Trump defiende la figura de Crist¨®bal Col¨®n ante el revisionismo
El presidente estadounidense rechaza reemplazar la festividad del conquistador por el d¨ªa de los Pueblos Ind¨ªgenas
Para 130 ciudades y ocho Estados de su pa¨ªs, incluido desde la semana pasada el Distrito de Columbia, donde se encuentra la Casa Blanca, el lunes pasado fue el d¨ªa de los Pueblos Ind¨ªgenas. Pero para el presidente Donald Trump, como ha dejado claro en una rueda de prensa conjunta con el mandatario italiano Sergio Mattarella, de visita en Washington, ¡°ser¨¢ siempre el d¨ªa de Col¨®n¡±.
La figura del explorador, que en Estados Unidos se asocia m¨¢s a su origen italiano que a la historia espa?ola, ha estado rodeado de controversia en los ¨²ltimos tiempos. El Consejo del Distrito de Columbia, al que pertenece la capital del pa¨ªs, vot¨® por procedimiento de urgencia suprimir para este a?o la festividad de Columbus Day, o d¨ªa de Crist¨®bal Col¨®n. El descubridor de Am¨¦rica, seg¨²n la nueva norma aprobada, ¡°esclaviz¨®, coloniz¨®, mutil¨® y masacr¨® a miles de pueblos ind¨ªgenas en las Am¨¦ricas¡±.
Pero Donald Trump ha dejado claro que no comparte el punto de vista de los legisladores de su ciudad de adopci¨®n. ¡°El lunes rendimos tributo a un explorador italiano que dirigi¨® un viaje de descubrimiento al Nuevo Mundo, un caballero llamado Crist¨®bal Col¨®n¡±, ha dicho el presidente, al comienzo de su comparecencia conjunta con su hom¨®logo italiano, Mattarella, en la Casa Blanca. ¡°Para m¨ª siempre ser¨¢ el d¨ªa de Col¨®n. A alguna gente no le gusta eso. A m¨ª, s¨ª¡±, ha a?adido.
Tambi¨¦n Mattarella ha defendido el legado de Col¨®n. "Me parece a m¨ª que hizo un buen trabajo en aquel entonces", ha dicho. El D¨ªa de Col¨®n (el segundo lunes de octubre) es fiesta federal desde 1937. Siempre se ha vivido como una celebraci¨®n italiana, y un reconocimiento a la comunidad italoamericana que, como ha recordado este mi¨¦rcoles el presidente Trump, que celebra esta tarde una recepci¨®n con algunos de sus miembros destacados en la Casa Blanca junto al presidente Mattarella, est¨¢ constituida en la actualidad por m¨¢s de 16 millones de personas.
En la celebraci¨®n, igual que en sus cr¨ªticas, prima el origen italiano del homenajeado y apenas se repara en los reyes Cat¨®licos o en la corona de Castilla, como qued¨® claro en la proclamaci¨®n presidencial del pasado d¨ªa 11 que establec¨ªa el 14 de octubre de 2019 como d¨ªa de Col¨®n en Estados Unidos. ¡°Mientras Col¨®n parti¨® del puerto de Palos bajo bandera espa?ola, llevaba con orgullo el hecho de que era un ciudadano de G¨¦nova¡±, dice el texto firmado por Trump.
Pero Estados Unidos vive un movimiento de revisionismo hist¨®rico que inevitablemente ha afectado a la expedici¨®n conquistadora capitaneada en 1492 por Crist¨®bal Col¨®n, cuya mitificaci¨®n como descubridor benefactor los cr¨ªticos creen que debe ser contestada y reemplazada por una celebraci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas. Estatuas de Col¨®n han sido retiradas en diversas ciudades, y en algunos casos han sido vandalizadas. Este mismo lunes, alguien cubri¨® con unas manos ensangrentadas una estatua del explorador en Baltimore, y en Providence (Rhode Island) colocaron a los pies de otra estatua una pancarta que dec¨ªa: ¡°Dejemos de celebrar el genocidio¡±.
En el ¨²ltimo a?o hasta cinco Estados y numerosas ciudades se han sumado a la lista de localidades que reconocen el d¨ªa de los Pueblos Ind¨ªgenas. El resultado es que el d¨ªa de Col¨®n sigue siendo una jornada festiva a nivel federal, en el sentido de que los bancos cierran y los funcionarios federales tienen un d¨ªa libre pagado, pero algunos Estados o ciudades lo han sustituido por el d¨ªa de los Pueblos Ind¨ªgenas o celebran los dos simult¨¢neamente. Sin embargo, el presidente Trump tiene claro de qu¨¦ lado est¨¢. ¡°La celebraci¨®n del d¨ªa de Col¨®n es, por tanto, una oportunidad apropiada de reconocer a los m¨¢s de 16 millones de estadounidenses que reclaman su herencia italiana y de llevar adelante el legado de generaciones de italoamericanos que ayudaron a dar forma a nuestra naci¨®n¡±, dice en su proclamaci¨®n presidencial.
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