Bolsonaro, acorralado por la investigaci¨®n del Supremo y la gesti¨®n del coronavirus
La popularidad del presidente de Brasil alcanza m¨ªnimos cuando el pa¨ªs supera las 13.000 muertes y roza los 190.000 casos de contagio
A medida que Brasil suma muertos y contagios por coronavirus hasta convertirse en el pa¨ªs emergente m¨¢s afectado, la ciudadan¨ªa va perdiendo la paciencia con su presidente. Este martes alcanz¨® su m¨¢ximo en un solo d¨ªa: 881 fallecidos. Un debilitado Jair Bolsonaro persiste en el pulso con los gobernadores sobre c¨®mo afrontarla y se defiende con ataques mientras avanza la investigaci¨®n del Tribunal Supremo sobre su supuesta injerencia en la c¨²pula de la polic¨ªa para proteger a su familia. Los tres ministros m¨¢s cercanos al mandatario ultraderechista ¡ªtres generales, uno en activo¡ª han sido interrogados en Brasilia horas despu¨¦s de que una encuesta pusiera cifras al desplome de su popularidad.
El Supremo investiga a Bolsonaro despu¨¦s de que Sergio Moro lo acusara durante su dimisi¨®n al frente del Ministerio de Justicia. Moro, el juez que simboliza la lucha anticorrupci¨®n y que era el ministro m¨¢s popular, asegur¨® que el presidente le hab¨ªa presionado para que cambiara al director de la Polic¨ªa federal con la vista puesta en proteger a sus hijos, salpicados en varios casos. Las pesquisas avanzan a velocidad de crucero. Moro ya declar¨®. Y este martes fue el turno de tres ministros que trabajan con el presidente en el Palacio de Planalto.
Otra pieza clave es la grabaci¨®n del Consejo de Ministros celebrado dos d¨ªas antes del portazo de Moro. Dos personas que han visto el v¨ªdeo aseguran extraoficialmente a este diario que Bolsonaro dijo en la reuni¨®n que su familia era perseguida por la Polic¨ªa federal. Aunque la cinta no es p¨²blica, el presidente ha negado haber pronunciado las palabras ¡°Polic¨ªa federal". A tenor de lo filtrado, fue una reuni¨®n explosiva con insultos a varios gobernadores y en la que el ministro de Educaci¨®n pidi¨® la c¨¢rcel para los jueces del Supremo.
Cada vez m¨¢s acorralado, el mandatario negocia con varios partidos que encarnan la vieja pol¨ªtica que tanto denostaba, formaciones que ofrecen su apoyo a cambio de cargos que gestionan suculentos presupuestos. Bolsonaro los necesita para parar en el Congreso un eventual juicio. Su procesamiento requerir¨ªa la aprobaci¨®n del Supremo y de dos tercios de la C¨¢mara de Diputados. Ser¨ªa juzgado ante el alto tribunal.
Las muertes en Brasil superan las 13.000 y los contagios superan los 190.000 seg¨²n la cuenta oficial. Pero los especialistas advierten de que esos n¨²meros son muy inferiores a los reales. Basta saber que hay otras 2.000 muertes sospechosas y que los hospitalizados por s¨ªndrome respiratorio agudo cuadruplican los de la covid-19.
Aumenta veloz el descontento de los brasile?os con un presidente esc¨¦ptico desde primera hora ante el coronavirus que, a diferencia de otros jefes de Gobierno, no ha modulado su postura a medida se van llenando los cementerios, la moneda se deval¨²a y las perspectivas econ¨®micas empeoran. Nunca tantos brasile?os desaprobaron la gesti¨®n de Bolsonaro al frente del Gobierno, seg¨²n una encuesta difundida este martes. La desaprobaci¨®n alcanza el 55% frente a un 39% que s¨ª la aprueba. Partidarios y detractores se repart¨ªan a partes iguales hace cuatro meses, antes del virus. Y mantiene el apoyo firme del n¨²cleo m¨¢s ideol¨®gico de sus seguidores.
Algunos de ellos son los que salen a manifestarse a favor de Bolsonaro, de que cuarentenas solo para los m¨¢s vulnerables (y de paso del cierre del Congreso y el Tribunal Supremo). Pero entre los encuestados son abrumadora mayor¨ªa (67%) los partidarios del confinamiento generalizado.
Cada uno de los 27 Estados brasile?os ha dise?ado sus propias medidas contra la pandemia. Van desde el cierre total decretado en varias capitales de la zona m¨¢s pobre del pa¨ªs, cuyas redes sanitarias est¨¢n al borde del colapso, hasta regiones m¨¢s ricas que han abierto hasta los centros comerciales. S?o Paulo y R¨ªo de Janeiro est¨¢n entre esos extremos.
Mientras la opini¨®n sobre el jefe del Gobierno empeora, aumenta de manera notable la popularidad de gobernadores y alcaldes, los m¨¢s directamente implicados de combatir el avance de la enfermedad. El apoyo a c¨®mo est¨¢n gestionando los Gobiernos estatales esta emergencia alcanza el 69%, muy por encima del 51% que dan al Gobierno federal. El gobernador de S?o Paulo, Jo?o Doria, suele criticar con dureza al presidente porque ¡°promueve acciones irresponsables todas las semanas adem¨¢s de presionar a los gobernadores coloc¨¢ndolos como enemigos del pueblo¡±.
Bolsonaro replic¨® los primeros contagios minimizando la amenaza. Despu¨¦s desde?¨® las recomendaciones e hizo campa?a a favor de la reapertura de los negocios. Pero ahora ha pasado directamente a la ofensiva. Este mismo lunes aprob¨® un decreto que declara como servicios esenciales a los gimnasios, las peluquer¨ªas y los salones de belleza. Es un gesto hacia el entusiasmo de los brasile?os por el ejercicio y las u?as pintadas, pero choca directamente con el aislamiento social que una mayor¨ªa de gobernadores defiende con sus mejores dotes de persuasi¨®n. La tarea es tit¨¢nica con un presidente que insiste machaconamente en que hay demasiada histeria. Los brasile?os est¨¢n cansados de estar confinados y muchos de ellos han visto mermar o desaparecer sus ingresos o ahorros.
Para paliarlo, el Gobierno est¨¢ pagando una especie de renta m¨ªnima a decenas de millones de trabajadores informales, y tambi¨¦n a miles que no deber¨ªan recibirla. Este martes se ha sabido que 73.000 militares recibieron indebidamente los 600 reales (115 d¨®lares, 105 euros) de paga mensual.
Cortejo a la detestada vieja pol¨ªtica
Como es frecuente en las crisis pol¨ªticas brasile?as, esta es un monumental embrollo en el que confluyen muchos protagonistas, diversas subtramas y varios escenarios. Las piezas se mueven r¨¢pido, a la vez y a velocidad. A veces avanzan, a veces solo amagan, y otras retroceden. Las negociaciones de Jair Bolsonaro con los parlamentarios de Centr?o (el gran centro), que podr¨ªan convertirse en su tabla de salvaci¨®n, son un cap¨ªtulo importante. Menos relevantes, pero pol¨ªticamente significativos en esta coyuntura, son los resultados de sus an¨¢lisis de coronavirus.
Tras llegar al poder con un discurso antisistema y la promesa de acabar con el tradicional funcionamiento de toma y daca, Bolsonaro corteja desde hace semanas a algunos de los partidos sin ideolog¨ªa que se ofrecen al mejor postor. La negociaci¨®n est¨¢ en marcha porque en este momento el bolsonarismo tiene el apoyo de menos de 50 diputados en una C¨¢mara de 513, cuando necesita dos tercios para neutralizar un eventual procesamiento. Centr?o ya est¨¢ logrando altos cargos que manejan presupuestos de millones de reales en puestos poco expuestos al escrutinio.
Uno de los grandes s¨ªmbolos de este grupo es Roberto Jefferson, un exdiputado que este fin de semana pos¨® en las redes sociales con un fusil bajo un mensaje de apoyo al presidente y amenazas al Supremo y la prensa. Jefferson le insta a echar a los 11 jueces del m¨¢ximo tribunal de Brasil y a retirar las concesiones al grupo medi¨¢tico Globo. Este antiguo diputado fue aliado del Partido de los Trabajadores y se hizo famoso al denunciar que el Gobierno de Lula da Silva ten¨ªa varios partidos a sueldo para sacar adelante sus proyectos legislativos, el llamado esc¨¢ndalo Mensal?o. Los votos de Centr?o fueron claves para sostener a Dilma Rousseff, para dejarla caer despu¨¦s en un impeachment y para impedir que su sucesor, Michel Temer, fuera destituido por el Congreso para ser investigado por corrupci¨®n.
Las pruebas de coronavirus eran otro frente para Bolsonaro. Se ha sometido a tres test desde marzo. ?l siempre ha sostenido que dieron negativo, pero simult¨¢neamente se hab¨ªa negado a difundir los resultados hasta que los jueces se lo han exigido. La petici¨®n parti¨® del diario Estad?o, apelando a que son de inter¨¦s p¨²blico. La oposici¨®n tambi¨¦n los reclam¨® v¨ªa el Congreso. Los resultados, difundidos este mi¨¦rcoles, son negativos. Realizados en un hospital militar, Bolsonaro utiliz¨® seud¨®nimos al someterse a los test. El asunto ten¨ªa su miga porque varios ministros y colaboradores han padecido la enfermedad. Pero la frecuencia con la que se pasea, genera aglomeraciones o estrecha manos hab¨ªa disparado las sospechas de que lo contrajo y se hab¨ªa inmunizado.
Informaci¨®n sobre el coronavirus- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
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