El rey belga condena por primera vez los abusos de la colonizaci¨®n del Congo
Felipe de B¨¦lgica, en un gesto ins¨®lito, lamenta "los actos de violencia y crueldad" cometidos durante el periodo colonial
Las r¨¦plicas del movimiento Black Lives Matter se siguen reproduciendo en B¨¦lgica. Tras la protesta callejera y los ataques contra los s¨ªmbolos de la brutal colonizaci¨®n del Congo, la m¨¢s alta instituci¨®n del Estado se ha internado este martes en la memoria m¨¢s controvertida de B¨¦lgica con un gesto in¨¦dito. En una carta al presidente congole?o F¨¦lix Tshisekedi, el rey Felipe ha asumido por primera vez parte de la deuda hist¨®rica contra¨ªda por su antepasado Leopoldo II, al que se responsabiliza de la muerte de unos 10 millones de congole?os durante su periodo como due?o absoluto del pa¨ªs africano (1885-1908).
¡°Se cometieron actos de violencia y crueldad que pesan todav¨ªa en nuestra memoria colectiva¡±, dice la misiva. ¡°Quisiera expresar mi m¨¢s profundo pesar por estas heridas del pasado, cuyo dolor se reaviva hoy por la discriminaci¨®n a¨²n demasiado presente en nuestras sociedades¡±, contin¨²a. En el texto no aparece la palabra ¡°perd¨®n¡±, una vieja reclamaci¨®n de algunas organizaciones sociales, pero el mensaje de Palacio sigue la senda de reparaciones en la que se ha adentrado el pa¨ªs en los ¨²ltimos tiempos. En el verano de 2018 se bautiz¨® una plaza de Bruselas con el nombre del h¨¦roe de la independencia congole?a, Patrice Lumumba, y a finales de aquel a?o se reabri¨® el museo de ?frica tras una larga reforma para dotarlo de una mirada cr¨ªtica hacia el pasado.
La fecha elegida por el rey Felipe para entonar el mea culpa no es casual. Este martes se cumplen 60 a?os de la independencia del Congo, un aniversario redondo con motivo del cual el monarca belga hab¨ªa sido invitado a acudir a los actos de conmemoraci¨®n en el pa¨ªs africano, pero el viaje fue finalmente suspendido debido a la pandemia.
La clase pol¨ªtica belga ha respaldado el movimiento del jefe del Estado. Este mismo martes, la primera ministra, la liberal franc¨®fona Sophie Wilm¨¨s, ha participado en el acto de colocaci¨®n de una placa conmemorativa de la independencia congole?a en Ixelles, cerca del barrio de Matong¨¦, donde vive buena parte de la comunidad africana asentada en la capital belga. Durante el evento, Wilm¨¨s ha insistido en la necesidad de que el pa¨ªs abandone su silencio sobre los cr¨ªmenes cometidos en el periodo colonial. ¡°Ha llegado la hora de que B¨¦lgica mire de frente a su pasado¡±, se?al¨®.
El debate sobre la retirada de las m¨²ltiples estatuas y referencias que recuerdan a Leopoldo II est¨¢ todav¨ªa caliente, hasta el punto de que dentro de la propia familia real no existe unanimidad. La princesa Esmeralda, t¨ªa de Felipe, pidi¨® a su sobrino que se disculpe con el pueblo congole?o por las atrocidades. Mientras que el pr¨ªncipe Lorenzo, hermano del monarca, defendi¨® a su antepasado por su papel como constructor de la B¨¦lgica moderna y culp¨® de los desmanes a los subalternos bajo el argumento de que Leopoldo II nunca viaj¨® al Congo.
En medio de ese ruido, el rey ha terminado por asumir que, una vez abierta la discusi¨®n sobre la responsabilidad de los abusos coloniales, permanecer al margen solo contribuir¨ªa a da?ar la reputaci¨®n de la monarqu¨ªa y, seguramente, solo retrasar¨ªa lo inevitable, con la presi¨®n social aumentando hasta convertirse en una olla a presi¨®n.
Ajena al choque acalorado entre partidarios y detractores, una comisi¨®n parlamentaria con expertos belgas y africanos abordar¨¢ con calma en los pr¨®ximos meses el pasado colonial en el Congo, Ruanda y Burundi. Para el s¨¦ptimo rey de los belgas se trata del foro perfecto para cerrar por fin las heridas. ¡°Animo la reflexi¨®n iniciada en nuestro Parlamento con el fin de pacificar definitivamente nuestra memoria¡±, ha se?alado el monarca.
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