Macron se prepara para la derrota en unas municipales marcadas por el coronavirus
Los sondeos electorales apuntan a un fracaso del partido del presidente franc¨¦s, La Rep¨²blica en marcha, que carece de alcaldes al ser una formaci¨®n nueva
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, lleva tiempo prepar¨¢ndose para la derrota. No pod¨ªa anticipar que las elecciones municipales del domingo ser¨ªan las m¨¢s extra?as en d¨¦cadas, marcadas por el coronavirus y amenazadas con una abstenci¨®n r¨¦cord. Pero s¨ª pudo prever que la mayor¨ªa de franceses que acudan a votar este 15 de marzo, en la primera vuelta, y el 22, en la segunda, dar¨ªan la espalda a sus candidatos. Los partidos tradicionales ¡ªel socialista y la derecha de Los Republicanos¡ª conf¨ªan en mantener las grandes ciudades.
Las elecciones municipales ¡ªcomo las europeas o las regionales¡ª tienen en Francia una funci¨®n comparable a las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos: un examen para el presidente y su mayor¨ªa parlamentaria. Las ¨²ltimas, en 2014, sirvieron para castigar al Partido Socialista (PS) del entonces presidente Fran?ois Hollande y fueron un aperitivo del descalabro de la izquierda en las presidenciales de 2017.
Ahora es un poco distinto. El partido de Macron, La Rep¨²blica en marcha (LREM), al ser una formaci¨®n nueva no tiene alcaldes. Es una ventaja para el partido del presidente, que empieza de cero y, por tanto, podr¨¢ alegar que ha aumentado m¨¢s que nadie su poder en los Ayuntamientos. Pero esta realidad no podr¨¢ ocultar que, si los sondeos aciertan, LREM y otras candidaturas afines a Macron ¡ªno todas tienen la etiqueta del partido¡ª saldr¨¢n mal parados de las municipales.
LREM no ser¨¢, seg¨²n esas previsiones, el primer partido ni seguramente el segundo, como en las europeas de mayo de 2019, donde qued¨® a menos de un punto del vencedor, la extrema derecha del Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen. Y tambi¨¦n lo tendr¨¢ dif¨ªcil para conquistar grandes ciudades donde en las presidenciales y en las europeas obtuvo los mejores resultados. En Par¨ªs, que deb¨ªa ser el escaparate del triunfo del macronismo, la campa?a ha ido de tropiezo en tropiezo, marcada por las divisiones ¡ªdos candidatos salidos de las filas de LREM compitiendo entre s¨ª¡ª y la publicaci¨®n de un v¨ªdeo sexual que forz¨® el abandono del aspirante oficialista y hombre de confianza de Macron, Benjamin Griveaux, y sus sustituci¨®n, al inicio de la crisis del coronavirus, por la entonces ministra de Sanidad, Agn¨¨s Buzyn.
Par¨ªs es un ejemplo de c¨®mo estas elecciones pueden verse como una retorno a la normalidad despu¨¦s de que Macron contribuyese, con su victoria en 2017, a reventar el sistema de partidos. En la capital las favoritas son las candidatas de los partidos que dominaron Francia en las ¨²ltimas d¨¦cadas y que quedaron barridos por el nuevo orden partidista: la actual alcaldesa, Anne Hidalgo, del PS, y la exministra de Justicia, Rachida Dati, por Los Republicanos (LR).
En el nuevo mundo, ya no deb¨ªa oponerse el centroizquierda y el centroderecha sino macronistas y lepenistas, liberales y populistas, europe¨ªstas frente a nacionalistas. Pero en las municipales regresa el viejo mundo. Por un lado, la vieja derecha del LR, que disfruta a¨²n de una fuerte implantaci¨®n territorial, es el partido mayoritario en el Senado y el primer partido de oposici¨®n en la Asamblea Nacional. Y por el otro, el PS, m¨¢s d¨¦bil y sometido a la competici¨®n del pujante ecologismo pol¨ªtico.
Un motivo del regreso del viejo mundo es la falta de implantaci¨®n territorial de LREM, movimiento personalista, construido en torno a la figura de Macron y sin estructuras s¨®lidas en el territorio. Otro es el descontento con el presidente por su reforma de las pensiones, finalmente impuesta por decreto dos semanas antes de la cita electoral. El coronavirus ¡ªm¨¢s de 2.300 casos y m¨¢s de 50 muertos en Francia, seg¨²n el ¨²ltimo recuento, que han obligado a implantar medidas restrictivas, entre otros ¨¢mbitos, a las reuniones p¨²blicas¡ª ha provocado la suspensi¨®n de m¨ªtines. Y ha acabado de abreviar la campa?a, lo que puede beneficiar a los alcaldes en funciones. Macron ha confirmado este jueves que la las elecciones del domingo no ser¨¢n aplazadas. Se celebrar¨¢n como estaba previsto, aunque ¡°en el respeto estricto de los gestos de protecci¨®n contra el virus¡±, ha a?adido el presidente en un discurso televisado.
En un pa¨ªs hipercentralizado como Francia, la figura del alcalde es fundamental en el sistema pol¨ªtico: el verdadero anclaje de proximidad de un poder que a menudo resulta distante y golpeado por una profunda crisis de confianza que afecta mucho menos a la autoridad local. Se eligen los alcaldes y concejales de casi 35.000 municipios. Las elecciones se disputan a dos vueltas. Se clasifican quienes superan la barrera del 10% de los votos, lo que puede dar pie, en la segunda vuelta, a alianzas diversas. Por eso, en la noche del domingo ser¨¢ complicado obtener una foto de los vencedores y derrotados. Incluso el 22 porque muchos candidatos concurren sin etiqueta, otros pertenecen a listas locales e incluso hay candidatos de partidos consolidados que se presentan con el respaldo del partido presidencial.
El presidente lleva meses repitiendo que no har¨¢ una lectura pol¨ªtica de las municipales. ¡°No sacar¨¦ de manera autom¨¢tica consecuencias nacionales¡±, dijo en enero. Tampoco ha participado en la campa?a. Uno de sus antecesores, Nicolas Sarkozy, augura sin embargo, seg¨²n le atribuye el semanario Le Canard Encha?n¨¦, que ¡°Macron va a conocer su primera derrota electoral¡±.
Prueba cr¨ªtica para el primer ministro ?douard Philippe
El primer ministro franc¨¦s, el conservador moderado ?douard Philippe, se presenta a la alcald¨ªa de Le Havre, la ciudad portuaria de Normand¨ªa de la que ya fue alcalde desde 2010 y hasta 2017, cuando Emmanuel Macron le nombr¨® al frente del Gobierno. Philippe, en principio, no se presenta para ser alcalde: en caso de victoria, deber¨ªa renunciar o a la alcald¨ªa o al cargo de primer ministro, y no ha indicado que quiera renunciar a este ¨²ltimo. Pero su candidatura es una prueba para ¨¦l y para todo el Gobierno franc¨¦s. Una derrota en las urnas posiblemente le abocar¨ªa a la dimisi¨®n. Pero incluso una victoria ajustada podr¨ªa sembrar las dudas. En 2014, cuando a¨²n militaba en la derecha de Los Republicanos, super¨® el 50% de votos en la primera vuelta, con lo que gan¨® autom¨¢ticamente sin necesidad de la segunda. Ahora no ser¨¢ tan sencillo. La reforma de las pensiones ha desgastado a Philippe, que ha sido su principal negociador por parte del Gobierno. La adopci¨®n de la reforma por decreto, soslayando el debate parlamentario, ha sido el colof¨®n de tres meses de tensi¨®n, manifestaciones y huelgas. En Le Havre, tambi¨¦n es su gesti¨®n de esta crisis ¡ªe indirectamente la de Macron¡ª la que se somete al voto.
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