La nueva mutaci¨®n de Hezbol¨¢: un ej¨¦rcito contra el virus
El partido-milicia chi¨ª liban¨¦s anuncia la movilizaci¨®n de 25.000 voluntarios y trata de recuperar la legitimidad perdida tras meses de protestas
Hezbol¨¢ le ha declarado la guerra al coronavirus en L¨ªbano. Para ello ha desplegado un ej¨¦rcito de 25.000 personas en ¡°primera l¨ªnea de frente¡± y ha alquilado cuatro hospitales privados en el pa¨ªs ¨¢rabe para ganar ¡°la batalla contra la Covid-19¡±, prioridad declarada del partido-milicia chi¨ª liban¨¦s. La terminolog¨ªa b¨¦lica impregna los discursos televisados del secretario general del partido, el jeque Hasan Nasral¨¢, quien no hace alusi¨®n a la milicia mejor equipada de la regi¨®n, sino al regimiento de m¨¦dicos, enfermeras y voluntarios movilizados en el pa¨ªs levantino. Es la pen¨²ltima mutaci¨®n para un movimiento, denominado de resistencia isl¨¢mica, en constante metamorfosis durante la ¨²ltima d¨¦cada.
Hezbol¨¢ ha pasado de hacer frente a Israel, el enemigo sionista, a la lucha contra los ¡®takfir¨ªes en L¨ªbano y Siria¡¯ ¡ªdesde 2012 unos 10.000 milicianos libaneses han luchado en el pa¨ªs vecino junto a las tropas leales a Bachar el Asad y el respaldo de Teher¨¢n¡ª, hasta encararse hoy con el virus. En el plano nacional, ha dejado de ser un partido de oposici¨®n para formar parte del reci¨¦n creado Gobierno, uno fr¨¢gil junto con su aliado chi¨ª de Amal y la primera fuerza cristiana que encarna el Movimiento Patri¨®tico Libre. En el reparto de carteras, el partido islamista se ha quedado a cargo de la de Sanidad.
¡°El miedo al virus ha devuelto a los libaneses a las estructuras de solidaridad tradicionales basadas en partido y confesi¨®n, hoy en competici¨®n por servir a sus bases sociales¡±, valora en Beirut Maha Yahia, directora del Centro Carnegie para Oriente Pr¨®ximo. La gente ha perdido la confianza en las instituciones estatales donde el poder pol¨ªtico-econ¨®mico se reparte en base a las 18 religiones oficiales. ¡°De entre los partidos, Hezbol¨¢ es simplemente el que ofrece el plan m¨¢s elaborado al disponer de m¨¢s recursos¡±, puntualiza. La milicia ha decidido traspasar su capacidad de movilizaci¨®n militar al plano social.
En los suburbios de Dahie, periferia sur de Beirut y feudo de Hezbol¨¢, se sit¨²a el hospital San Jorge, que el partido-milicia ha alquilado como centro neur¨¢lgico para la atenci¨®n a los pacientes infectados por el virus. ¡°Disponemos de 1.000 test y 80 camas, 16 de ellas con respiradores¡±, es el inventario que hace el director del hospital, Has¨¢n Oleik, en un barrio cuya poblaci¨®n, de 800.000 vecinos, es mayoritariamente chi¨ª.
El Ejecutivo liban¨¦s ha establecido el Hospital Universitario Rafik Hariri como centro neur¨¢lgico para el tratamiento de infectados, con una capacidad de 128 camas. Con 541 positivos y 19 muertos, los expertos ya han anunciado que el sector sanitario p¨²blico liban¨¦s, con el 15% del total de hospitales, ser¨¢ incapaz de hacer frente a un aluvi¨®n de pacientes contagiados.
En el subsuelo de una mezquita de Dahie se aprecia la compleja red social de Hezbol¨¢. Docenas de voluntarios protegidos con m¨¢scaras y guantes empacan paquetes de arroz, latas de mortadela y botes de aceite de girasol en las 5.000 cajas que habr¨¢n de distribuir esta semana a las familias m¨¢s desfavorecidas. Tienen un presupuesto de 1,8 millones de euros ¡°entre fondos propios y donaciones de afiliados¡±, precisa una fuente del partido. En Raas el Nabaa, barrio de Beirut, Abu Abed recibe una de esas cajas, ¡°ayuda cr¨ªtica¡±, dice, para la supervivencia de los siete miembros de su familia.
La pandemia azota L¨ªbano en plena crisis econ¨®mica. El Banco Mundial advirti¨®, antes de propagarse el virus, que la mitad de los 4,5 millones de libaneses quedar¨¢n por debajo del umbral de la pobreza. Desde el 17 de octubre, d¨ªa en que comenzaron las protestas antigubernamentales pidiendo la ca¨ªda en bloque de los partidos tradicionales, m¨¢s de 220.000 personas han perdido su trabajo. Ahora, estos mismos partidos intentan capitalizar la amenaza sanitaria. Raz¨®n por la que se han lanzado en una campa?a calle por calle para distribuir ayudas en met¨¢lico, cajas de alimentos e incluso enviar curas e imames a bendecir los asfaltos desde la parte trasera de furgonetas reconvertidas en altares ambulantes.
Los l¨ªderes prometen donaciones millonarias a los hospitales siguiendo el mapa demogr¨¢fico-confesional al tiempo que el Gobierno ha tenido que anunciar el primer impago de deuda de su historia.
Estado dentro del Estado
¡°Hemos desplegado a 1.500 doctores, 3.000 enfermeros, 5.000 trabajadores m¨¦dicos y 15.000 voluntarios que van a colaborar con el Ministerio de Salud y los ayuntamientos¡±, dice a El PA?S el representante de Hezbol¨¢ para el distrito de Beirut, Has¨¢n Fadall¨¢, durante un tour medi¨¢tico organizado en Dahie. ¡°No estamos aqu¨ª para suplantar al Estado sino para poner nuestros medios a disposici¨®n del Ministerio de Sanidad y del pa¨ªs¡±, apunta.
Tres a?os atr¨¢s, Hezbol¨¢ organiz¨® otro tour muy diferente. Entonces, eran guerrilleros impecablemente uniformados y fuertemente armados que custodiaban tanques y ametralladoras en un des¨¦rtico p¨¢ramo de la frontera oriental con Siria. Acababan de expulsar a varios miles de yihadistas. A diferencia de aquel verano, en las tres horas de visita guiada por los suburbios de Dahie, apenas se vislumbraron un par de banderas amarillas estampadas con el pu?o que alza un Kal¨¢shnikov, marca Hezbol¨¢.
En su lugar, compitieron una mezcla de emblemas de organizaciones de caridad, vinculadas al partido, estampadas en las pecheras de j¨®venes voluntarios como Hasan, enfermero de 24 a?os. Cuenta que se ha alistado ¡°para servir a su comunidad frente a la pandemia¡±. Trabaja cuatro d¨ªas por semana en el hospital Sah¨ªe de Beirut y el resto lo dedica a formar a otros enfermeros al servicio de Hezbol¨¢. Ya en 2014, el partido-milicia reclut¨® a cientos de j¨®venes voluntarios para neutralizar la ola de mort¨ªferos atentados del ISIS contra la poblaci¨®n civil chi¨ª, como castigo por su injerencia en la vecina guerra siria.
Los detractores del partido-milicia chi¨ª liban¨¦s les acusaron entonces de ser un ¡°Estado dentro del Estado¡± y suplantar las competencias del Ej¨¦rcito nacional. Hoy, les acusan de hacerlo en la respuesta a la crisis sanitaria. ¡°El coronavirus es un regalo de Dios para Hezbol¨¢¡±, sentencia el experto liban¨¦s Lokman Slim. ¡°Esta crisis le permite restaurar la legitimidad de cara a su comunidad local, destacar frente al resto de partidos a nivel nacional, y presentarse como interlocutor ante la comunidad internacional para contener la pandemia [en tanto que partido a cargo del Ministerio de Sanidad]¡±, apunta.
Estados Unidos ha lanzado una guerra econ¨®mica con f¨¦rreas sanciones contra Hezbol¨¢, a quien tacha de grupo terrorista al igual que hace la UE con su brazo armado. Este viernes, el Banco Mundial, desembols¨® 37 millones de euros al Gobierno de L¨ªbano para combatir la pandemia, fondos que habr¨¢ de gestionar el Ministerio de Sanidad.
¡°Al hacerse cargo de parte de su base social, Hezbol¨¢ est¨¢ simult¨¢neamente ayudando a descongestionar el hospital p¨²blico Rafik Hariri [el ¨²nico gubernamental que recibe casos en el pa¨ªs] y por ende al Ministerio de Sanidad¡±, afirma Karim Makdisi, profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Americana de Beirut. ¡°En esta crisis y tras meses de descontento social", prosigue Makdisi, "tendr¨¢n que decidir si cada partido liban¨¦s opta por unir fuerzas a nivel nacional o cada confesi¨®n decide proteger a los suyos¡±.
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