Trump vuelve a los m¨ªtines con menos p¨²blico del previsto: ¡°La mayor¨ªa silenciosa es m¨¢s fuerte que nunca¡±
El republicano electriza a sus seguidores en Oklahoma agitando los s¨ªmbolos nacionales y alertando contra la "izquierda radical", durante dos horas de puro 'show' en las que casi nadie llevaba mascarilla
Donald Trump retom¨® este s¨¢bado por la noche su campa?a electoral de la forma que m¨¢s ama esta estrella de la telerrealidad, con un largo mitin plagado de mofas en tierra amiga, el conservador Estado de Oklahoma, donde hace cuatro a?os arras¨® en las urnas por 36 puntos de diferencia. No dej¨® palo sin tocar: alert¨® de que si en noviembre ganan los dem¨®cratas, las turbas dominar¨¢n las calles y nadie volver¨¢ a estar seguro. Asegur¨® que Estados Unidos ten¨ªa muchos contagios de coronavirus -el ¡°virus chino¡±, seg¨²n sus palabras- porque hac¨ªa m¨¢s pruebas que nadie y, por eso, hab¨ªa pedido que los reduzcan (la Casa Blanca asegur¨® despu¨¦s que bromeaba). Pidi¨® una nueva ley para penar con un a?o de c¨¢rcel a quien queme la bandera de Estados Unidos (acto protegido por la libertad de expresi¨®n). Y acus¨® a Joe Biden de someterse a ¡°la izquierda radical¡±.
Tras m¨¢s de tres meses de par¨®n por la pandemia, Trump llegaba con ganas de darse un ba?o de masas en Tulsa, pero el pabell¨®n BOK, con capacidad para 19.000 personas, recibi¨® mucho menos p¨²blico del previsto. El discurso que ten¨ªa pensado dar en el escenario preparado fuera, para los que no lograsen entrar, se cancel¨® una hora antes y dentro llamaba la atenci¨®n la cantidad de asientos vac¨ªos. Su campa?a afirm¨® que los manifestantes contra el racismo hab¨ªan bloqueado el acceso a muchos seguidores. Trump acus¨® a los ¡°medios mentirosos¡± de alertar de los riesgos sanitarios del evento. ¡°?Empezamos nuestra campa?a! Sois unos guerreros, hay gente mala ah¨ª fuera, pero sois unos guerreros¡±, dijo el republicano nada m¨¢s comenzar el discurso. ¡°La mayor¨ªa silenciosa es mayor que nunca¡±.
Esta semana se han cumplido cinco a?os desde que Trump anunci¨® su primera candidatura a la Casa Blanca y faltan menos de cinco meses para renovar mandato en las presidenciales. El dem¨®crata Joe Biden aventaja a Donald Trump en las encuestas y, aunque la experiencia de 2016 deja claro que la fiabilidad de las encuestas de ¨¢mbito nacional a estas alturas de la carrera es limitada, el magnate neoyorquino necesitaba jalear a sus bases tras semanas de distintas pol¨¦micas y este tipo de acontecimientos, adem¨¢s, son un fil¨®n para las bases de datos de su campa?a.
Antes de entrar al pabell¨®n, los voluntarios tomaban la temperatura de los asistentes y entregaban gel sanitario y mascarillas, pero salvo el personal y los periodistas, apenas nadie all¨ª dentro las llevaba. Cubrirse o no se ha convertido en una suerte de declaraci¨®n de principios para los republicanos m¨¢s conservadores y libertarios, como la propia celebraci¨®n de este acto multitudinario en interior pese a los riesgos. Horas antes de comenzar, la campa?a inform¨® de que seis miembros del personal en Tulsa hab¨ªan dado positivo. Trump defendi¨® su ¡°fenomenal trabajo¡± con la pandemia, por la que han muerto ya casi 120.000 personas en Estados Unidos, con m¨¢s de 2,2 millones de positivos confirmados.
¡°Aqu¨ª viene la parte mala: cuando expandes las pruebas tanto como nosotros lo hemos hecho, vas a encontrar m¨¢s gente, m¨¢s casos, as¨ª que le he dicho a mi gente: ¡®?Bajad el ritmo de test por favor!¡±, a lo que el p¨²blico respondi¨® con risas. La Casa Blanca asegur¨® m¨¢s tarde que el presidente estaba bromeando, como cuando se refiri¨® varias veces a la covid-19 como ¡°virus chino¡±, insistiendo en el estigma que se trata de evitar en el pa¨ªs donde se origin¨® el brote. ¡°?Que abran los colegios en septiembre!¡±, anim¨®.
Aunque fueran menos de los previstos, los miles de trumpistas all¨ª congregados se entregaron ante un Trump especialmente en¨¦rgico. Se dirig¨ªa a ellos al d¨ªa siguiente de Juneteenth, el d¨ªa que se conmemora la liberaci¨®n de los esclavos en Estados Unidos, hace 155 a?os, y que este a?o se convirti¨® en una gran jornada de reivindicaci¨®n, aupada por la ola de protestas de las ¨²ltimas semanas, la mayor en medio siglo.
Sin embargo, pas¨® de puntillas por el racismo y centr¨® su mensaje en la derivada violenta, especialmente, en el reciente derribo de estatuas. ¡°?Han tirado la de Thomas Jefferson! ?Han decapitado una de Col¨®n!¡±, exclam¨®, ¡°quieren demoler nuestra herencia y desmantelar a la polic¨ªa¡±. ¡°Si ganan los dem¨®cratas en noviembre -advirti¨®-, los alborotadores tendr¨¢n el poder, nadie volver¨¢ a estar seguro¡±. Biden, concedi¨®, ¡°no es izquierda radical¡±, pero asegur¨® que ¡°est¨¢ sometido a ella¡±.
El republicano est¨¢ replicando la f¨®rmula electoral de ¡°ley y orden¡± con la que Richard Nixon gan¨® las elecciones en 1968, tambi¨¦n en medio de revueltas sociales. Este s¨¢bado tambi¨¦n agit¨® la guerra cultural al hilo de los s¨ªmbolos nacionales. ¡°Nosotros nunca hincaremos la rodilla en el suelo durante el himno nacional [gesto de protesta] o ante nuestra gran bandera¡±, enfatiz¨®. Acto seguido, propuso una nueva legislaci¨®n por la cual ¡°quien queme una bandera estadounidense pase un a?o de c¨¢rcel¡±, pese a que el Tribunal Supremo determin¨® en 1989 que hacerlo es un acto protegido por la primera enmienda de la Constituci¨®n, que establece el derecho a la libertad de expresi¨®n.
Mostr¨® la vena de showman al relatar lo sucedido en su reciente discurso en la academia militar de West Point, cuando las c¨¢maras le captaron tomando un vaso para beber agua con las dos manos, inseguro, y bajando una rampa a pasos muy corto, con temor a caerse. Se explay¨® durante unos 15 minutos contando que le hab¨ªa tocado saludar a los cadetes 600 veces bajo el sol, que no quer¨ªa mojarse la corbata y justific¨® su fr¨¢gil descenso del escenario por el miedo a resbalar con las suelas de cuero de sus zapatos.
¡°?Se imaginan que me caigo delante de las c¨¢maras?¡±, pregunt¨®. ¡°Le dije: general, no hay manera de que baje esto sin caerme de culo!¡±, dijo, mientras parodiaba sus extra?os pasos de aquel d¨ªa, para entusiasmo del p¨²blico. ¡°Despu¨¦s llam¨¦ a mi mujer y le dije, ?qu¨¦ tal ha salido esto? Y me dijo: ¡®Eres trending topic¡¯. Y yo: ¡®Ah, he dado un discurso muy bueno¡¯. Y ella me dijo: No, est¨¢n diciendo que a lo mejor tienes parkinson!¡±. Tambi¨¦n parodi¨® sus conversaciones con Angela Merkel sobre la OTAN o sus negociaciones con los ejecutivos de Boeing.
Y as¨ª pasaron casi dos horas de discurso. A la salida, Robert Redman, un carpintero que hab¨ªa conducido cuatro horas desde Kansas para verle en persona por primera vez, dec¨ªa: ¡°Me ha encantado, es completamente real, me llega todo lo que me dice¡±. Estaba convencido de que en noviembre volver¨ªa a ganar. ¡°Aquella noche, en 2016, me fui a dormir deprimido porque todo el mundo dec¨ªa que Hillary Clinton iba a ganar, cuando despert¨¦, fue incre¨ªble¡±, recuerda. La sombra de la dem¨®crata sigue planeando por los m¨ªtines cuatro a?os despu¨¦s. Antes del discurso de Trump, cuando una de las ponentes previa la mencion¨®, el estadio core¨® al un¨ªsono: ¡°?A la c¨¢rcel! ?A la c¨¢rcel!¡±. Por la noche, al acabar, los manifestantes contra Trump segu¨ªan en la calle.
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