Putin 2007, Macron 2019: cuando un discurso aclara el campo de batalla del futuro

El XXI es un siglo de acqua alta pol¨ªtica. La multiplicaci¨®n de canales de transmisi¨®n y aparatos de recepci¨®n del discurso provoca una aut¨¦ntica inundaci¨®n del agora. Por lo general, se trata de ret¨®rica extremadamente previsible, precocinada, r¨ªgida; a veces, por supuesto, se producen declaraciones o anuncios sorpresivos, pero suelen tener car¨¢cter sectorial, espec¨ªfico; otras veces, hay discursos con alto valor simb¨®lico (como la mano tendida de Barack Obama al mundo ¨¢rabe en El Cairo en 2009, poco despu¨¦s de asumir su mandato) o program¨¢tico (Emmanuel Macron sobre el futuro de la UE en la Sorbona en 2017, tambi¨¦n poco despu¨¦s de su elecci¨®n); pero solo muy de vez en cuando aparecen discursos de pol¨ªticos relevantes que, por la raz¨®n que sea, deciden hablar fuera del per¨ªmetro de las precauciones habituales y arrojan luz como destellos inesperados. Cuando se producen, conviene prestar m¨¢xima atenci¨®n.

Fue el caso del c¨¦lebre discurso de Vlad¨ªmir Putin en la conferencia de Seguridad de M¨²nich de 2007. Lo avis¨® ¨¦l mismo. ¡°El formato de esta conferencia me permitir¨¢ decir lo que realmente pienso¡±, aclar¨® en el incipit. Lo que sigui¨® fue realmente notable. El l¨ªder ruso lanz¨® una serie de avisos: ¡°Considero que el modelo unipolar es no solo inaceptable, sino tambi¨¦n imposible¡±; ¡°hay que buscar un equilibrio razonable de los intereses de todos los participantes en el di¨¢logo internacional¡±; ¡°no es necesario incitar a Rusia a desempe?ar un mayor papel en los asuntos globales¡±; y, quiz¨¢ lo m¨¢s importante: ¡°El sistema de relaciones internacionales es como las matem¨¢ticas. No hay dimensiones personales. Hay que actuar de manera adecuada [a ese postulado]¡±. Ah¨ª, en respuesta al desarrollo del escudo antimisiles de EE UU y tras los reproches por las promesas incumplidas con respecto a la expansi¨®n de la OTAN hacia el Este de Europa, Putin introdujo el concepto de respuesta asim¨¦trica. ¡°O hacemos lo mismo que vosotros o, a la vista de nuestras actuales posibilidades financieras, desarrollamos una respuesta asim¨¦trica. (...) Estamos procediendo en esa direcci¨®n. Es m¨¢s barato. (...) Repito, hay simetr¨ªas y asimetr¨ªas; no hay nada personal. Es solo un c¨¢lculo¡±. Se puede estar de acuerdo o no, pero en ese discurso Putin dej¨® bastante claro al mundo su pensamiento y todo lo que ocurri¨® despu¨¦s (Georgia 2008, Ucrania 2014, Siria 2015...) suena muy coherente a la vista de ese discurso. El concepto de defensa del inter¨¦s ruso a trav¨¦s de respuestas asim¨¦tricas es quiz¨¢ la clave de b¨®veda del putinismo en pol¨ªtica internacional.

Este noviembre ha aparecido otro destello de esas caracter¨ªsticas en forma de larga entrevista de Emmanuel Macron a la revista The Economist. La transcripci¨®n literal de la conversaci¨®n traza el per¨ªmetro de la gran batalla por el futuro de Europa.

El presidente franc¨¦s primero se?ala el estado de ¡°excepcional fragilidad de Europa¡±, debido a haber descuidado su componente de ¡°comunidad¡± (que implica olvidadas nociones de solidaridad ¡ªprimera andanada a Alemania¡ª) en favor del de ¡°mercado¡±; en segundo lugar, por el cambio estrat¨¦gico de EE UU, que ya no es el mismo aliado de anta?o; y en tercer lugar, el reequilibrio global con el ascenso de China. Adem¨¢s, Macron destaca el ¡°error hist¨®rico¡± de haber hecho pagar a las clases medias el coste de la crisis ¡ªsegunda andanada a Alemania¡ª y que Europa es el ¨²nico gran actor en situaci¨®n de ajuste fiscal pr¨¢cticamente permanente.

En ese escenario, ¡°Europa desaparecer¨¢ si no logra pensarse a s¨ª misma como potencia global¡±. Para ello, Macron marca su receta: ¡°Recuperar la soberan¨ªa militar¡±, tambi¨¦n a la vista de la ¡°muerte cerebral de la OTAN¡±; lograr competitividad y autonom¨ªa en el sector tecnol¨®gico frente a los titanes estadounidenses y chinos; asumir que la situaci¨®n de la zona euro es ¡°insostenible¡±. ¡°Alemania [tercera andanada] ha sido la gran ganadora de la zona euro, tambi¨¦n de sus disfunciones. Hoy, el sistema necesita reconocer que esta situaci¨®n es insostenible¡±.

Se puede estar de acuerdo o no con el tono ¡ªa veces ¨¢cido¡ª y la sustancia del pensamiento macroniano. Pero, f¨ªjense, ah¨ª est¨¢, sin rodeos, el campo de batalla para la construcci¨®n de la Europa del siglo XXI.