El Supremo de Brasil cuestiona al exjuez Moro y lastra la reputaci¨®n del ¡®caso Lava Jato¡¯

El caso Lava Jato, una de las mayores investigaciones anticorrupci¨®n en la historia de Brasil, est¨¢ experimentando un annus horribilis. La mira est¨¢ puesta en el exjuez y exministro Sergio Moro, un personaje que encarn¨® la cruzada anticorrupci¨®n que desde 2014 sacudi¨® al gigante latinoamericano y otros pa¨ªses de la regi¨®n. Hoy, la investigaci¨®n personifica el deterioro de la Justicia y de los ritos democr¨¢ticos en Brasil. En uno de los movimientos judiciales m¨¢s recientes contra el proceso, el martes, el Segundo Panel de la Corte Suprema tom¨® una decisi¨®n a favor del expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva, dos veces condenado por Moro a pena de prisi¨®n por corrupci¨®n y lavado de dinero.

Los ministros de la Corte entendieron que el informe del exministro de Lula Antonio Palocci, publicado por Moro en la semana anterior a las presidenciales de 2018, no pod¨ªa incluirse en las demandas contra Lula. Palocci es exministro de los Gobiernos de Lula y Dilma, y se volvi¨® testigo arrepentido en el caso Lava Jato, acusando al Gobierno en que estuvo de haber participado de acuerdos por sobornos. Su delaci¨®n hab¨ªa sido rechazada inicialmente por la Fiscal¨ªa, pero la polic¨ªa federal la hizo p¨²blica poco antes de las elecciones, con el apoyo de Moro.

La decisi¨®n de este martes puede al menos anular una de las demandas que enfrenta el expresidente en los juzgados de Curitiba. En palabras del ministro del Supremo Gilmar Mendes, la difusi¨®n p¨²blica del informe de Palocci parec¨ªa haber sido ¡°cuidadosamente planificada por el magistrado [Moro] para generar un verdadero hecho pol¨ªtico en la semana anterior a la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2018¡±. ¡°La Corte Suprema reconoci¨® algunas de nuestras quejas. Una es que esta fue una condena pol¨ªtica. Otro, que no ten¨ªamos acceso a todo lo que necesit¨¢bamos para defendernos ¡°, dice el abogado de Lula, Cristiano Zanin.

A fines de 2018, la defensa de Lula apel¨® ante la Corte Suprema el fallo de Moro en el caso de presuntos sobornos que involucraban al expresidente en el caso de la constructora Odebrecht. Entre los argumentos de la defensa se encuentran la parcialidad de Moro, fortalecida luego del nombramiento del exjuez como ministro de Justicia de Bolsonaro. La acci¨®n se reforz¨® con las revelaciones del sitio The Intercept Brasil, que puso en evidencia las estrechas comunicaciones entre Moro y los fiscales encargados de acusar a Lula.

El juego ha cambiado, los enemigos de Lava Jato celebran, aunque el destino de la operaci¨®n, y las decisiones de Moro, est¨¢n lejos de definirse. El fallo del martes se convirti¨® en un anticipo de un juicio programado para las pr¨®ximas semanas en el cual el presunto sesgo de Moro tambi¨¦n ser¨¢ analizado. El exjuez fue ministro de justicia de Bolsonaro durante un a?o y cuatro meses. Los cinco jueces de la Corte decidir¨¢n si Moro ten¨ªa intereses particulares en la condena de Lula. Dos de ellos ya han emitido su voto en contra de la defensa del expresidente: Edson Fachin y C¨¢rmen L¨²cia. Otros dos, Gilmar Mendes y Ricardo Lewandowski, se?alaron que aceptar¨¢n la tesis. El voto definitorio quedar¨¢ en manos de Celso de Mello, decano de la Corte.

El golpe de la Corte Suprema esta semana sobre lo que parec¨ªa intocable - Moro y el Lava Jato ¨C sigue a una secuencia que tambi¨¦n incluye el alejamiento de Bolsonaro de la llamada ¡°fiebre lavajatista¡±. Bolsonaro gan¨® las elecciones como un f¨¦rreo defensor de la operaci¨®n anticorrupci¨®n de m¨¢s larga duraci¨®n en Brasil, donde terminaron en los tribunales docenas de empresarios, cambistas y pol¨ªticos. Moro comparti¨® con Bolsonaro su trofeo en el caso Lava Jato, el arresto de Lula, y fortaleci¨® la base electoral del presidente.

Sin embargo, las m¨¢scaras cayeron en abril cuando Moro renunci¨® como ministro y se enfrent¨® a Bolsonaro. La pelea comenz¨® antes de aquella renuncia, con Bolsonaro limitando los poderes de Moro dentro del ministerio, debilitando los mecanismos para combatir la corrupci¨®n, tratando de interferir con la Polic¨ªa Federal y acusando a su antiguo subordinado de actuar en beneficio propio. Moro renunci¨®, se hizo pasar por una v¨ªctima y atac¨® a su jefe, lo que result¨® en una investigaci¨®n en el Supremo Tribunal Federal contra ambos.

Hasta 2018, cuando acept¨® ser ministro, Moro fue la cara principal de la operaci¨®n y era idolatrado en las calles. Ahora, los bolsonaristas lo consideran un traidor e intentan limitar sus aspiraciones pol¨ªticas.

Mientras tanto, en el Congreso, hay una intensa discusi¨®n, con el apoyo del Gobierno, para aprobar un proyecto de ley que imponga a jueces y fiscales a una cuarentena de ocho a?os para postularse para un cargo electivo. La idea es eliminar a Moro, que puede ser candidato presidencial. ¡°Es lamentable que en medio de una pandemia nuestra preocupaci¨®n sea esta cuarentena, y no la sanitaria¡±, dijo el polit¨®logo Leandro Consentino, profesor de Insper. " No podemos empoderar excesivamente a los fiscales, deificar a los jueces. Esto es perverso para el sistema de justicia ¡°, dice el abogado Marco Aurelio de Carvalho, un firme defensor de la cuarentena a Moro. El partidario de la Lava Jato, fiscal y presidente del Instituto N?o Aceito Corrup??o, Roberto Livianu, opina que ¡°la cuarentena es una salvaguardia de profunda relevancia, pero no esta, porque es selectiva ¡°, dice Livianu.