¡°Me pegaron. Me arrancaron u?as de los dedos de mis pies. En ese momento perd¨ª el miedo¡±
Olesia Mu?oz, de 47 a?os, soprano y comerciante, se uni¨® a las manifestaciones contra Ortega. Denuncia torturas. Las autoridades la condenaron a 47 a?os de c¨¢rcel
En la celda 5 de la c¨¢rcel de mujeres La Esperanza, a Olesia Mu?oz, de 47 a?os, las custodias le ordenan que se prepare para ir al juzgado. ¡°Yo no estoy yendo¡±, responde la detenida, recostada en su litera, vestida solo con ropa interior. Afuera de la celda comienzan a aglutinarse agentes antidisturbios. Dos compa?eras acuerpan a Mu?oz mientras ella refuerza: ¡°Estoy en calz¨®n y brasier, pero si me llevan a la fuerza me desnudo¡±, insiste la rea, declarada unos d¨ªas antes culpable de los delitos de terrorismo, crimen organizado, entorpecimiento de servicios p¨²blicos, amenazas, robo agravado y portaci¨®n y tenencia ilegal de armas. Y a?ade: ¡°D¨ªganle a esa vieja que mande su sentencia aqu¨ª¡±.
A quien se refiere Mu?oz es a la juez Mar¨ªa del Rosario Peralta, a cargo del juicio realizado en la capital a Olesia y su hermana, Tania Mu?oz, de 45 a?os, una cantante y la otra comerciante, ambas de la ciudad de Niquinohomo, del departamento de Masaya. Un par de d¨ªas despu¨¦s, llega la sentencia al penal. El hombre, joven y aparentemente inexperto, sostiene con nerviosismo las 29 p¨¢ginas que debe leer a las prisioneras. ¡°Ya decime cu¨¢nto es¡±, interrumpe la rea. La judicial condena a Olesia a 33 a?os y seis meses, y a Tania a 26 a?os y dos meses de prisi¨®n. Con poco asombro, Olesia recibe el documento y en vez de firmar, escribe: ¡°Que se rinda tu madre¡±, la frase usada en las protestas antigubernamentales.
Cantante soprano, m¨²sica profesional y comerciante de especies, Olesia Mu?oz se hab¨ªa unido a las protestas despu¨¦s de conocer de la muerte de un joven de 15 a?os que hab¨ªa sido asesinado mientras repart¨ªa agua entre los estudiantes universitarios que protestaban en Managua. Se llamaba ?lvaro Conrado. Gracias a su impulso logr¨® que miles de habitantes de pueblos del sureste de Nicaragua se unieran a las manifestaciones. "Fueron marchas multitudinarias", recuerda. Despu¨¦s vinieron los bloqueos de carreteras, pero asegura que ella no los organiz¨®, sino los j¨®venes. Dice que nunca los visit¨®. Era su hermana Tania quien ayudaba a los manifestantes con algunos alimentos, sobre todo con caf¨¦ y pan.
El 15 de julio, el mismo d¨ªa en que la ¡°Operaci¨®n Limpieza¡± lleg¨® a la ciudad de Niquinohomo, la casa de la familia Mu?oz fue allanada violentamente por paraestatales a cargo del operativo. Aunque dispararon a la vivienda, destruyeron gran parte de sus pertenencias y robaron todos sus equipos musicales, no lograron atraparla sino hasta el 31 de julio. ¡°Esa es la hijueputa que buscamos¡±, dijeron los hombres encapuchados mientras se la llevaban a la delegaci¨®n policial de Masaya. Olesia recuerda su suplicio:
"All¨ª me hicieron zanganadas, me arrancaron las u?as de mis dos dedos gordos [de los pies]. Yo solamente mir¨¦ un alicate. Sent¨ª un dolor terrible, como que me estaban matando. Cuando llegu¨¦ a El Chipote mis calcetines iban pegados con sangre a mis pies. Cuando me desnudaron, me arrancaron los calcetines y me volvi¨® a reventar la sangre. Las preguntas que me hac¨ªan eran que qui¨¦n me financiaba. Les dec¨ªa que qu¨¦ les iba a decir, si nadie me ha financiado. Yo el ¨²nico delito que comet¨ª fue alzar mi bandera y mi voz. Yo as¨ª les habl¨¦. Y hubo un momento que entre m¨¢s me golpeaban m¨¢s les dec¨ªa que me mataran, que eso para m¨ª no era nada, morirse. Ustedes est¨¢n aferrados a este mundo, yo no, les digo. Yo no s¨¦ c¨®mo aguant¨¦ tantos golpes, en ese momento perd¨ª el miedo. Ah¨ª [en Masaya] me golpearon mujeres y varones. Masaya para m¨ª es un trauma, ni en El Chipote [centro de detenci¨®n] me hicieron eso. Ellos me dec¨ªan que me iban a tirar al volc¨¢n [de Masaya], que me iba a arrepentir de meterme con el Comandante [Ortega]. Les dije que el Comandante se iba a ir al infierno con ellos. 'Tirame al volc¨¢n, mi cuerpo se va a quedar en el volc¨¢n, pero yo me voy a ir al cielo'. Ah¨ª me dejaron ir un cachimbazo [golpe], me pusieron una bolsa [en la cabeza] y el mae?me ten¨ªa con el arma [en la sien]. Y dec¨ªa: ¡°San Miguel Arc¨¢ngel, defendeme¡±. Y me dec¨ªan: ¡°hijueputa bruja, si tus oraciones no nos van a llegar¡±.
Una semana despu¨¦s de su detenci¨®n, Olesia Mu?oz fue presentada por la Polic¨ªa Nacional como una ¡°peligrosa delincuente¡±, que integraba ¡°grupos terroristas que comet¨ªan actos criminales en contra de la poblaci¨®n, instituciones p¨²blicas y privadas¡± en la ciudad de Masaya. La revisi¨®n de archivos policiales devel¨® que 1 de cada 2 procesados por su participaci¨®n en las protestas fueron presentados por la Polic¨ªa como terroristas o delincuentes, una acci¨®n que viola el derecho a la presunci¨®n de inocencia que garantiza la Constituci¨®n de Nicaragua.
Olesia recuerda que durante los 11 d¨ªas que estuvo detenida antes de ser presentada ante un juez, no pudo comunicarse ni con su abogado ni con sus familiares. Rosario Flores, la abogada que finalmente asumir¨ªa el caso durante el juicio, manifest¨® que tampoco le permit¨ªan hablar con sus representadas durante las audiencias para evaluar las estrategias que asumir¨ªa para defenderlas.
La Fiscal¨ªa asegur¨® que Olesia organizaba el levantamiento de bloqueos de carretera o tranques en la ciudad de Niquinohomo ¡ª¡°destruyendo las calles adoquinadas e impidiendo y obstruyendo el servicio p¨²blico y la libre circulaci¨®n de la poblaci¨®n¡±¡ª y que recib¨ªa financiamiento para realizar pagos a quienes resguardaban los tranques. A Tania la acusaron de levantar tranques y ¡°puntualizar personas de afiliaci¨®n pol¨ªtica sandinista¡± para despu¨¦s hostigarlas y amenazarlas.
Pero las pruebas no sustentaron dichas acusaciones, seg¨²n Flores. Los fiscales aseguraron que Olesia portaba un arma de 9 mil¨ªmetros y un machete, pero no aparecieron como pruebas en el juicio. Tampoco probaron el supuesto financiamiento. Finalmente, no la acusaron de ese delito. ¡°(La Fiscal¨ªa) No demuestra absolutamente nada¡±, refuerza la abogada, una penalista que ha defendido al menos a 11 mujeres apresadas por su vinculaci¨®n con las protestas.
Ley de Amnist¨ªa
Desde mayo y junio de 2019, Tania y Olesia se encuentran en libertad. El Gobierno de Nicaragua, a trav¨¦s de la Asamblea Nacional, aprob¨® sin consulta previa una Ley de Amnist¨ªa que otorga perd¨®n a quienes participaron en ¡°los sucesos acaecidos en todo el territorio nacional a partir del 18 de abril de 2018¡±.
Pero lejos de aceptar dicha ley, tanto las hermanas Mu?oz como opositores al Gobierno y organismos de derechos humanos han rechazado la aplicaci¨®n de la cuestionada normativa legal. Su principal argumento es que esta ley propicia la impunidad de los verdaderos responsables de la violencia desatada en Nicaragua: hasta la fecha, la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha contabilizado 328 muertos, m¨¢s de dos mil heridos, 70.000 exiliados y m¨¢s de mil personas encarceladas, de las cuales fueron procesadas al menos 400.
Aunque la Ley de Amnist¨ªa permiti¨® que los presos pol¨ªticos fueran liberados, incluyendo a Medardo Mairena, Kysha L¨®pez, Nelly Roque, Dilon Zeled¨®n y Olesia Mu?oz, tambi¨¦n permite que no se realicen investigaciones sobre los cr¨ªmenes que expertos internacionales han catalogado de lesa humanidad.
Claudia Paz y Paz, una de las expertas internacionales que se?al¨® la posible ocurrencia de cinco cr¨ªmenes de lesa humanidad en Nicaragua, concuerda con que la Ley de Amnist¨ªa tiene ¡°profundas debilidades e inconsistencias¡±, porque los procesos judiciales que enfrentaron los presos pol¨ªticos no tuvieron garant¨ªas del debido proceso, lo que habr¨ªa provocado la nulidad de los juicios y la libertad inmediata de los acusados.
Paz y Paz, actual directora para M¨¦xico y Centroam¨¦rica del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), se?ala que durante los meses que trabaj¨® en Nicaragua, el grupo revis¨® siete expedientes judiciales: ¡°ninguna de las causas ten¨ªa fundamentos contundentes para determinar la responsabilidad de los hechos de las personas procesadas. En algunas causas, estas personas eran inocentes porque se encontraban en otro lugar cuando ocurrieron los hechos, o las pruebas cient¨ªficas, testimoniales, no coincid¨ªan con la tesis de la Fiscal¨ªa, m¨¢s bien la contradec¨ªan¡±.
Pero aunque la mayor¨ªa de procesados fueron liberados, y a pesar de que la legislaci¨®n nicarag¨¹ense instruye el sobreseimiento o cierre definitivo de los procesos en caso de Amnist¨ªa, esto no ha ocurrido. ¡°Que los casos no sean sobrese¨ªdos implica que las causas contra las personas se puedan abrir en cualquier momento¡±, explica Mar¨ªa Asunci¨®n Moreno, acad¨¦mica y doctora en derecho. ¡°Si te mandan a archivar la causa, en cualquier momento se puede reabrir. No est¨¢n programando juicios, audiencias, pero las causas est¨¢n abiertas¡±, a?ade.
Hasta la fecha, la CIDH contabiliza las nuevas detenciones de 13 personas que ya hab¨ªan sido privadas de su libertad y criminalizadas con anterioridad. Esta vez, sin embargo, est¨¢n siendo procesadas por delitos comunes como tr¨¢fico de armas, robo con intimidaci¨®n, amenazas o tr¨¢fico de drogas.
Y esa no es la ¨²nica preocupaci¨®n de los excarcelados. Todas las personas que enfrentaron procesos judiciales entrevistadas para esta investigaci¨®n reportaron continuar siendo v¨ªctimas de asedio y persecuci¨®n tanto de polic¨ªas como de partidarios sandinistas. Ni Medardo, ni Dilon regresaron a vivir a sus hogares despu¨¦s de ser excarcelados, y Olesia vive en la clandestinidad. Sus rostros y sus nombres a¨²n contin¨²an apareciendo en las b¨²squedas de Google bajo las etiquetas de terroristas y golpistas, como los presentaban los medios propiedad de la familia Ortega Murillo y la misma Polic¨ªa Nacional. Nelly asegur¨® sentirse portadora de una enfermedad contagiosa: ¡°la gente no se nos acerca porque teme salir afectada¡±. Dilon fue expulsado de su universidad.
Moreno asegura que los excarcelados pol¨ªticos se convirtieron en ¡°v¨ªctimas del sistema¡±, y que por lo tanto a¨²n falta que reciban justicia. ¡°La justicia de los presos pol¨ªticos no se hace solo con su liberaci¨®n, que no la tienen, tambi¨¦n se debe hacer recuperando sus bienes, que quienes los torturaron en las c¨¢rceles paguen por las torturas, que quienes cometieron violaci¨®n respondan por esos hechos. A las personas se les priva de libertad, pero no se les violenta su integridad. Fue como una bola de nieve de violaciones de derechos¡±.
Y eso, la justicia, es a lo que muchos se aferran. Claudia Paz y Paz ve dos posibles escenarios para obtenerla: uno, el juzgamiento de cr¨ªmenes de lesa humanidad ahora es posible en varios pa¨ªses latinoamericanos, aunque los cr¨ªmenes hayan sido cometidos en Nicaragua, y aunque los perpetradores y las v¨ªctimas sean nicarag¨¹enses. Y: ¡°una vez que exista un verdadero Estado de derecho en el pa¨ªs pueden ser juzgados en los tribunales nacionales¡±.
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