Grupos yihadistas del Sahel extienden sus operaciones a otros cuatro pa¨ªses africanos
Las regiones norte?as y parques naturales de Togo, Ben¨ªn, Ghana y Costa de Marfil se convierten en refugios y ¨¢reas de financiaci¨®n de grupos terroristas

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Los grupos yihadistas que operan en el Sahel central, entre Mal¨ª, N¨ªger y Burkina Faso, han abierto un nuevo frente que se consolida cada vez m¨¢s en los pa¨ªses del golfo de Guinea. Togo, Ben¨ªn, Ghana y Costa de Marfil han detectado en los ¨²ltimos meses una creciente presencia de grup¨²sculos radicalizados conectados con Ansarul Islam (vinculado a Al Qaeda) o el Estado Isl¨¢mico del Gran Sahara (relacionado con el Estado Isl¨¢mico, ISIS por sus siglas en ingl¨¦s). Estas dos organizaciones son responsables del incremento de la violencia en Burkina Faso en los ¨²ltimos cuatro a?os. Pero es m¨¢s que eso. Las regiones norte?as de los pa¨ªses del litoral se han convertido en refugio, y tambi¨¦n en fuentes de financiaci¨®n y aprovisionamiento para el terrorismo saheliano.
El parque nacional de Como¨¦, en el norte de Costa de Marfil, es uno de los m¨¢s extensos de ?frica occidental. En ¨¦l se pueden encontrar ant¨ªlopes, panteras, leopardos, mandriles y cocodrilos al amparo de una densa vegetaci¨®n. Y ha sido al noreste de este espacio protegido, hace unos d¨ªas, cuando una operaci¨®n militar conjunta entre los ej¨¦rcitos de Burkina Faso y Costa de Marfil concluy¨® con la muerte de ocho presuntos terroristas, la detenci¨®n de 38 sospechosos y la incautaci¨®n de armamento diverso. El general Lassina Doumbia, jefe del Estado Mayor marfile?o aseguraba a Radio Omega: ¡°Esto es solo es el principio. Los terroristas han conseguido unirse¡±.
Al igual que el Como¨¦, numerosos parques naturales y reservas forestales recorren el norte de Costa de Marfil, Ghana, Togo y Ben¨ªn en su frontera con Burkina Faso. En los ¨²ltimos dos a?os, estos espacios se han convertido en el nuevo frente de los grupos terroristas que operan en el Sahel. En febrero de 2019, el salesiano espa?ol Antonio C¨¦sar Fern¨¢ndez fue asesinado en la frontera entre Togo y Burkina; tres meses m¨¢s tarde, dos turistas franceses fueron secuestrados y su gu¨ªa result¨® muerto en el parque nacional de Pendjari, en Ben¨ªn. Muy cerca y conectadas entre s¨ª, las reservas burkinesas de Arly; y de W, en N¨ªger, se han convertido en santuarios yihadistas. ¡°La amenaza terrorista es real y la presi¨®n, muy fuerte, la sentimos cada d¨ªa un poco m¨¢s¡±, afirmaba a finales de febrero a France Press el presidente togol¨¦s Faure Gnassingb¨¦.
¡°Se est¨¢ produciendo un contagio evidente, pero sutil¡±, asegura Lori-Anne Th¨¦roux-Benoni, directora del Instituto de Estudios de Seguridad (ISS) en Dakar, ¡°los pa¨ªses del litoral sirven ya como zona de tr¨¢nsito, financiaci¨®n y aprovisionamiento para los grupos armados que operan en el Sahel¡±. Seg¨²n este centro de an¨¢lisis, el oro extra¨ªdo en minas controladas por los radicales en Burkina Faso se vende en Togo y Ben¨ªn, la caza furtiva y el tr¨¢fico ilegal de marfil o de animales procedentes de los espacios naturales de estos pa¨ªses inyecta fondos a los yihadistas y las motocicletas utilizadas en los ataques en Mal¨ª o Burkina Faso proceden de Nigeria v¨ªa Ben¨ªn. ¡°Es una dimensi¨®n que deber¨ªa requerir m¨¢s atenci¨®n¡±, asegura.
Dos de los factores que han propiciado la progresiva implantaci¨®n de estos grupos armados al norte de los pa¨ªses del golfo de Guinea es la porosidad de las fronteras pero tambi¨¦n la creciente presi¨®n que ejercen sobre ellos en Mal¨ª, N¨ªger y Burkina Faso la operaci¨®n francesa Barkhane, el G5 del Sahel y los ej¨¦rcitos nacionales. ¡°Se est¨¢ produciendo un reclutamiento local que se apoya en tensiones inter e intracomunitarias, conflictos entre pastores y agricultores y un cierto d¨¦ficit en materia de inversi¨®n por parte de esos pa¨ªses¡±, a?ade Theroux-Benoni.
Para contrarrestar la radicalizaci¨®n y la adhesi¨®n de la poblaci¨®n local a los grupos armados, estos cuatro pa¨ªses m¨¢s Burkina Faso lanzaron en septiembre de 2017 la Iniciativa de Accra, que pretende asimismo combatir la criminalidad transfronteriza que sirve de financiaci¨®n a los terroristas. Poco despu¨¦s se sumaron como invitados Mal¨ª y N¨ªger. La idea es compartir informaci¨®n, formar a los agentes de seguridad y llevar a cabo operaciones militares en el terreno. Sin embargo, tambi¨¦n se pretende combatir las causas profundas de radicalizaci¨®n. Para ello, Ben¨ªn cuenta con la Agencia de Desarrollo de los Espacios Transfonterizos o Togo con el Comit¨¦ de Prevenci¨®n del Extremismo Violento, que intenta atraer inversi¨®n y ayudas para la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable de estas regiones.
Los grupos terroristas del Sahel est¨¢n en pleno proceso de reorganizaci¨®n interna, tratando de hacerse fuertes en nuevas zonas en las que se producen din¨¢micas de cooperaci¨®n o de conflicto entre ellos. Al igual que ocurri¨® en el Sahel o en el norte de Mozambique, la penetraci¨®n en Togo, Ben¨ªn, Ghana y Costa de Marfil se lleva a cabo por etapas, primero con la llegada de predicadores o sectas radicales que se apoyan en los m¨¢s desfavorecidos o excluidos para favorecer el reclutamiento y la complicidad local; luego con el desarrollo de actividades il¨ªcitas que abran fuente de ingresos, y finalmente con la adhesi¨®n a una franquicia yihadista que les facilite log¨ªstica y capacidad operativa para llevar a cabo acciones terroristas, ya sea secuestros o ataques a puestos militares, escuelas o centros de salud.
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La violencia y el ¨¦xodo forzoso desangran al Sahel
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