Una red el¨¦ctrica obsoleta deja en evidencia a California
D¨¦cadas de ausencia de inversi¨®n hacen que la ¨²nica opci¨®n para evitar incendios sea cortar la luz a millones de personas
El da?o ya est¨¢ hecho. Es un da?o que tiene varios niveles. Primero, los alrededor de dos millones de personas que se quedaron sin luz durante al menos 24 horas en el norte de California el pasado 10 de octubre. Para los que se llevaron la peor parte, la situaci¨®n dur¨® tres d¨ªas. Los medios se llenaron de testimonios de personas buscando un hotel con luz para poder enchufar sus m¨®viles o los aparatos m¨¦dicos de los que dependen. El otro da?o es las consecuencias pol¨ªticas que tenga a largo plazo el desastre de la infraestructura el¨¦ctrica de la primera econom¨ªa de Estados Unidos. En palabras del gobernador, Gavin Newsom, en medio de la crisis: ¡°Estamos viendo algo de un nivel que no deber¨ªa padecer un Estado en el siglo XXI¡±. Pero el caso es que lo hemos visto.
California no es cualquier Estado. En los ¨²ltimos cinco a?os, ha superado en riqueza a Brasil, Rusia, Italia, Francia y, el a?o pasado empat¨® con el Reino Unido para proclamarse la quinta econom¨ªa del mundo. Sus dirigentes adem¨¢s han encontrado en los ataques del presidente Donald Trump un buen punto de apoyo para presumir de pol¨ªticas progresistas y cifras econ¨®micas. Pero los vientos fuertes del desierto, que extreman el peligro de incendio en esta ¨¦poca del a?o, han venido a dejar en evidencia la fragilidad estructural que han dejado d¨¦cadas de falta de inversi¨®n p¨²blica. A veces, se se?ala a las escuelas. A veces, la intolerable explosi¨®n en el n¨²mero de las personas sin hogar. Este octubre, la infraestructura de la luz.
La expresi¨®n ¡°tercer mundo¡± se ha o¨ªdo y le¨ªdo este octubre en California como solo se oye cuando se habla de las personas sin hogar. ¡°No somos un pa¨ªs del tercer mundo¡±, dijo a la televisi¨®n ABC el senador estatal Jerry Hill cuando empezaba la crisis. ¡°No deber¨ªamos tener a 800.000 personas sin luz posiblemente durante cinco d¨ªas. Mire la destrucci¨®n de la actividad de los negocios, mire la devastaci¨®n de recursos financieros (los expertos valoraron las posibles p¨¦rdidas econ¨®micas hasta en 2.500 millones de d¨®lares), y aquellos que son dependientes m¨¦dicamente y est¨¢n atados a sus casas¡±.
Una carta enviada a The Wall Street Journal por un lector de Sacramento utilizaba la misma expresi¨®n: ¡°California, como el tercer mundo¡±, se titulaba. ¡°California, que una vez fue el l¨ªder mundial en innovaci¨®n y la quinta o sexta mayor econom¨ªa del mundo, se ha convertido en un estado del tercer mundo y ni siquiera puede proveer de servicio el¨¦ctrico fiable a millones de residentes (¡) Hay que invertir miles de millones para corregir la negligencia, pero PG&E est¨¢ quebrada. El Estado de tercer mundo continuar¨¢, al menos en el futuro cercano¡±.
Pacific Gas & Electric (PG&E) es la mayor empresa de servicios p¨²blicos de Estados Unidos por n¨²mero de clientes. Provee de electricidad y gas a 16 millones de personas en el centro y norte de California. Sus cables cuelgan por cientos de kil¨®metros de carreteras y bosques. La fragilidad y la antig¨¹edad de su infraestructura son legendarias. Los cables de esta empresa, sumados a los vientos y la sequedad de esta ¨¦poca, han provocado los dos incendios m¨¢s mort¨ªferos de este siglo, el de Santa Rosa en 2017 y el de Paradise en 2018. La compa?¨ªa se ha declarado en quiebra ante la posibilidad de demandas que pueden superar los 30.000 millones en indemnizaciones.
La empresa asegura que ha instalado cientos de estaciones de medici¨®n y c¨¢maras de alta definici¨®n en su red. El a?o pasado, sus equipos inspeccionaron 750.000 postes de la luz cerca de zonas con alto riesgo de incendios, seg¨²n detallaba el San Francisco Chronicle. Tambi¨¦n est¨¢ reemplazando esos postes con otros m¨¢s resistentes al fuego. Llevan 160 kil¨®metros completados. Pero claramente los esfuerzos son insuficientes y no est¨¢ caro de d¨®nde van a salir los recursos para hacer m¨¢s. Entre la informaci¨®n que la empresa ha entregado al juez, dice que solo ha completado un 31% de la renovaci¨®n de postes.
En el mismo peri¨®dico, Mark Toney, director ejecutivo de Utility Reform Network, una asociaci¨®n de defensa de los consumidores frente a las compa?¨ªas de servicios, dec¨ªa que ¡°la gesti¨®n de PG&E parece estar fuera de control¡±. ¡°Est¨¢n pasando a los consumidores el coste, cuando ya han pagado miles de millones de d¨®lares para prevenir incendios¡±. Toney abogaba en aquellas declaraciones por permitir la competencia en el mercado de PG&E. La asociaci¨®n anim¨® a todos los afectados a que demanden a la compa?¨ªa.
La capacidad de la empresa para ganarse enemigos parece no tener l¨ªmites. El San Francisco Chronicle descubri¨® que el d¨ªa antes de los apagones, entre 10 y 12 directivos se dieron una cena de lujo con 60 grandes clientes de gas en un vi?edo de Sonoma. Bill Johnson, el consejero delegado de la empresa, se disculp¨® p¨²blicamente y despidi¨® al responsable.
El mi¨¦rcoles 9 de octubre, en pleno comienzo de los apagones, el gobernador Newsom fue a presentar un programa de inversiones para reconvertir garajes en viviendas. No pudo pr¨¢cticamente hablar de ello porque le empezaron a preguntar por los apagones. Culp¨® a ¡°d¨¦cadas de mala gesti¨®n¡± que imped¨ªan hacer apagones selectivos. Newsom vino a decir que no hab¨ªa m¨¢s remedio, al tiempo que compart¨ªa la indignaci¨®n de la gente.
Al d¨ªa siguiente de las palabras del gobernador, un peque?o fuego en unos matorrales se convirti¨® en cuesti¨®n de horas en un incendio de unas 3.000 hect¨¢reas que oblig¨® a desalojar a 100.000 personas en Sylmar, al norte de Los ?ngeles. El llamado incendio de Saddleridge era muy peque?o para lo que se ha vivido en California en los ¨²ltimos dos a?os, pero desat¨® el p¨¢nico porque estaba dentro de la ciudad. Se quemaron 75 casas de un barrio de casas prefabricadas. Una persona muri¨® de un ataque al coraz¨®n. Todo Los ?ngeles oli¨® a quemado durante dos d¨ªas, lo cual sirvi¨® como siniestro recordatorio de lo que est¨¢ en juego en esta ¨¦poca del a?o. El suceso a¨²n est¨¢ siendo investigado, pero los testigos aseguran que el fuego se origin¨® cerca de una instalaci¨®n de la luz.
Las consecuencias, como la temporada de incendios, no han terminado y es dif¨ªcil prever hasta d¨®nde pueden llegar. Para empezar, el flamante nuevo gobernador se ha encontrado con la primera crisis de verdad. Aunque se ha puesto del lado de los consumidores, no ha habido forma de salir de esta con su imagen intacta. Newsom opin¨® que PG&E deber¨ªa pagar 100 d¨®lares a cada usuario particular y 250 a cada negocio afectado por los cortes. La semana pasada, pidi¨® p¨²blicamente que haya m¨¢s competencia y que otras empresas empiecen a hacer ofertas por trozos de PG&E.
El peligro de incendios en California seguir¨¢ siendo alto al menos hasta diciembre. El susto de los apagones tercermundistas amenaza con convertirse en pesadilla.
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