La dimisi¨®n de Hogan amenaza la estabilidad en la Comisi¨®n Europea
Por primera vez, un comisario abandona el cargo por la presi¨®n de su propio pa¨ªs para cambiarlo
La dimisi¨®n del comisario europeo de Comercio, el irland¨¦s Phil Hogan, sienta un peligroso precedente para la estabilidad de la Comisi¨®n Europea, presidida desde hace solo nueve meses por Ursula von der Leyen. Por primera vez en su historia, el organismo comunitario pierde a uno de sus miembros como consecuencia de la enorme presi¨®n ejercida por el Gobierno de su propio pa¨ªs que, en este caso, acusaba a Hogan de haberse saltado las normas de aislamiento impuestas para frenar la covid-19.
La ca¨ªda del irland¨¦s acaba con el blindaje pol¨ªtico que disfrutaban los comisarios europeos, pr¨¢cticamente inmunes a cualquier campa?a de presi¨®n en contra de su continuidad en el cargo. A partir de ahora, los 27 miembros de la Comisi¨®n est¨¢n expuestos a que un esc¨¢ndalo pol¨ªtico a nivel nacional, por menor que sea, les cueste el puesto en Bruselas. El riesgo puede ser especialmente grave en momentos de crisis como el actual, con la mayor¨ªa de los pa¨ªses azotados por la mort¨ªfera pandemia y por sus devastadoras consecuencias econ¨®micas.
La presidenta de la Comisi¨®n, que no ha movido un dedo para salvar a Hogan sino m¨¢s bien al contrario, ha advertido este jueves al resto de comisarios que ¡°en las actuales circunstancias, con Europa luchando por reducir la propagaci¨®n del coronavirus y los europeos sacrific¨¢ndose y aceptando dolorosas restricciones, espero que los miembros del Colegio sean particularmente vigilantes en el cumplimiento de las normas aplicables a nivel nacional o regional¡±.
Pero m¨¢s all¨¢ del caso concreto de la pandemia, la ca¨ªda de Hogan ha colocado un interrogante sobre la duraci¨®n de unos mandatos que se consideraban inexpugnables salvo caso flagrante de corrupci¨®n o petici¨®n expresa de dimisi¨®n por parte de la presidencia de la Comisi¨®n. En el caso del irland¨¦s no se ha producido ninguna de las dos circunstancias. Y su defenestraci¨®n, tras saltarse las normas irlandesas y embarullarse en explicaciones y disculpas, coloca el list¨®n de exigencia y de riesgo pol¨ªtico a un nivel desconocido en Bruselas hasta ahora. La Comisi¨®n de Von der Leyen se expone a ser la m¨¢s escrutada y baqueteada de la historia.
Los anteriores esc¨¢ndalos datan de 1999 y 2012, pero entonces fueron producto de la propia din¨¢mica comunitaria y no desencadenados por la presi¨®n de un determinado gobierno. Hace 21 a?os, la Comisi¨®n entera (presidida entonces por Jacques Santer) dimiti¨® tras las acusaciones de fraude y corruptelas contra varios de sus miembros, en particular, la comisaria francesa Edith Cresson. En 2012, en plena crisis del euro, el presidente de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Barroso, forz¨® la salida del comisario malt¨¦s, John Dalli, acusado de corrupci¨®n por la Oficina europea de Lucha contra el fraude (OLAF).
Salvo esos dos casos, los comisarios han capeado durante d¨¦cadas sin apenas dificultades los esc¨¢ndalos en los que se hayan podido ver involucrados en sus pa¨ªses de origen o en la escena comunitaria. Comisarios como el alem¨¢n G¨¹nter Oettinger pasaron diez a?os en Bruselas (2010-2019) esquivando peticiones de dimisi¨®n por comentarios inapropiados o posibles conflictos de inter¨¦s (como ser transportado en el jet privado de un lobista del Kremlin). La rumana Corina Cretu tambi¨¦n sali¨® indemne en 2016 de un documentado reportaje de Politico en el que se le acusaba, entre otras cosas, de ordenar a algunos de sus funcionarios que le hicieran la compra o a su conductor oficial que pasease a su sobrina, y de aprovechar los viajes oficiales para quedarse de vacaciones.
En el caso de Hogan, la presunta violaci¨®n de las normas de aislamiento tambi¨¦n parec¨ªa destinada a quedarse en una peque?a marejada. En el Parlamento Europeo, el Grupo Popular Europeo, al que pertenece Hogan, ha guardado silencio. Y los socialistas no han hecho sangre.
¡°La Comisi¨®n necesita estabilidad porque estamos en un momento muy delicado no solo por la gesti¨®n de la crisis post-covid sino tambi¨¦n por el Brexit, cuyo cap¨ªtulo comercial es fundamental¡±, se?ala la l¨ªder de los socialistas en el Parlamento Europeo, Iratxe Garc¨ªa.
Solo los liberales parecen algo m¨¢s satisfechos con el desenlace porque la salida de Hogan podr¨ªa darles una cartera m¨¢s en la Comisi¨®n, dado que el primer ministro irland¨¦s es de esa formaci¨®n.
Un Ejecutivo expuesto a la batalla pol¨ªtica
Pero la pasividad de Bruselas se ha topado con la beligerancia del Gobierno irland¨¦s (una coalici¨®n de liberales, conservadores y verdes que lleg¨® al poder en junio), que reclam¨® desde el primer momento la dimisi¨®n y no ha cejado hasta conseguirlo, esgrimiendo que en Dubl¨ªn hab¨ªa habido dimisiones por el mismo motivo.
El caso confirma que los miembros de la Comisi¨®n estar¨¢n cada vez m¨¢s expuestos a la batalla pol¨ªtica. Y que el fuego cruzado entre Bruselas y las capitales puede cobrarse piezas en ambos lados. En los ¨²ltimos a?os, el Parlamento Europeo hab¨ªa endurecido el control de las personas elegidas por los Gobiernos para ser comisarios. Y ha tumbado a varios aspirantes, incluida la francesa Sylvie Goulard el a?o pasado, por considerar que su designaci¨®n (tras haber dimitido como ministra en Francia por un esc¨¢ndalo) equivaldr¨ªa a fijar un nivel de exigencia m¨¢s bajo en Bruselas.
Dubl¨ªn ha devuelto el golpe al exigir, y lograr, que una autoridad comunitaria se someta al nivel de exigencia aplicado a los ministros en la escena nacional. Un precedente que otras capitales se sentir¨¢n tentadas a invocar, sobre todo, cada vez que haya un cambio en el color del Gobierno que nombr¨® al comisario o que el titular de una cartera resulte demasiado inc¨®modo para su propio pa¨ªs.
Fuentes comunitarias indican que Von der Leyen, por si acaso, se ha guardado una baza para evitar que el acoso y derribo se convierta en pr¨¢ctica habitual. La presidenta de la Comisi¨®n podr¨ªa quitar a Irlanda la preciada cartera de Comercio que ostentaba Hogan si no considera al relevo de suficiente calidad o si quiere enviar a Dubl¨ªn y otras capitales un aviso para futuros intentos de sacudirle el equipo. Aun as¨ª, a partir de ahora, cualquier esc¨¢ndalo local, por peque?o que sea, puede convertirse en un torbellino incontrolable para Von der Leyen y sus comisarios.
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