La resistencia de los norirlandeses del DUP pone en riesgo el pacto alcanzado para el Brexit
Johnson debe asegurarse este s¨¢bado en Westminster el apoyo de los unionistas del ?lster y los ¡®tories¡¯ m¨¢s euroesc¨¦pticos, mientras Corbyn estudia impulsar un nuevo refer¨¦ndum
Al dicho de Bruselas de que "nada est¨¢ negociado hasta que todo est¨¢ negociado" hay que a?adir, cuando del Brexit se trata, que "nada es real hasta que Westminster lo aprueba". Boris Johnson puede cantar victoria despu¨¦s de haber alcanzado este jueves un pacto con la UE, pero al primer ministro brit¨¢nico le queda por delante una ardua batalla parlamentaria en la que sus posibilidades de ¨¦xito no son nada claras. Una de las claves est¨¢ en los unionistas norirlandeses del DUP, que con sus diez diputados han sido estos dos ¨²ltimos a?os el sost¨¦n parlamentario del Gobierno conservador en el Reino Unido, se resisten a dar su brazo a torcer. Mientras, el l¨ªder de la oposici¨®n, el laborista Jeremy Corbyn, ha afirmado que ¡°el mejor modo de solucionar la crisis del Brexit es consultar de nuevo a la ciudadan¨ªa¡±.
Arlene Foster, la l¨ªder del DUP, y Nigel Dodds, su portavoz parlamentario, han emitido este jueves un comunicado conjunto en el que rechazan el acuerdo ¡°tal y como est¨¢n las cosas¡±. Se?alan sus reparos respecto a tres cuestiones: todo lo relativo al nuevo espacio aduanero, las disposiciones que contemplan el ¡°principio de consentimiento¡± (que la Asamblea de Irlanda del Norte tenga voz en la decisi¨®n) y aspectos relacionados con la gesti¨®n del IVA en el territorio. Su lenguaje, aparentemente duro, mantiene sin embargo cierta precauci¨®n que lleva a muchos analistas brit¨¢nicos a concluir que el primer ministro brit¨¢nico, Boris Johnson, podr¨¢ convencerles finalmente. En los ¨²ltimos tres d¨ªas ha dedicado horas de reuni¨®n con Foster y Dodds para lograr su apoyo.
Como todo lo que tiene que ver con el Brexit, la amenaza de unas elecciones generales inminentes ha contaminado la toma de posici¨®n de los diversos actores. El DUP logr¨® imponerse en Irlanda del Norte a otras fuerzas unionistas m¨¢s radicales, y su acuerdo de estabilidad parlamentaria con la ex primera ministra Theresa May, en 2017, les otorg¨® m¨¢s poder del que jam¨¢s hab¨ªan so?ado en la pol¨ªtica de Westminster. Los euroesc¨¦pticos m¨¢s radicales vincularon sus decisiones a la l¨ªnea marcada por los unionistas, e hicieron bandera del sacrosanto principio de integridad territorial del Reino Unido para dar la batalla al famoso backstop, la salvaguarda irlandesa dise?ada por la UE para preservar la paz alcanzada en los Acuerdos de Viernes Santo de 1998.
La llegada al poder de Johnson, un euroesc¨¦ptico jaleado por los suyos y bendecido ¡ªde momento¡ª por la suerte, ha disminuido la capacidad de influencia del DUP. Sus votos, aunque a¨²n lo sean, ya no son tan relevantes. Sin embargo, su posici¨®n pol¨ªtica en Irlanda del Norte es delicada. Surgen ya las voces cr¨ªticas internas que huelen a rendici¨®n y se disponen a hacer ruido. Los cambios demogr¨¢ficos en la regi¨®n han fortalecido la posici¨®n de los republicanos del Sinn F¨¦in, partidarios de la reunificaci¨®n de la isla y de la permanencia en la UE. Los acuerdos de paz dise?aron un mecanismo de gobierno de "doble llave" en el que todas las decisiones parlamentarias y ejecutivas deb¨ªan adoptarse con el acuerdo de republicanos y unionistas. El Gobierno se compart¨ªa por turnos. Pero el DUP cometi¨® muchos errores y protagoniz¨® esc¨¢ndalos que han llevado a la par¨¢lisis de la regi¨®n. La Asamblea de Belfast est¨¢ suspendida, Londres ha recuperado temporalmente las competencias territoriales, y la sociedad norirlandesa comienza a mostrar su hast¨ªo ante un partido muy conservador en lo social, que se resiste por ejemplo a homologar y hacer m¨¢s permisivas las leyes de interrupci¨®n del embarazo.
320 votos en Westminster
Johnson deber¨¢ demostrar la habilidad suficiente como para salvar la cara de sus socios norirlandeses y permitirles presentar como una victoria lo que, a todas luces, ha sido un inevitable choque con la realidad de su propio poder e influencia. El primer ministro ya ha anunciado su intenci¨®n de someter el nuevo acuerdo a votaci¨®n este s¨¢bado. Necesita 320 votos y cuenta al menos con 260 diputados dispuestos a respaldarle. Debe esforzarse en recabar el apoyo del DUP, pero tambi¨¦n de los m¨¢s de 20 euroesc¨¦pticos que le hicieron la vida imposible a May y de todos los parlamentarios laboristas que quieren dejar atr¨¢s la pesadilla del Brexit y evitar el reproche de sus votantes, en circunscripciones donde el voto a favor de la salida de la UE en el refer¨¦ndum de 2016 fue mayoritario.
"Por lo que conocemos hasta ahora, parece que el primer ministro ha negociado un acuerdo todav¨ªa peor que el de Theresa May, que fue rechazado estrepitosamente", ha dicho el l¨ªder de la oposici¨®n, Jeremy Corbyn, en un primer comunicado. "Estas nuevas propuestas amenazan con reducir nuestros derechos y protecciones laborales, ponen en riesgo los derechos de los consumidores en materia alimentaria, disminuyen la defensa del medio ambiente y abren la posibilidad de que nuestro Servicio Nacional de Salud (NHS) acabe en manos de empresas estadounidenses. Este acuerdo entreguista no reunificar¨¢ el pa¨ªs y debe ser rechazado. El mejor modo de solucionar la crisis del Brexit es consultar de nuevo a la ciudadan¨ªa", ha afirmado.
El laborista ha renunciado ya a la moci¨®n de censura y ve alejada la posibilidad de imponer una nueva pr¨®rroga en la salida de la UE. Su opci¨®n definitiva, a tenor del comunicado, es impulsar un nuevo refer¨¦ndum que permita a los brit¨¢nicos escoger entre el acuerdo alcanzado por Johnson o la permanencia en la Uni¨®n Europea. Coincide en su posici¨®n con las pretensiones de los Liberales Dem¨®cratas o de los nacionalistas escoceses del SNP. Junto a ellos, un grupo de rebeldes conservadores moderados, encabezados por el ex abogado general del Estado Dominic Grieve estar¨ªa dispuesto a luchar el pr¨®ximo s¨¢bado por un nuevo refer¨¦ndum.
En las pr¨®ximas horas, Downing Street movilizar¨¢ todos sus recursos para imponer la disciplina parlamentaria. Si tiene ¨¦xito y el acuerdo sale adelante, Johnson estar¨¢ en condiciones de afrontar un adelanto de las elecciones generales con todas las de ganar. Corbyn quiere ese adelanto, as¨ª como el SNP. En el caso del primero, sin embargo, las encuestas no vaticinan buenos augurios y son muchos los que en el seno del partido quieren evitar que se coloquen ya las urnas y prefieren dar pelea por una nueva consulta sobre el Brexit.
Pero si el primer ministro logra su objetivo podr¨¢ presentarse ante los electores como el pol¨ªtico que logr¨® por fin cumplir el mandato de 2016 y concluir la pesadilla del Brexit en la que el Reino Unido lleva inmerso m¨¢s de tres a?os. La amenaza del ultranacionalista Nigel Farage, quien no ha dejado de ara?ar votos al Partido Conservador, podr¨ªa desaparecer de la noche a la ma?ana.
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