El primer juicio por los cr¨ªmenes del r¨¦gimen sirio comienza en Alemania
Dos exoficiales del Gobierno de El Asad que desertaron se sientan en el banquillo en un proceso pionero de justicia universal
Anwar Al Bunni se top¨® con el excoronel sirio Anwar R. hace seis a?os cerca de un centro de refugiados al sur de Berl¨ªn. ¡°Nos ignoramos¡±, recuerda este refugiado sirio y veterano abogado defensor de derechos humanos. Hab¨ªa estado encarcelado en las aterradoras c¨¢rceles sirias, donde casi muere, y le sonaba la cara del hombre que orden¨® su detenci¨®n y al que reconoci¨® m¨¢s tarde. Ahora la justicia alemana acusa al antiguo militar y desertor del Gobierno de Bachar el Asad de cr¨ªmenes contra la humanidad y complicidad en la tortura de m¨¢s de 4.000 personas y la muerte de 58. Este jueves arranca en Coblenza el primer juicio por las torturas del r¨¦gimen sirio, que marcar¨¢ un importante precedente en los procesos de justicia universal.
Est¨¢ previsto que Anwar R., de 57 a?os, se siente en el banquillo junto a Eyad A., de 43 a?os y tambi¨¦n antiguo miembro del aparato de seguridad del presidente El Asad. El tribunal superior de Coblenza (oeste de Alemania) les juzgar¨¢ por cr¨ªmenes contra la humanidad, miles de casos de torturas con resultado de al menos 58 muertes, en un proceso considerado clave para la jurisdicci¨®n universal. Ambos acusados fueron detenidos en febrero del a?o pasado y est¨¢n en prisi¨®n.
Con la v¨ªa de la Corte Penal Internacional bloqueada por Rusia y China y a falta de un tribunal ad hoc para el caso de Siria, el sistema jur¨ªdico alem¨¢n recurre a una norma que le permite desde 2002 juzgar cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad aunque no se hayan cometido en su territorio. El proceso, que tiene programadas entre dos y tres audiencias por semana, podr¨ªa alargarse hasta dos a?os. ¡°No se les juzga solo a ellos. Se juzga a todo el sistema de torturas. Este juicio expondr¨¢ toda la cadena de mando; se juzga a todo el r¨¦gimen¡±, estima en conversaci¨®n con este diario Al Bunni, abogado del Syrian Center for Media and Freedom of Expression, que comparecer¨¢ como testigo en este caso. Los acusados actuaron como parte del engranaje de opresi¨®n de un aparato cuya estructura los jueces deber¨¢n ahora desentra?ar y exponer a la luz p¨²blica. Los abogados esperan, adem¨¢s, que las evidencias recopiladas puedan servir de base para un futuro tribunal internacional y para las investigaciones en otros pa¨ªses.
La justicia fue la gran demanda de nuestra revoluci¨®n¡±, indic¨® esta semana la activista y tambi¨¦n v¨ªctima Abeer Farhoud en un encuentro virtual con la prensa. ¡°Este es un paso peque?o, pero nos da la esperanza de que caminamos en la direcci¨®n correcta y de que no hemos perdido del todo nuestra revoluci¨®n¡±, a?adi¨®. En los m¨¢s de nueve a?os de guerra, desencadenada para aplastar las protestas contra El Asad, han muerto al menos 384.000 personas y los combates han causado seis millones de desplazados internos. Otros 5,7 millones han huido al exilio, seg¨²n datos de marzo del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. En Coblenza, las v¨ªctimas de las detenciones del r¨¦gimen podr¨¢n mirar a la cara a sus presuntos torturadores ¡ªMichael Boecker, abogado del principal acusado, indic¨® ayer a la agencia Reuters que no har¨¢ declaraciones de momento¡ª.
Con la llegada a partir de 2015 de m¨¢s de un mill¨®n de demandantes de asilo a Alemania, la mayor¨ªa de ellos sirios, los testimonios de torturas se fueron multiplicando. La Fiscal¨ªa constat¨® que muchos se centraban en la llamada prisi¨®n 251 en el entorno de Damasco, dirigida por una unidad de inteligencia. Adem¨¢s, entre la documentaci¨®n de los fiscales hay tambi¨¦n miles de fotograf¨ªas de v¨ªctimas que un informante con el pseud¨®nimo de C¨¦sar sac¨® del pa¨ªs en guerra civil.
Medio centenar de v¨ªctimas de torturas y sus familiares han presentado desde 2016 querellas en Alemania, Austria, Suecia y Noruega, de la mano del Centro Europeo para los Derechos Humanos y Constitucionales (ECCHR, en sus siglas en ingl¨¦s), una ONG de abogados alemana. En el juicio se prev¨¦ que hablen, entre otros, al menos seis v¨ªctimas.
Los testimonios coinciden en el tipo de torturas, seg¨²n Patrick Kroker, el abogado del ECCHR que representa a las v¨ªctimas. ¡°Cuelgan a la gente del techo atados por las mu?ecas, les dan palizas y descargas el¨¦ctricas¡±, asegura. ¡°Les une que todos participaron de alguna manera en la revuelta pac¨ªfica [contra el r¨¦gimen]. El sistema de torturas se ha utilizado para aplastar a la sociedad civil¡±, asegura.
Violencia brutal
El excoronel Anwar R. recal¨® en Alemania en 2014 despu¨¦s de desertar y renegar de su pasado en las filas del r¨¦gimen. Hasta dos a?os antes, dirig¨ªa la unidad de investigaciones del departamento de inteligencia 251, responsable de la seguridad de Damasco, con su correspondiente prisi¨®n. Estaba al frente de los interrogatorios y era el mando superior en la prisi¨®n, sostiene la fiscal¨ªa en una nota del tribunal de Coblenza. ¡°Supervis¨® y decidi¨® los procedimientos de trabajo, incluido el uso de la tortura sistem¨¢tica y brutal¡±, indica. ¡°Conoc¨ªa el alcance de las torturas durante el periodo en el que se cometieron los cr¨ªmenes, por lo que era consciente y sab¨ªa que los presos mor¨ªan como resultado del uso masivo de la fuerza¡±, a?ade. Entre finales de abril de 2011 y septiembre de 2012, al menos ¡°4.000 detenidos fueron torturados¡± en la c¨¢rcel 251, ¡°sometidos a una violencia brutal y a descargas el¨¦ctricas¡±, seg¨²n la acusaci¨®n de la Fiscal¨ªa.
Los abusos, sostienen los investigadores, se utilizaron para obtener confesiones e informaci¨®n sobre el movimiento opositor. Los presos, hacinados, no tuvieron acceso a suficiente comida y se les deneg¨® la atenci¨®n m¨¦dica. Al menos 58 personas murieron en ese periodo. A Anwar R. se le acusa de organizar y supervisar los interrogatorios, incluidas torturas.
Eyad A. ten¨ªa un rango menor en el aparato y lleg¨® a Alemania en abril de 2018. En su entrevista para pedir asilo habl¨® de su anterior trabajo. Era un empleado de una subdivisi¨®n de la seguridad siria, que en oto?o de 2011 recorri¨® Duma (sureste sirio) en busca de opositores. Acompa?¨® a al menos 30 disidentes en autob¨²s hasta la prisi¨®n 251. Algunos ya eran golpeados antes de llegar. La fiscal¨ªa sostiene que conoc¨ªa las torturas sistem¨¢ticas.
La b¨²squeda de testigos
El exmilitar Anwar R. viv¨ªa desde 2014 como refugiado en Berl¨ªn, pero no fue hasta 2018 cuando la justicia abri¨® el caso contra ¨¦l. ¡°La Fiscal¨ªa me llam¨® y nos pidieron ayuda para encontrar a m¨¢s v¨ªctimas¡±, explica el abogado Anwar Al Bunni. Armar un caso como este exige tiempo y determinaci¨®n, forjada a medida que las v¨ªctimas han perdido el miedo. Tambi¨¦n porque la v¨ªa europea contra el r¨¦gimen sirio estaba hasta ahora en segundo plano. ¡°Al principio, nuestra prioridad era identificar a los altos cargos que estaban en Siria. Sab¨ªamos que los que estaban aqu¨ª, en Europa, no pod¨ªan hacer m¨¢s da?o¡±. En junio de 2018, la justicia alemana, en otro caso, emiti¨® una orden de detenci¨®n internacional contra Jamil Hassan, exdirector del servicio de inteligencia a¨¦rea sirio.
¡°Lo peor eran las descargas el¨¦ctricas¡±
Mansour Omari tiene 40 a?os y la mascarilla preparada para viajar desde Holanda hasta Coblenza, en Alemania. Acude al juicio en el que por primera vez se juzgar¨¢n torturas como las que sufri¨® ¨¦l, en c¨¢rceles como la suya, por oficiales que destrozaron su vida y las de sus amigos. ¡°Necesito ir, estar presente. Este juicio es hist¨®rico¡±, cuenta en una videoentrevista. ¡°Durante muchos a?os, hemos tenido las evidencias, las fotos de C¨¦sar, los testimonios de cientos de personas. Ten¨ªamos las pruebas, pero no ten¨ªamos el tribunal. Ahora lo hemos encontrado en Alemania¡±.
El 16 de febrero de 2012 Omari fue detenido y encarcelado durante un a?o junto a otros activistas. Su liberaci¨®n se hizo c¨¦lebre en todo el mundo porque Omari logr¨® sacar de la c¨¢rcel escritos los nombres de 82 detenidos. Los escribi¨® con sangre y con ¨®xido junto a sus compa?eros y los incrustaron en el cuello y los pu?os de la camisa con la que cruz¨® la puerta la prisi¨®n el d¨ªa que sali¨®. Esos pedazos de tela acabaron expuestos en el museo del Holocausto de Washington.
Periodista de profesi¨®n, Omari hab¨ªa estudiado literatura inglesa y documentaba detenciones y desapariciones, sobre todo de periodistas y activistas para el Syrian Center for Media and Freedom of Expression. A Omari lo dieron por desaparecido y en prisi¨®n fue sometido a inimaginables torturas en celdas atestadas junto a decenas de presos. ¡°Estuve a punto de morir varias veces¡±, asegura.
Pas¨® por varias c¨¢rceles, incluida la de la inteligencia militar a¨¦rea. Estuvo tambi¨¦n en la cuarta divisi¨®n en Damasco, bajo el control de Maher el Assad, hermano del presidente sirio. Los m¨¦todos de tortura y el patr¨®n de abusos a los detenidos se repite, seg¨²n han documentado numerosas organizaciones de derechos humanos y coinciden v¨ªctimas entrevistadas por este diario. ¡°Nos pegaban con palos. Nos daban palizas, patadas, pu?etazos¡ pero lo peor eran las descargas el¨¦ctricas¡±, recuerda Omari. ¡°Nada m¨¢s llegar, te daban una paliza. Los presos lo llam¨¢bamos, ¡°la fiesta de bienvenida¡±. Era la manera de advertirte de que te pueden matar si quer¨ªan¡±.
El relato de Omari coincide con el de otros detenidos entrevistados por este diario. Celdas oscuras, con reos amontonados y con heridas sangrantes, pulgas, infecciones. ¡°Las condiciones son inhumanas. Solo puedes dormir por turnos y de costado para ahorrar espacio. Tu cuerpo cada vez es m¨¢s d¨¦bil y se empieza a llenar de infecciones. Llega un momento en el que todos los de tu celda tienen escaras y est¨¢n llenos de pulgas. Dos veces al d¨ªa nos desnud¨¢bamos para matar las pulgas una por una con las u?as. Te vuelves loco¡±.?
Omari es parte de la acusaci¨®n en Suecia en otro caso similar, contra Jamil Hassan, contra el que se ha dictado en Alemania orden de detenci¨®n internacional. Hassan fue director del departamento de Inteligencia de las fuerzas a¨¦reas sirias y est¨¢ acusado de cr¨ªmenes contra la humanidad en junio de 2018.
Desde que sali¨® de Siria en 2013, Omari no ha dejado de luchar por que se haga justicia y por documentar los abusos del r¨¦gimen. Tambi¨¦n con el Cesar Group, creado en torno a las miles de im¨¢genes de cad¨¢veres que un desertor logr¨® sacar de las c¨¢rceles sirias y que forman parte del material que analizar¨¢n los jueces en Coblenza, al oeste de Alemania. Dos compa?eros de la c¨¢rcel que le ayudaron a escribir los nombres de los detenidos aparecen en esas im¨¢genes.?
¡°Se trata de llevar ante la justicia a todo un sistema de torturas. Todo el mundo sab¨ªa que el Gobierno sirio deten¨ªa a activistas y periodistas. Espero que este juicio tambi¨¦n sirva para que la comunidad internacional reconozca su silencio ante las torturas en Siria¡±, espera Omari.?
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