Los populares europeos proclaman presidente a Donald Tusk con la esperanza de revertir su declive

El Partido Popular Europeo (PPE) ha proclamado este mi¨¦rcoles a Donald Tusk como su nuevo presidente, en una elecci¨®n en la que el todav¨ªa presidente del Consejo Europeo ni siquiera ha tenido que enfrentarse a ning¨²n rival y ha obtenido el 93% de los votos de los 540 delegados. Los populares, reunidos para su Congreso en Zagreb, no han dudado en apostar por el desafiante polaco para llevar las riendas del partido en un momento en que, por primera vez en 70 a?os, el dominio de la familia democristiana en la UE se ve amenazado por el flanco de la extrema derecha y del populismo de diferentes signos.

Antes de la elecci¨®n, Tusk ha entusiasmado a la audiencia (asisten al Congreso unas 2.000 personas) con un discurso en el que ha arengado a los populares a defender el sentido de identidad y seguridad que, seg¨²n el nuevo presidente del PPE, reclaman con avidez una gran parte de los votantes europeos.

"Bajo ninguna circunstancia podemos dejar la esfera de la seguridad y el orden en manos de pol¨ªticos populistas, manipuladores y aut¨®cratas", ha se?alado Tusk, en un mensaje relativo a formaciones ajenas al PPE, como La Liga en Italia o el PiS en Polonia, que han arrebatado a los populares el liderazgo en esos pa¨ªses.

Tusk aspira a recuperar todo el espectro conservador y a reivindicar un lenguaje de identidad nacional y religiosa que una parte de la familia conservadora europea hab¨ªa aparcado en aras de una modernidad m¨¢s global y supranacional. "La realidad ha resultado muy diferente y hoy, quiz¨¢ m¨¢s que en el pasado, el miedo juega una papel m¨¢s importante en pol¨ªtica", ha se?alado Tusk.

El polaco recoge la presidencia de manos del franc¨¦s Joseph Daul, que ha ocupado el puesto durante seis a?os de dif¨ªcil traves¨ªa para el partido. Entre los pa¨ªses grandes el PPE solo mantiene el poder en Alemania y es en coalici¨®n con los socialistas. En Francia e Italia han sido barridos del mapa y ni siquiera compiten por el segundo puesto.

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A nivel europeo se mantienen como la primera fuerza tras ganar las elecciones al Parlamento Europeo del pasado mes de mayo con un 24% de los votos y 182 eurodiputados (de 751). Fue la sexta victoria consecutiva desde 1999, pero con una evidente erosi¨®n desde el 37% de los votos que obtuvieron entonces con 295 esca?os (sobre 788).

El impacto de la creciente fragmentaci¨®n pol¨ªtica ha reducido tambi¨¦n su peso en otras instituciones comunitarias. La Comisi¨®n actual, presidida por el popular Jean-Claude Juncker, cuenta con una docena de comisarios conservadores (incluido el espa?ol Miguel Arias Ca?ete). Los populares mantendr¨¢n la presidencia en la pr¨®xima Comisi¨®n, con la alemana Ursula Von der Leyen tomando el testigo de Juncker. Pero su representaci¨®n se reducir¨¢ a nueve comisarios, un tercio de los 27 miembros del organismo.

Los populares tambi¨¦n han perdido la presidencia del Consejo Europeo, ocupada hasta ahora por Tusk, que el pr¨®ximo 1 de diciembre pasar¨¢ a manos del liberal belga Charles Michel. "Despu¨¦s de cinco a?os siendo el bur¨®crata europeo en jefe estoy dispuesto a luchar", ha asegurado Tusk en Zagreb, en una descripci¨®n de su actual cargo que, probablemente, no entusiasme a su sucesor.

Tusk ha dotado a la presidencia del Consejo Europeo de un vigor y prominencia que, en muchos casos, ha excedido las propias competencias que ten¨ªa sobre el papel. "Para bien y para mal, ya me conocen", ha asegurado ante los congresistas del PPE. "Suelo ser breve, directo y franco, a veces, quiz¨¢s, demasiado franco", ha a?adido en alusi¨®n a los choques que ha vivido durante cinco a?os con algunos presidentes de Gobierno por adelantarse a proclamar posiciones a¨²n no consensuadas.

Tusk ha advertido a sus correligionarios que piensa mantener ese estilo al frente del partido, lo que augura interesantes roces en una familia pol¨ªtica tan amplia como heterog¨¦nea. Daul ha logrado navegar en las aguas turbulentas manteniendo cierta unidad con f¨®rmulas alambicadas como la suspensi¨®n del partido de Orb¨¢n (Fidesz) pero sin llegar a su expulsi¨®n.

En principio, Tusk puede mostrarse cercano a las tesis de Orb¨¢n para blindar la seguridad y las fronteras europeas. Pero el choque puede llegar en ¨¢reas como el respeto al Estado de derecho y a la pluralidad democr¨¢tica, dada la tendencia iliberal del h¨²ngaro. En ese terreno, Orb¨¢n se alinea m¨¢s con los polacos de Kaczynski, mortales enemigos pol¨ªticamente de Tusk.

Tusk es consciente del debate interno del PPE en torno a las pol¨¦micas tesis de Orb¨¢n. Y se propone "terminar con el debate sobre libertad y seguridad "lo m¨¢s r¨¢pidamente posible y con una conclusi¨®n obvia: no sacrificaremos en altar de la seguridad y el orden valores como las libertades civiles, el Estado de derecho o la decencia en la vida p¨²blica". "Estoy convencido", ha asegurado, "de que solo tienen un mandato para aspirar al poder quienes quieren y pueden dar un sentimiento de seguridad a la gente, al tiempo que preservan sus libertades y derechos¡¤

El discurso de Tusk anuncia una presidencia que, probablemente, ser¨¢ todo menos ins¨ªpida. "Lo ¨²ltimo que querr¨ªa hacer es aburriros", ha se?alado el polaco. Y ha animado a los miembros de su partido a liberarse de ciertas ataduras y hablar con m¨¢s libertad ante una opini¨®n p¨²blica que cree harta de discursos formateados y previsibles. "Porque a veces somos terriblemente aburridos en nuestra comunicaci¨®n, ?o no?", ha rematado Tusk.