El socialista Costa gobernar¨¢ en minor¨ªa en Portugal sin acuerdos estables

No habr¨¢ m¨¢s?geringon?a (jerigonza, en espa?ol) en Portugal. Tras reunirse con los socios parlamentarios de la anterior legislatura, Bloco, PC y Verdes, el l¨ªder socialista Ant¨®nio Costa, que gan¨® las elecciones del pasado domingo, ha garantizado que habr¨¢ un Gobierno estable en minor¨ªa, pero sin reeditar los pactos firmados en 2015 con los partidos a su izquierda.

Costa se ha reunido estos d¨ªas con Bloco (19 diputados), PC (12), el ecologista PAN (4) y Livre (1) para exponerles su programa de Gobierno y la posibilidad de alargar un acuerdo cuatrienal. Ninguno rompi¨® lazos, todos se mostraron abiertos a seguir hablando, pero para compromisos puntuales. ¡°A semejanza de la legislatura ahora acabada, seguiremos una metodolog¨ªa id¨¦ntica de apreciaci¨®n previa de las propuestas de los Presupuestos del Estado y de otras relevantes para la soluci¨®n gubernativa¡±, explica el PS en un comunicado emitido tras la reuni¨®n de su Comisi¨®n Pol¨ªtica.

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El texto da por acabada la jeringonza (como se conoci¨® a la alianza de gobierno de la pasada legislatura), que consisti¨® en tres acuerdos de legislatura por escrito entre PS y Bloco, PS y PC y PS y Los Verdes, una exigencia del entonces presidente del pa¨ªs, An¨ªbal Cavaco Silva, para encargarle a Costa la formaci¨®n de Gobierno y no convocar de nuevo elecciones.

El actual presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, no exige ning¨²n papel por escrito ya que, por otro lado, el PS tiene mucha m¨¢s fuerza que en 2015, cuando ni siquiera fue el m¨¢s votado (86 diputados frente a los actuales 106, a 10 de la mayor¨ªa absoluta).

¡°Est¨¢n reunidas las condiciones para que el PS forme Gobierno con perspectivas de estabilidad para el horizonte de la legislatura¡±, declar¨® Costa a la entrada de la reuni¨®n del partido en la noche del jueves. El primer paso es conseguir la mayor¨ªa el Parlamento, donde sus antiguos socios ya han confirmado que no la bloquear¨¢n. Su abstenci¨®n es suficiente para entronizar al segundo Gobierno de Costa.

El siguiente paso son los presupuestos, que Costa quiere presentar al parlamento antes de final de a?o, aunque la negociaci¨®n se alargue a 2020. Una de las exigencias clave del PC y del Bloco es el cambio de la ley laboral, que Costa ha rechazado. Aunque esta ley se cambi¨® en junio, se aprob¨® gracias a los votos de la derecha, ya que mantiene aspectos esenciales de la legislaci¨®n durante el periodo de la troika, especialmente en el coste del despido y en la contrataci¨®n temporal, que BE y PC quieren derogar. No van a poder contar con los socialistas para ello.

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Otra exigencia de Bloco y PC es el aumento generalizado de los salarios. Ah¨ª hay una coincidencia pues Costa ha anunciado que no solo se subir¨¢ el salario m¨ªnimo, sino que mejorar¨¢n los rendimientos de los trabajadores por otras v¨ªas, como la promoci¨®n de las carreras de los funcionarios o la rebaja de gastos por la v¨ªa de libros escolares gratuitos o una menor fiscalidad en la declaraci¨®n de la renta.

El Bloco culpa al PS del fin de la jeringonza. "Lamentamos la decisi¨®n del PS de no continuar en ese camino", ha declarado la l¨ªder del BE Catarina Martins. "Acaba con un modelo que dio pruebas de estabilidad ante las turbulencias pol¨ªticas".

Uno de los problemas para no repetir la jeringonza han sido los celos entre PC y Bloco durante los cuatro a?os pasados y en la campa?a electoral; mientras la l¨ªder del BE se mostraba dispuesta a reeditarlo, aunque fuera a?o a a?o, los comunistas se negaron desde el primer momento, pero tampoco quer¨ªan que el PS privilegiara al Bloco con un acuerdo firme.

La posici¨®n de la direcci¨®n del PC es delicada ya que ha perdido el 30% de los votos que obtuvo en 20015 y 5 de sus 17 diputados. Su carism¨¢tico l¨ªder, Jer¨®nimo de Sousa, ya est¨¢ de retirada y los malos resultados han abierto grietas en el gran¨ªtico comit¨¦ central. En el an¨¢lisis de los resultados, el comit¨¦ central -despu¨¦s de achacar la p¨¦rdida de votos a una confabulaci¨®n general- lanza una critica a exmiembros del partido y algunos militantes que se han apuntado a esa confabulaci¨®n. Una facci¨®n del PC acusa a la direcci¨®n de De Sousa de aburguesamiento y de haberse alineado con la pol¨ªtica capitalista del PS.

Costa no quiere ahondar en la herida y marginar al PC en posibles acuerdos. Una relaci¨®n asim¨¦trica con Bloco y PC provocar¨ªa que uno fuera m¨¢s agresivo que otro en la oposici¨®n. En ese escenario, el PS ha preferido no firmar nada con el Bloco ¡ªque le hubiera asegurado una legislatura tranquila¡ª y negociar ¡°caso a caso¡± en igualdad de condiciones.

Lluvia de candidatos para renovar a los partidos del centro derecha

Costa quita importancia a una falta de acuerdo cuatrienal. Para ¨¦l, lo importante, seg¨²n ha declarado, es que los seis partidos (PS, BE, PC, Verdes, PAN y Livre) ¡°est¨¢n disponibles para un an¨¢lisis conjunto previo de los presupuestos del Estado¡± y, como en el acuerdo anterior, para votar contra las mociones de censura que presenten los partidos a su derecha.

De ese lado de la bancada, el desconcierto es absoluto tras sus malos resultados electorales. El CDS ha perdido 13 de los 18 diputados que ten¨ªa y el PSD, 12, de sus 89. La l¨ªder del CDS, Assun??o Cristas ha renunciado a la reelecci¨®n y ya hay varios precandidatos para su sucesi¨®n.

En el caso del PSD, dirigido desde hace a?o y medio por Rui Rio, ya ha anunciado su candidatura al relevo el exportavoz del grupo Lu¨ªs Montenegro y otros dos se lo piensan, todo ello sin que Rio haya dicho nada desde el d¨ªa de las elecciones.

La dispersi¨®n del votante conservador ha dado un diputado a Iniciativa Liberal y otro a Chega (y no entr¨® Alianza, del ex primer ministro Santana Lopes), dos fuerzas nuevas y m¨¢s a la derecha que aspiran a seguir ara?ando votos a los partidos cl¨¢sicos conservadores o atraerse a la gran bolsa de votos que es una abstenci¨®n del 45%.