¡°Es hora de que las fuerzas legales de Brasil reaccionen, no se puede esperar hasta las elecciones de 2022¡±
Fernando Limongi, doctor en Ciencia Pol¨ªtica por la Universidad de Chicago, analiza el mandato de Jair Bolsonaro
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Fernando Limongi (S?o Paulo, 1958) investiga los fallos en la democracia brasile?a que propiciaron la llegada al poder de un Gobierno que contribuye reiteradamente a erosionar los principios legales y sociales en Brasil. Es en esos fallos que Limongi ve la quiebra de formalidades legales que afectaron, por ejemplo, al gobernador de R¨ªo de Janeiro, Wilson Witzel, apartado de su cargo despu¨¦s de una resoluci¨®n del Tribunal Superior de Justicia. Sin embargo, la responsabilidad no es solo del presidente Jair Bolsonaro. Las peleas entre los partidos y tambi¨¦n el personalismo de la Corte Suprema sent¨® precedentes para que otras cortes tomen decisiones individuales. La fractura en R¨ªo es apenas una a m¨¢s en un pa¨ªs que necesita reaccionar con urgencia, antes de la disputa presidencial de 2022. ¡°Es hora de que la fuerza de la raz¨®n demuestre que est¨¢ al lado de la ley¡±, dice Limongi, doctor en Ciencia Pol¨ªtica por la Universidad de Chicago y estudioso de las relaciones de poder en Brasil.
Pregunta. Hace dos a?os, usted hizo una serie de previsiones sobre el Brasil de Bolsonaro que se han confirmado. Ahora, ?c¨®mo nos encontramos?
Respuesta. Nada bien, pero vamos a empezar explicando las elecciones de 2018. Bolsonaro era visto como alguien que azuz¨® el sentimiento antipol¨ªtico en las elecciones de 2018. No las gan¨® por su programa, sino porque los dem¨¢s programas fallaron, en especial el del PSDB [Partido de la Social Democracia Brasile?a], que era la oposici¨®n al Partido de los Trabajadores (PT). El PSDB decidi¨® anticipar la alternancia de poder. Estaba claro que en 2018 se producir¨ªa ese cambio. El PSDB provoc¨® el impeachment, se ali¨® con [el expresidente Michel] Temer y con [el expresidente de la C¨¢mara de Diputados Eduardo] Cunha, y despu¨¦s busc¨® salvar ese proyecto. Los pol¨ªticos se pusieron a caldo entre ellos mismos. El Gobierno le sobr¨® a Bolsonaro, nunca tuvo una agenda positiva como para llegar al poder. Cont¨® con ciertos apoyos, especialmente de una parte del mercado que se identific¨® con [el ministro de Econom¨ªa, Paulo] Guedes y que ha cre¨ªdo que ser¨ªa un Gobierno responsable.
P. Paulo Guedes se tambalea en el cargo en un momento en el que el Gobierno quiere gastar m¨¢s con el programa de transferencia de ingresos. ?Qu¨¦ efectos tiene?
R. Eso es una cuesti¨®n menor. Este Gobierno es ante todo irresponsable pol¨ªticamente, incluido Paulo Guedes. La idea de que ¨¦l es diferente de Bolsonaro es para los que creen en duendes. Lo ¨²nico que ha demostrado Guedes es ser incapaz de sacar adelante cualquier plan. Todos sus proyectos son ¡°para la semana que viene¡±.
P. ?Qu¨¦ significa la salida de Witzel, en un momento en el que la Fiscal¨ªa est¨¢ realizando nuevas delaciones [acuerdos con condenados para confesar e incriminar a terceros a cambio de ventajas judiciales]?
R. Es posible minar las instituciones democr¨¢ticas, poco a poco, a cuentagotas sin que ning¨²n paso hacia esta erosi¨®n sea lo suficientemente grande como para motivar una reacci¨®n, para saber cu¨¢ndo se cruz¨® la l¨ªnea roja. Son peque?os pasos, pero, cuando se acumulan, cruzan la frontera. Esto dificulta la reacci¨®n, cuando la oposici¨®n y las fuerzas legales han de decir basta. Estamos en ese momento. La operaci¨®n contra Witzel claramente ha superado todos los l¨ªmites del Estado de Derecho. No es posible que un magistrado del Tribunal Superior de Justicia, mediante una medida cautelar y unipersonal, eche a un gobernador. Eso no est¨¢ recogido en ning¨²n punto de la Constituci¨®n. Es un paso anunciado en la reuni¨®n ministerial del 22 de abril cuando el presidente dijo que iba a intervenir en R¨ªo. El senador Fl¨¢vio Bolsonaro public¨® un v¨ªdeo diciendo: ¡°Witzel, prep¨¢rate¡±.
P. ?Y ahora?
R. Se ha cruzado la l¨ªnea y es hora de que la fuerza de la raz¨®n demuestre que est¨¢ en el lado de la ley. La reacci¨®n de la prensa a la operaci¨®n de Witzel repite un guion conocido: para luchar contra la corrupci¨®n no hace falta seguir las leyes a rajatabla, se pueden vulnerar. Ya nos sabemos esa historia. En la operaci¨®n contra Witzel todo el mundo dice: es un delincuente, vale todo contra ¨¦l. Pero esa es la complejidad y la belleza y la fuerza del Estado de Derecho. Las leyes siempre tienen que ser respetadas. La formalidad parece vac¨ªa, pero es necesaria contra la arbitrariedad. Tenemos un n¨²cleo de poder claramente decidido a cruzar la legalidad. Es hora de que alguien diga basta ¡ªquien tenga la capacidad para decirlo, obviamente¡ª. De nada sirve que lo diga yo, o t¨², o que cualquiera salga a la calle y lo diga. Esa idea de que la calle es quien tiene que manifestarse es una tonter¨ªa. Los que tienen que manifestarse son los que tienen autoridad para ello. La calle no la tiene. Se le est¨¢ faltando al respeto a la calle y a los ciudadanos. En todo ese avance del Poder Judicial sobre la pol¨ªtica se ha minimizado, despreciado el voto. A pesar de todo lo que se pueda decir de Witzel, la gente lo vot¨®.
P. Algunos miembros del Supremo est¨¢n defendiendo vehementemente la democracia. ?Hay un reposicionamiento del Supremo?
R. Es imposible hablar del Supremo si le ponemos nombres y apellidos. El Supremo es una instituci¨®n. Y, como tal, colegiada. O el Supremo entiende y act¨²a colectivamente como un guardi¨¢n de la democracia, o esto se va al garete. Estamos en este punto. Nadie le pide al Supremo que invente cosas nuevas. Se le pide que cumpla su papel. Tiene unos procesos pendientes; por ejemplo, el que investiga la reuni¨®n del 22 de abril [en que Bolsonaro anunciaba que iba a interferir en la Policia Federal de Rio de Janeiro]¡ ?Se vulner¨® la ley? ?Se puede demostrar? Que se ejecute. Que se aplique la Constituci¨®n. Es b¨¢sico. Hay unas cuantas acusaciones que comprometen al presidente, el proceso de las fake news, la investigaci¨®n de la rachadinha [sobre Fl¨¢vio Bolsonaro, por la contrataci¨®n de funcionarios fantasmas a cambio de que estos les devuelvan parte de sus sueldos], los cheques depositados en la cuenta de la primera dama... Al mismo tiempo, hay una carrera en el interior del Tribunal Superior de Justicia y de ciertas partes de la burocracia para precisamente ocupar el Supremo. Lo que est¨¢ en juego son dos sucesiones [ministros que se jubilan durante el Gobierno Bolsonaro] en el Supremo, y eventualmente otras que llegar¨¢n ¡ªnunca se sabe ¡ª, que permitir¨¢n conformar una mayor¨ªa. Hay que pensarlo a la larga, evitar males mayores. Lo que est¨¢ pasando en Estados Unidos, donde la democracia est¨¢ en riesgo cuando Trump dice ¡°no voy a aceptar una derrota¡±, es una se?al de lo que puede pasar aqu¨ª.
P. Hay un mimetismo con EE UU en estos momentos, salvando las distancias.
R. Hay un presidente norteamericano golpista que muy probablemente ¡ª est¨¢ anunci¨¢ndolo¡ª no aceptar¨¢ los resultados de las elecciones. Y Estados Unidos es un pa¨ªs propicio para ello porque no tiene una legislaci¨®n electoral uniforme; est¨¢ regulada por 50 legislaciones diferentes, las de cada Estado. La oportunidad de que Trump anule el resultado de las elecciones es enorme. Nuestro presidente tambi¨¦n ya anunci¨® que las urnas electr¨®nicas est¨¢n adulteradas, y que incluso en su victoria hubo manipulaci¨®n. Dice que habr¨ªa ganado por m¨¢s votos, y que lo comprobar¨ªa. Como todo lo que dice, nadie se lo toma en serio y sus declaraciones cayeron en el olvido. Pero hay una cosa que hay que tomarse en serio: no va a soltar el hueso porque, si lo hace, sabe que se enfrentar¨¢ a problemas m¨¢s serios, temas que tendr¨¢ que explicar... Pero [saber] c¨®mo Trump va a afrontar esa cuesti¨®n, c¨®mo va a reaccionar la sociedad norteamericana, es crucial para nosotros y para nuestra democracia. Pero tambi¨¦n es una se?al para los dem¨®cratas brasile?os, de que ahora es el momento de actuar. Y no esperar a 2022.
P. ?Un frente amplio de oposici¨®n ser¨ªa importante en estos momentos?
R. ?De qu¨¦ servir¨ªa? Creo que no significar¨ªa mucho si Lula, Fernando Henrique, Ciro elaboraran un documento. Lo que hace falta son acciones concretas. Y, para hacerlo, no hace falta formar un frente amplio. Lo que hace falta es actuar como uno. Pero el problema es que nadie est¨¢ haciendo nada. Ning¨²n partido. Todos fueron devorados por la crisis del segundo Gobierno de Dilma-Temer. All¨ª murieron todos. El PT muri¨®, el PSDB, y solo sobr¨® el centr?o [grupo de partidos con presencia parlamentaria, pero sin programa ni ideolog¨ªa], ese pantano, esa fuerza que permanece ah¨ª adecu¨¢ndose a la realidad peque?a.
P. Cerca del 35%, con todo ¡ªm¨¢s de 120.000 muertes, la rachadinha, arrebatos autoritarios¡ª, apoyan y respaldan su candidatura
R. Creo que es una cuesti¨®n de costumbres, que lo que une y motiva a ese 25-30% que apoya a Bolsonaro son cuestiones del ¨¢mbito moral y de las costumbres. Tiene que ver con la reproducci¨®n, el sexo antes del matrimonio, el aborto, con todas las transformaciones inexorables. Pero estas transformaciones sociales est¨¢n en curso o ya ha est¨¢n consolidadas. El matrimonio entre personas del mismo sexo es una realidad. Son pataletas de perdedores. En realidad, todos esos defensores de los valores de la familia no los practican. ?Cu¨¢ntas veces se ha casado Bolsonaro? ?Y Trump, el defensor de la familia? ?La diputada [brasile?a, Flordelis dos Santos] que ten¨ªa una familia enorme y que ordena matar a su marido? Es dif¨ªcil vivir en esta sociedad en transformaci¨®n. Las personas est¨¢n inseguras. La responsabilidad es de las ¨¦lites pol¨ªticas y de que ellas apoyen o no a pol¨ªticos como [el expresidente] J?nio y Bolsonaro, de la gente que compra esa clase de proyecto y cree que va a ser consejero del pr¨ªncipe, ?verdad? La sociedad es injusta, funciona mal, da malas respuestas. En el caso de los pa¨ªses desarrollados es evidente que, tras la crisis de 2008, la reacci¨®n que hubo para mantener la econom¨ªa ha beneficiado a las altas esferas de la jerarqu¨ªa social. El populismo tiene un sustrato real que es este fracaso de la social-democracia, su incapacidad de promover un proyecto de futuro y de redistribuci¨®n de renta. Lo m¨¢s dram¨¢tico en Brasil es que, justo en un momento en el que estaba ocurriendo aqu¨ª, hemos tenido esa inversi¨®n. Y, realmente, el gran problema de Bolsonaro y su Gobierno es que va a destruir absolutamente todo lo que se construy¨® desde 1989.
P. Bolsonaro est¨¢ metido de lleno en el programa Renta Brasil, enfoc¨¢ndose especialmente en las regiones norte y noreste. ?Se va a convertir ahora en el padre de los pobres?
R. No puede ganar en todo. Cuando el PT cre¨® el [programa de transferencia de renta] Bolsa Familia y se volc¨® con los m¨¢s pobres, cuando se dio la ¡°realineaci¨®n¡± electoral, el PT, que hab¨ªa tenido el apoyo de la clase media-alta en 2002, se dirige a los m¨¢s pobres y dice ¡°este es mi electorado¡±, pierde la clase media-alta. En 2006 obtiene m¨¢s votos de los m¨¢s pobres, pero los pierde de los m¨¢s ricos. Tanto es as¨ª, que el PT tuvo el mismo resultado en 2002 y 2006. Simplemente hizo un cambio, escogi¨® su electorado-objetivo. Eso es una opci¨®n pol¨ªtica: ¡°este es mi electorado¡±. Si Bolsonaro quiere volcarse con los m¨¢s pobres, va a tener una contrapartida.
P. ?Puede ganar de nuevo las elecciones en 2022, neutralizar todas las crisis que tiene en la actualidad?
R. Eso depender¨¢ de la pol¨ªtica econ¨®mica y social y de las persecuciones que haga. Lo que ha hecho con Witzel. El siguiente debe ser [el gobernador de S?o Paulo, Jo?o] Doria. Veremos hasta d¨®nde va, con la Polic¨ªa Federal y con la Fiscal¨ªa y con el STJ ¡ªy hacia d¨®nde va en esa eliminaci¨®n de sus adversarios¡ª. Otra cosa es si va a tener una pol¨ªtica consistente. Si solo quiere crear un d¨¦ficit e imprimir dinero o lo que quiera que sea para hacer el Renta Brasil, va a superar el techo de gasto. Veremos si el Gobierno puede imprimir dinero sin que haya inflaci¨®n. Pero cuando empiece la campa?a, los 89.000 reales [unos 16.750 d¨®lares, importe de los cheques de Queiroz depositados en la cuenta de la primera dama] los van a tener que explicar.
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