T¨²nez iguala a Libia como principal punto de salida de migrantes hacia Italia
Desde enero, m¨¢s de 5.000 personas han llegado a las costas italianas desde el pa¨ªs magreb¨ª
T¨²nez ha experimentado en los ¨²ltimos meses un repentino aumento de las salidas de embarcaciones con migrantes desde sus playas en direcci¨®n a Italia. El pa¨ªs magreb¨ª se sit¨²a ya a la par de su vecino Libia como epicentro de la ruta migratoria del Mediterr¨¢neo central. Seg¨²n datos del Gobierno italiano, de las 11.919 personas llegadas a sus costas desde principios de este a?o, un total de 5.237 proven¨ªan de T¨²nez -el resto, la gran mayor¨ªa de Libia-. De ellas, unas 4.000 eran nacionales tunecinos, lo que les convierte en el grupo m¨¢s numeroso con diferencia. El Gobierno italiano ha reaccionado con celeridad y contundencia ante estas cifras, utilizando los recursos a su alcance para apretar las clavijas a las autoridades tunecinas. Roma considera T¨²nez un ¡°pa¨ªs seguro¡±, por lo que sus nacionales no tienen derecho a asilo, y apuesta por realizar deportaciones aceleradas.
El ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio, anunci¨® la semana pasada que Roma recortar¨¢ 6,5 millones de euros de los fondos de ayuda a T¨²nez hasta que este pa¨ªs no muestre ¡°un compromiso real¡± en la prevenci¨®n de los flujos migratorios irregulares. Las alarmas sonaron en Italia despu¨¦s de que entre el 20 y el 26 de julio llegaran a sus costas m¨¢s de 2.000 personas, es decir, casi un 20% del total desde enero. Di Maio consigui¨® sumar el apoyo de la UE a su empe?o. El comisario Europeo de la Vecindad y la Ampliaci¨®n, Oliver Varhelyi, escribi¨® tras una conversaci¨®n con el ministro italiano un tuit en el que afirmaba que ¡°los flujos ilegales deben parar¡±, e instaba a T¨²nez a cooperar.
Las presiones de Roma tuvieron un efecto inmediato. El pasado domingo, el presidente tunecino, Kais Said, visit¨® la regi¨®n de Sfax, desde donde salen cerca del 40% de las barcazas, y se reuni¨® con los responsables de la guardia costera. ¡°El Estado tunecino no tolera los traficantes de seres humanos, ni los organizadores de traves¨ªas mar¨ªtimas ilegales. Perpetran cr¨ªmenes que el Estado no puede tolerar¡±, declar¨® Said, en un mensaje de firmeza destinado a apaciguar a Italia.
¡°Si comparamos con las cifras de 2015 o 2017, el aumento no es enorme. M¨¢s que las cifras, las motivaciones de Italia son de tipo pol¨ªtico¡±, sugiere Romdhane Ben Amor, investigador especializado en migraci¨®n de la fundaci¨®n FTDES (Foro Tunecino para los Derechos Econ¨®micos y Sociales, en sus siglas en franc¨¦s). Por ejemplo, en 2017, las llegadas a Italia se cifraron en 117.000 personas. Posteriormente, cuando era ministro del Interior, Matteo Salvini impuls¨® el cierre de los puertos italianos. Actualmente, con el l¨ªder de la Liga en la oposici¨®n y en horas bajas, el Ejecutivo intenta evitar que la migraci¨®n irregular vuelva a ser una baza pol¨ªtica para Salvini.
La multiplicaci¨®n de las partidas desde T¨²nez se debe, para empezar, a la situaci¨®n econ¨®mica. ¡°La crisis derivada de la epidemia ha provocado la p¨¦rdida de miles de empleos. Por eso, ha cambiado tambi¨¦n el perfil del migrante. Ahora no son solo j¨®venes sin educaci¨®n, sino graduados universitarios e incluso familias enteras¡±, afirma Ben Amor. A falta de cifras consolidadas, se estima que el PIB del pa¨ªs se ha contra¨ªdo severamente en el primer semestre del a?o, con ca¨ªdas de la actividad del 17% en el sector textil, y de hasta un 30% en el turismo, un puntal de la econom¨ªa del pa¨ªs magreb¨ª. Los efectos de la pandemia azotan a un pa¨ªs que no ha conseguido el relanzamiento de su tejido productivo desde la llamada primavera ¨¢rabe de 2011 a causa de la inestabilidad econ¨®mica.
Un segundo factor que explica el aumento de salidas es el incremento de migrantes subsaharianos que deciden cruzar el Mediterr¨¢neo desde las costas tunecinas. ¡°La crisis econ¨®mica ha hecho que muchos migrantes hayan perdido su trabajo, o no vean perspectivas de futuro aqu¨ª. La mayor¨ªa son personas que llevaban tiempo viviendo en T¨²nez y se quer¨ªan integrar¡±, explica un l¨ªder social de la comunidad subsahariana que prefiere guardar el anonimato.
¡°A causa del confinamiento, se ha puesto en marcha un nuevo sistema. No era posible llegar en transporte p¨²blico a Sfax, por lo que las mafias llevan en coches alquilados a los migrantes, y los instalan durante unos d¨ªas en pisos de la ciudad¡±, a?ade. Sfax es la capital pesquera del pa¨ªs, y puerto de salida de migrantes que ahora pagan como m¨ªnimo entre 3.000 y 3.500 dinares (entre 850 y 1.100 euros). Normalmente, las mafias suelen formar a un migrante tunecino en el arte de la navegaci¨®n unas semanas antes de zarpar, por lo que no es f¨¢cil para las autoridades tunecinas e italianas arrestar a los responsables.
Mientras en T¨²nez se disparan las partidas, en Libia se ha producido m¨¢s bien la tendencia contraria debido al reforzamiento de las capacidades de control de los guardacostas a trav¨¦s de programas de cooperaci¨®n de la Uni¨®n Europea. De acuerdo con cifras de Acnur, la agencia de refugiados de la ONU, desde enero y hasta el pasado 29 de julio un total de 6.265 migrantes o refugiados fueron interceptados en el mar por las autoridades libias, y devueltos al pa¨ªs ¨¢rabe. Tanto esta instituci¨®n como las ONG humanitarias no se han cansado de denunciar que Libia no puede ser considerado un lugar seguro para los migrantes, pues all¨ª padecen todo tipo de violaciones de los derechos humanos.
De hecho, el pasado 29 de julio, guardacostas libios tirotearon y mataron a tres migrantes sudaneses que formaban parte de un grupo de 70 personas interceptadas en una embarcaci¨®n, seg¨²n recogieron varias agencias de informaci¨®n. Tras ser conducidos a la ciudad de Khoms, situada a 120 kil¨®metros de la capital, para ser internados en un centro de detenci¨®n, varios intentaron huir, y los agentes abrieron fuego. Estas v¨ªctimas se suman a los 232 migrantes muertos o desaparecidos en la ruta del Mediterr¨¢neo central desde el inicio del 2020, y a los m¨¢s de 20.000 que se estiman fallecidos en los ¨²ltimos seis a?os.
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