Macron, regreso amargo a la f¨¢brica que mide el ¨¦xito de su presidencia

Emmanuel Macron siempre acaba volviendo al mismo lugar: la f¨¢brica donde se escenific¨® uno de los momentos estelares de la campa?a electoral que le llev¨® al Palacio del El¨ªseo. El presidente de la Rep¨²blica regres¨® el viernes a la antigua planta de Whirlpool en Amiens, su ciudad natal en el norte industrial, para rendir cuentas ante los trabajadores que, pese a las promesas, vuelven a afrontar la perspectiva del cierre definitivo. ¡°Creo en vosotros¡±, les dijo tras una hora y media de discusi¨®n ante las c¨¢maras de televisi¨®n. ¡°Si pensase que todo est¨¢ jodido, no habr¨ªa venido¡±.

Era la segunda y ¨²ltima jornada de una minigira que le ha sacado de la burbuja parisiense y de la esfera de la alta pol¨ªtica global. Se trataba de demostrar que Macron no es, en contra de lo que parece, un chico bien de Par¨ªs, el presidente de los ricos, sino un muchacho de provincias capaz de comprender los problemas de la Francia que se siente olvidada o despreciada.

El viaje se enmarcaba en una operaci¨®n, que va m¨¢s all¨¢ de este desplazamiento concreto, para desactivar posibles estallidos sociales a dos semanas de la huelga del 5 de diciembre contra la reforma de las pensiones, que tiene bajo alerta al Gobierno franc¨¦s. El mi¨¦rcoles el Gobierno anunci¨® 1.500 millones en tres a?os para los hospitales, uno de los focos de la tensi¨®n social. El jueves, Macron se reuni¨® en Amiens con estudiantes universitarios, otro foco de contestaci¨®n tras inmolarse un joven en Lyon para protestar contra la precariedad. Les envi¨® un mensaje de optimismo. ¡°Uno tiene la impresi¨®n, al conectar la radio o encender el televisor, de que todo es terrible¡±, dijo. ¡°En este momento encuentro que nuestro pa¨ªs es demasiado negativo sobre s¨ª mismo¡±.

El viaje a Amiens representaba un doble regreso. Primero, a la ciudad donde Macron naci¨® hace 41 a?os y donde vivi¨® hasta los 16. A esa edad, sus padres, m¨¦dicos de profesi¨®n, le enviaron a acabar sus estudios secundarios a Par¨ªs tras conocer su relaci¨®n con su profesora de teatro, Brigitte Trogneux, 24 a?os mayor, casada con un banquero e hija de ilustre familia de la burgues¨ªa local, propietaria de la famosa chocolater¨ªa Trogneux.

El viaje tambi¨¦n era un regreso a lo que puede considerarse como el punto cero de su presidencia: el 26 de abril de 2017, cuando, con unos minutos de diferencia, Macron coincidi¨® en la f¨¢brica Whirlpool con la l¨ªder de la ultraderecha Marine Le Pen, su rival en la segunda vuelta de las elecciones. El traslado a Polonia de la producci¨®n de secadoras hab¨ªa convertido a esta f¨¢brica en un s¨ªmbolo de los males de la Uni¨®n Europea y de la globalizaci¨®n. Medio millar de empleos, directos e indirectos, estaban en juego.

Aquel d¨ªa, el candidato Macron visit¨® Amiens, pero no ten¨ªa previsto acercarse a la f¨¢brica. Por sorpresa, y mientas Macron se reun¨ªa con sindicalistas en el centro de la ciudad, Le Pen apareci¨® en la f¨¢brica entre aplausos de los trabajadores. ¡°?Conmigo, la f¨¢brica no cerrar¨¢!¡±, les prometi¨®. La irrupci¨®n de Le Pen oblig¨® a Macron, un exbanquero europe¨ªsta y liberal, a cambiar los planes. Apareci¨® en la f¨¢brica poco despu¨¦s de que su rival se hubiese marchado. Y, al contrario que esta, fue recibido con abucheos. Pero el candidato no rehuy¨® el cuerpo a cuerpo. En el aparcamiento de la factor¨ªa, pas¨® 40 minutos debatiendo con los trabajadores. En aquel lugar y aquella ma?ana se escenific¨® la batalla ideol¨®gica de esta d¨¦cada, entre populista y reformistas, entre nacionalistas y europe¨ªstas, entre proteccionistas y liberales.

Macron gan¨® las elecciones y regres¨® unos meses despu¨¦s, en octubre de 2017. Las cosas parec¨ªan enderezarse: una empresa local, WN, iba a hacerse cargo de la f¨¢brica y salvar casi todos los empleos con el apoyo del Estado. Dos a?os despu¨¦s, la operaci¨®n ha resultado un fracaso. WN se ha declarado en suspensi¨®n de pagos y la planta corre de nuevo el peligro de cierre.

¡°El comprador fall¨®, pero es demasiado f¨¢cil culpar al Estado¡±, justific¨® el viernes el presidente en respuesta a los trabajadores que le acusaban de haberse dejado enga?ar por WN. ¡°No estoy contento con la situaci¨®n¡±, admiti¨®. En un mensaje en la red social Twitter, Le Pen describi¨® Whirlpool como ¡°el fiasco de su pol¨ªtica, la que no pone ning¨²n l¨ªmite a la mundializaci¨®n salvaje y abandona la industria francesa¡±.

En la f¨¢brica se encontraba Fran?ois Ruffin, diputado de la izquierda populista y antagonista de Macron. Ruffin, como Macron, es de Amiens, y como Macron estudi¨® en La Providence, el colegio de los jesuitas, donde Brigitte Trogneux, ahora Macron, era profesora. Es uno de sus cr¨ªticos m¨¢s feroces. Hubo otros momentos de tensi¨®n, con Ruffin y con los extrabajadores, retransmitidos en directo por las cadenas de informaci¨®n continua. El drama pol¨ªtico franc¨¦s tiene algo de drama local: Amiens, con 132.000 habitantes, es un concentrado de las tensiones pol¨ªticas y econ¨®micas del pa¨ªs. En 2022, el ¨¦xito o fracaso del quinquenio tambi¨¦n se medir¨¢ aqu¨ª.

Macron se crece en las discusiones cara a cara con los ciudadanos. Despu¨¦s de prometer que el Gobierno ayudar¨ªa a buscar inversores para la planta y trabajo para los exasalariados, y asegurar que volver¨ªa el a?o pr¨®ximo para verificar ¡®in situ¡¯ la situaci¨®n, una mujer le dijo: ¡°Le esperamos con champ¨¢n¡±. ¡°Me encantar¨ªa¡±, respondi¨®.