El virus invierte los papeles hist¨®ricos del norte y el sur en Italia

El 8 de marzo, pasadas las dos de la madrugada, la estaci¨®n de tren de Mil¨¢n se llen¨® de napolitanos, calabreses y gente de otras regiones meridionales arrastrando maletas hechas a toda velocidad para huir hacia el sur. Las im¨¢genes, captadas por las c¨¢maras de seguridad de aquel d¨ªa, supusieron un inesperado cambio de paradigma en la historia de Italia. Por primera vez desde la unificaci¨®n del pa¨ªs, desde los tiempos del crecimiento de la FIAT en Tur¨ªn y la inmigraci¨®n masiva, el ¨¦xodo se produc¨ªa en direcci¨®n contraria. Una hip¨¦rbole que ha encontrado en las siguientes semanas sus r¨¦plicas en distintos formatos pol¨ªticos y sociales. Camino de los 13.000 muertos y una gesti¨®n dudosa de la crisis del coronavirus, en Roma crece la idea de que Lombard¨ªa deber¨ªa ser intervenida por una gestora. El gobernador de Campania (regi¨®n de N¨¢poles) ha advertido de que no dejar¨¢n entrar a sus ciudadanos y en el Ejecutivo afilan los cuchillos para pasar cuentas con la agresiva ret¨®rica septentrional.

Las brechas entre norte y sur, la famosa Italia a dos velocidades, se agranda cada d¨ªa cuando a las seis de la tarde se publican los datos de contagios. Sucede en sentido opuesto a las agujas del reloj de la historia, el virus ha cambiado las tornas. El lunes fueron 60 nuevos casos en Lacio, 45 en Campania, tres en Calabria. En Lombard¨ªa, sin embargo, alcanzaron los 735; 292 en Piamonte, 307 en Emilia Roma?a. Las cifras de fallecimientos son tambi¨¦n demasiado desiguales: En Lombard¨ªa han muerto oficialmente 12.376 personas con coronavirus desde que empez¨® la crisis. En Lacio, la regi¨®n de Roma, 349. Unos datos que invitan a pensar que si Italia dejase de contar el problema en Lombard¨ªa, que no es exclusivamente fruto de la densidad y dinamismo de Mil¨¢n, atravesar¨ªa una crisis muy distinta.

La situaci¨®n de Lombard¨ªa o Piamonte responde a distintas circunstancias. Pero cada d¨ªa que pasa se pone en cuesti¨®n tambi¨¦n su modelo sanitario y la gesti¨®n de la crisis. Se cometieron errores. Se utilizaron residencias de mayores para trasladar a pacientes de coronavirus, critic¨® este lunes el gobernador de Lacio y secretario general del Partido Democr¨¢tico (PD), Nicola Zingaretti. Hoy el runr¨²n se transforma en estrategia pol¨ªtica y el Palacio Chigi, donde se acumula un largo historial de resentimiento a todas las cr¨ªticas recibidas en los ¨²ltimos tiempos por el l¨ªder de la Liga, Matteo Salvini, ven la oportunidad de darle donde m¨¢s le duele al exministro del Interior. La ¡°cuesti¨®n meridional¡±, bautizada as¨ª en 1873 por el diputado radical lombardo Antonio Billia y utilizada por Antonio Gramsci para un texto que abord¨® esa suerte de colonizaci¨®n hist¨®rica del norte basada en una reunificaci¨®n dise?ada desde el Piamonte, vuelve con la covid-19.

La geograf¨ªa trazada por el virus, sin embargo, es por primera vez muy distinta. ¡°La pandemia ha hecho emerger una Italia profunda, enterrada. Como sucedi¨® despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial¡±, apunta el historiador Giovanni Luna. Hoy las tres regiones con m¨¢s contagios y muertos de Italia est¨¢n gobernadas por la Liga o por un socio de su coalici¨®n de derechas. Piamonte, Lombard¨ªa y V¨¦neto han mostrado distintos acercamientos a la crisis, pero mantienen cifras preocupantes, especialmente las dos primeras, que representan el coraz¨®n del poder auton¨®mico del viejo partido nordista. La credibilidad de Salvini est¨¢ edificada en los ¨¦xitos de su regi¨®n natal y vinculada, en parte, a la suerte de su gobernador, Attilio Fontana, a quien ¨¦l mismo coloc¨® para liquidar a la vieja guardia del partido. Tumbarle a ¨¦l, como pretende el Ejecutivo italiano con el desgaste diario y la hip¨®tesis de una intervenci¨®n de la regi¨®n, dejar¨ªa al exministro del Interior a la intemperie pol¨ªtica.

El colapso de un mito

El polit¨®logo Piero Ignazi es muy duro y cree que ¡°el mito de la Lombard¨ªa ha colapsado¡±. ¡°El relato de la regi¨®n vencedora, que lleva la voz cantante. El desastre de su sanidad y de sus responsables administrativos, en particular del presidente de la regi¨®n, ha liquidado la imagen que ten¨ªa. Reputacionalmente es un desastre. La arrogancia y los aires de superioridad, interpretados hist¨®ricamente por la Liga y por el propio Silvio Berlusconi, permiten ahora a algunos pedirles cuentas. Adem¨¢s, nace un problema pol¨ªtico muy grave para Salvini. Defender la gesti¨®n lombarda puede ser un boomerang terrible. Perder¨¢ consenso en el sur y dividir¨¢ a sus votantes del norte¡±, apunta Ignazi al tel¨¦fono.

Los empresarios, baluarte tradicional del apoyo a la Liga en el norte de Italia, empiezan a hartarse de los problemas y el retraso en la reapertura industrial que conllevar¨¢ la gesti¨®n lombarda. ¡°No es momento para la cr¨ªtica. Pero la realidad es que muchas cosas han fallado¡±, apunta un directivo de la patronal Confindustria. Los sondeos tambi¨¦n env¨ªan se?ales en esa direcci¨®n. La Liga se ha dejado unos cinco puntos desde que comenz¨® la crisis sanitaria y Salvini ha descendido del segundo al tercer puesto en los l¨ªderes m¨¢s valorados (detr¨¢s del primer ministro, Giuseppe Conte, y de la socia de la coalici¨®n de derechas, Giorgia Meloni). La inmigraci¨®n ya no sirve para cabalgar el estado de ¨¢nimo de la opini¨®n p¨²blica y el virus es demasiado imprevisible para apostar por ¨¦l. Todo girar¨¢ en los pr¨®ximos meses alrededor de la econom¨ªa. Y quiz¨¢ ah¨ª cambien de nuevo las tornas.