslados pese a su situaci¨®n de privilegio como m¨¢ximos mandatarios de la UE.
Von der Leyen, que apenas tendr¨¢ que deslizarse de la cama para entrevistarse con los numerosos l¨ªderes internacionales que acuden cada semana al edificio Berlaymont o descolgar el tel¨¦fono, no tendr¨¢ ese problema. Tampoco el de llegar con retraso a las reuniones. La perspectiva de hacer noche de manera cotidiana entre los fr¨ªos muros de la gran fortaleza de la burocracia europea durante los pr¨®ximos cinco a?os puede no resultar el plan id¨®neo para muchos, pero la experiencia no le resultar¨¢ del todo ajena. Durante su periodo como ministra de Defensa, al igual que otros colegas del Gobierno alem¨¢n, ya eligi¨® pernoctar en el edificio donde trabajaba en Berl¨ªn.
Antes de la elecci¨®n de Von der Leyen, Juncker avis¨® a su entonces desconocido sucesor de que el trabajo de presidente de la Comisi¨®n Europea es un empleo a tiempo completo que requiere una dedicaci¨®n de 18 horas al d¨ªa. Si est¨¢ en lo cierto, el nuevo hogar de Von der Leyen ser¨¢ el lugar de desconexi¨®n en esas seis horas libres para la pr¨®xima jefa de los m¨¢s de 30.000 funcionarios del organismo que marca el rumbo de la Uni¨®n Europea. Todo sin apenas salir de la oficina.
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