El conflicto boliviano se recrudece
Tres personas han muerto y decenas han resultado heridas en los enfrentamientos desatados tras las ¨²ltimas elecciones generales

El conflicto desatado en Bolivia por los resultados de las elecciones generales?celebradas el pasado 20 de octubre ¡ªque favorecen al Gobierno pero que la oposici¨®n considera fraudulentos¡ª no encuentra una salida pol¨ªtica ni institucional. Grupos de manifestantes a favor y en contra del presidente Evo Morales se enfrentan a diario en distintas ciudades del pa¨ªs, lo que ha provocado la muerte de tres personas y decenas de heridos de distinta gravedad. La polic¨ªa no tiene capacidad para garantizar el orden, pero no se sabe si porque el Gobierno le pide abstenerse de actuar en algunos casos, porque no cuenta con suficientes recursos o porque, al estar dividida internamente, no puede ser usada con confianza por las autoridades.
Las organizaciones sociales de las ciudades que dirigen el conflicto, los llamados ¡°comit¨¦s c¨ªvicos¡±, piden la renuncia del presidente y la convocatoria de nuevas elecciones, una opci¨®n que es impensable para el oficialismo. Al mismo tiempo, estos comit¨¦s?rechazan la auditor¨ªa de los comicios que est¨¢ realizando la Organizaci¨®n de Estados Americanos, en cuyo dictamen el Gobierno deposita su esperanza de solucionar el conflicto. La oposici¨®n pol¨ªtica, encabezada por el candidato Carlos Mesa, ha perdido peso y se ha sumado, con un talante m¨¢s moderado, a la postura de los comit¨¦s c¨ªvicos.
El pasado mi¨¦rcoles, se produjo un brote grave de violencia en Cochabamba, la regi¨®n del pa¨ªs de la que proviene Morales. A primera hora de la ma?ana, un grupo de mujeres cocaleras, antiguas compa?eras de lucha del ahora presidente, march¨® desde el campo a la ciudad del mismo nombre, que se encontraba bloqueada en distintos puntos. Durante todo el d¨ªa se produjeron enfrentamientos con piedras y palos entre grupos de campesinos, protagonistas habituales de las luchas sociales bolivianas, y j¨®venes citadinos pertrechados con escudos y cascos. En los choques muri¨® un joven de 20 a?os ¡ªque acab¨® con el cr¨¢neo roto¡ª y decenas de personas resultaron heridas. Al mismo tiempo, la alcaldesa de un municipio colindante, Vinto, una militante del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), fue retenida durante varias horas y vejada por un grupo de manifestantes, que la acusaba de financiar y liderar a las personas que hab¨ªan querido desbloquear y romper el paro c¨ªvico.
La Paz y sobre todo El Alto (que re¨²ne a las zonas habitadas por inmigrantes rurales de la primera ciudad) son las ¨²nicas urbes del pa¨ªs en las que las actividades todav¨ªa se realizan con cierta normalidad, aunque hay algunos bloqueos, marchas y concentraciones de ambos lados, y cada noche se observan combates entre universitarios que quieren llegar a la plaza Murillo, donde se encuentra el Palacio de Gobierno, y polic¨ªas que lo impiden. El resto de las ciudades del pa¨ªs protagonizan huelgas cuyo seguimiento es variable. Tras casi dos semanas de protestas contra el fraude electoral, los huelguistas alegan que est¨¢n ya muy cansados, aunque ninguno habla en p¨²blico de una suspensi¨®n de las movilizaciones.
Al contrario, los comit¨¦s c¨ªvicos buscan radicalizar los paros con bloqueos de carreteras internacionales, que comienzan a ser realizados por los transportistas de carga, mientras que los transportistas de pasajeros est¨¢n, en general, del lado del Gobierno.
El dirigente m¨¢s visible de la protesta, Fernando Camacho, l¨ªder de los comit¨¦s c¨ªvicos? de Santa Cruz, se traslad¨® a La Paz para entregar en el Palacio de Gobierno una ¡°carta de renuncia¡± preparada para que Evo Morales solo tuviera que firmarla. Su llegada se convirti¨® en una peque?a odisea, porque, en un primer intento, un grupo de militantes del MAS entr¨® en el aeropuerto de El Alto y estuvo a punto de agredirlo. El Gobierno tuvo que evacuarlo en una avioneta. Horas despu¨¦s, Camacho, que iba ¡°solamente con la carta de renuncia y una Biblia¡± en las manos, volvi¨® a aterrizar en El Alto y logr¨® salir del aeropuerto, rodeado de gente que lo repudiaba y que lo aplaud¨ªa, gracias a un complejo operativo policial.
Camacho convirti¨® la entrega de la carta a Morales en su principal misi¨®n despu¨¦s de que se cumpliera el ultim¨¢tum de 48 horas que le hab¨ªa dado al presidente para que renunciase, lo que caus¨® comentarios humor¨ªsticos en las redes. Sin embargo, sus dificultades para llegar a la sede del Gobierno lo volvieron a proyectar como el hombre del momento.
Evo Morales ha asegurado que no declarar¨¢ el estado de emergencia, que en Bolivia se le llama estado de sitio y se se le asocia hist¨®ricamente con fuertes y violentas acciones militares. Las Fuerzas Armadas se encuentran acuarteladas y han afirmado que, de ser necesario, har¨¢n respetar el ¡°orden constitucional¡±.
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