La crisis diplom¨¢tica del Golfo entra en su cuarto a?o sin visos de soluci¨®n

La disputa de Arabia Saud¨ª y Emiratos ?rabes Unidos con Qatar entra este viernes en el cuarto a?o sin visos de soluci¨®n. Ni la mediaci¨®n de sus vecinos, ni la pandemia de la covid-19, han logrado desbloquear un enfrentamiento que tiene parte de choque de egos entre sus dirigentes y parte de intereses pol¨ªticos divergentes. Entre tanto, el problema ha da?ado la imagen internacional de sus promotores, cuestiona la relevancia del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (CCG) y amenaza con extenderse m¨¢s all¨¢ de la regi¨®n.

¡°El resultado es sin duda negativo, pero no muy visible ni costoso. El CCG [la organizaci¨®n regional que agrupa a las seis monarqu¨ªas de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga] ha quedado inservible y las econom¨ªas de todos los pa¨ªses involucrados se han visto afectadas, aunque no tanto como por la covid-19 y la ca¨ªda del precio del petr¨®leo¡±, estima Luciano Zaccara, profesor del Centro de Estudios del Golfo de la Universidad de Qatar. En su opini¨®n, la crisis ¡°ha deteriorado la imagen de los Gobiernos de Arabia Saud¨ª y Emiratos, m¨¢s de lo que ya estaba por su implicaci¨®n en la guerra de Yemen¡±.

El 5 de junio de 2017, Arabia Saud¨ª, Emiratos ?rabes Unidos (EAU) y Bahr¨¦in (a los que luego se uni¨® Egipto) cortaron relaciones diplom¨¢ticas, comerciales y de transporte con Qatar. Acusaban a Doha de actuar contra los intereses del CCG, de confabularse con Ir¨¢n y de apoyar a grupos extremistas (en referencia a los Hermanos Musulmanes). Desde entonces, los otros dos miembros del CCG, Kuwait y Om¨¢n, que evitaron tomar partido, han tratado de mediar sin ¨¦xito.

¡°No se evidencian pasos que demuestren una intenci¨®n de reducir la presi¨®n ni la cr¨ªtica respecto a Qatar¡±, se?ala Zaccara, en un intercambio de correos electr¨®nicos. Al contrario, menciona al respecto la reciente campa?a de desinformaci¨®n sobre un inexistente golpe de Estado en ese pa¨ªs y las cr¨ªticas por no limitar antes las conexiones con Ir¨¢n a ra¨ªz de la covid-19. ¡°La pandemia y la ca¨ªda del precio del petr¨®leo han hecho que los Gobiernos de la regi¨®n est¨¦n m¨¢s preocupados por la supervivencia de sus modelos pol¨ªticos y econ¨®micos que por enmendar los problemas del CCG¡±, a?ade.

A finales del a?o pasado, hubo signos de acercamiento cuando Arabia Saud¨ª, EAU y Bahr¨¦in participaron en Qatar en un campeonato regional de f¨²tbol. No fue suficiente para que el jeque Tamim asistiera a la ¨²ltima cumbre del CCG en Riad pocas semanas despu¨¦s. En privado, fuentes catar¨ªes admit¨ªan que el principal obst¨¢culo se encontraba en Abu Dhabi. El ministro de Exteriores de Doha acab¨® con las especulaciones en enero al anunciar que los contactos no hab¨ªan prosperado.

Algunos observadores creyeron ver en la covid-19 una oportunidad para que los rivales colaboraran y tendieran puentes. Tampoco se ha concretado. EAU ha enviado material sanitario a Ir¨¢n, el pa¨ªs m¨¢s afectado por el coronavirus en Oriente Pr¨®ximo, y su gobernante de hecho, el jeque Mohamed Bin Zayed, incluso ha telefoneado al presidente de Siria, principal aliado ¨¢rabe de Teher¨¢n, para tratar la pandemia. Sin embargo, no ha tenido el mismo gesto con sus hermanos catar¨ªes, aislados precisamente por su presunta sinton¨ªa con la Rep¨²blica Isl¨¢mica.

El problema de fondo es que ¡°los pa¨ªses del CCG ya no comparten las mismas percepciones, valores y objetivos de pol¨ªtica exterior¡±, estimaba en un reciente an¨¢lisis Marwan Kabalan, del Arab Center for Research and Policy Studies. Para este experto, el conflicto tambi¨¦n esconde diferentes visiones de los dirigentes sobre el futuro de la regi¨®n. ¡°Aunque no es una democracia, Qatar desaf¨ªa el status quo y apoya la causa democr¨¢tica en el Mundo ?rabe, en especial a trav¨¦s de Al Jazeera [la cadena de televisi¨®n por sat¨¦lite que financia]. Esto va contra la l¨®gica del CCG, un club de pa¨ªses ricos, conservadores y no democr¨¢ticos¡±, explica.

Pero adem¨¢s de la inoperancia o el desprestigio del CCG, el enfrentamiento de sus miembros tambi¨¦n supone un riesgo potencial m¨¢s all¨¢ de la regi¨®n. Algunos observadores alertan de que la pugna se est¨¢ exportando a los conflictos de Libia, Sud¨¢n o la zona del Cuerno de ?frica, donde las partes enfrentadas apoyan a grupos rivales. La continuidad de la crisis sigue planteando un reto para las grandes potencias, aunque hasta ahora tanto Estados Unidos como China, Rusia y la Uni¨®n Europea han evitado tomar partido por una parte u otra.