Lukashenko aumenta las detenciones ante la persistencia de las protestas en Bielorrusia
Decenas de miles de personas claman por cuarto domingo contra el l¨ªder bielorruso frente al despliegue de militares y blindados
Ni las amenazas, ni los militares desplegados por el centro de la ciudad o los blindados desalientan a los manifestantes por la democracia en Bielorrusia. Una marea de decenas de miles de personas han protestado este domingo en Minsk y otras ciudades del pa¨ªs para exigir a Aleksandr Lukashenko que abandone el poder y convoque nuevas elecciones. El l¨ªder autoritario ha respondido al 29? d¨ªa de protestas acordonando las principales calles de la capital, donde miles de antidisturbios y militares trataban de impedir la concentraci¨®n de la ciudadan¨ªa y han llegado a usar gas lacrim¨®geno sobre algunos grupos de ciudadanos. Las fuerzas de seguridad, que han vuelto a aplicarse con violencia contra los manifestantes pac¨ªficos, arrestaron a 633 personas en todo el pa¨ªs, seg¨²n un comunicado del Ministerio del Interior. Las organizaciones de derechos civiles informan de varios heridos.
La ciudadan¨ªa mantiene la presi¨®n sobre Lukashenko. Bajo el lema ¡®marcha por la unidad¡¯, unas 100.000 personas han salido a las calles en Minsk, seg¨²n las estimaciones de los medios independientes. Tambi¨¦n en Brest, Grodno, Gomel y otras ciudades del pa¨ªs. Por cuarto domingo consecutivo, han marchado con miles de banderas tradicionales bielorrusas blancas y rojas y pancartas, bajo una fuerte lluvia y la intensa presencia de polic¨ªas y uniformados encapuchados, respaldados por ca?ones de agua, barreras y escudos. ¡°?Vete!¡±, gritaban. ¡°?Verg¨¹enza!¡±, clamaban ante los uniformados.
El Ministerio del Interior ya hab¨ªa advertido que tomar¨ªa m¨¢s medidas para reprimir las protestas y evitar las ¡°acciones ilegales¡±. Y los antidisturbios han intensificado sus acciones para bloquear a los manifestantes. Las detenciones se han incrementado enormemente, aunque todav¨ªa no han vuelto a ser tan multitudinarias como al principio de las movilizaciones, tras las elecciones del 9 de agosto en las que Lukashenko reclam¨® su sexto mandato con un 80% de los votos con enormes evidencias de fraude; entonces hubo 7.000 arrestos en cuatro d¨ªas y cientos de denuncias de malos tratos e incluso torturas en los centros de detenci¨®n.
Las detenciones tambi¨¦n se han transformado en estrat¨¦gicas y ejemplarizantes. Esta semana, un grupo de enmascarados vestidos de negro arrest¨® a dos conocidos presentadores de la televisi¨®n bielorrusa, que hab¨ªan apoyado las protestas: Denis Dudinsky y Dmitri Kojno. El s¨¢bado por la noche, un canal estatal bielorruso mostr¨® mensajes en v¨ªdeo de los informadores. En las im¨¢genes reconocen su ¡°error¡± por participar en ¡°marchas ilegales¡±. ¡°Con mi ejemplo quiero advertir a todos aquellos que acudan a concentraciones¡±, dice Dudinsky. ¡°Habr¨¢ consecuencias y es posible que no sean tan leves como creen¡±, sigue. Ambos cumplen 10 d¨ªas de arresto en un centro de detenci¨®n bielorruso.
Un buen n¨²mero de periodistas han sido arrestados en los ¨²ltimos d¨ªas ¡ªtambi¨¦n este domingo, cuando los antidisturbios han detenido, entre otros, a un periodista mientras cubr¨ªa en directo para la radio las protestas¡ª; y algunos han sido privados de la acreditaci¨®n para trabajar en el pa¨ªs. Y esta semana, en el inicio del curso, decenas de estudiantes fueron detenidos dentro del edificio de la universidad, donde se hab¨ªa organizado un acto contra Lukashenko.
Desde que Rusia hizo m¨¢s visibles sus muestras de apoyo, Lukashenko se ha aferrado todav¨ªa m¨¢s al poder, que mantiene desde hace 26 a?os. A cambio de ese soporte del Kremlin, el l¨ªder autoritario parece m¨¢s que dispuesto a avanzar con el acuerdo de uni¨®n firmado con el pa¨ªs vecino hace 20 a?os en puntos a los que hasta ahora se hab¨ªa opuesto y que pueden derivar en una situaci¨®n de gran dependencia de Minsk hacia Mosc¨². Pocos analistas dudan de que terminar¨¢ por hacer concesiones y terminar¨¢ aceptando no solo acuerdos energ¨¦ticos mucho menos beneficiosos para Bielorrusia sino tambi¨¦n pactos fiscales o la extensi¨®n e incluso la ampliaci¨®n de los dos puntos militares ¡ªuna estaci¨®n de radares y un centro de comunicaci¨®n¡ª que Rusia tiene en suelo bielorruso. El mandatario insiste en que las movilizaciones por la democracia se azuzan desde el exterior y Minsk y Mosc¨² hablan de ¡°injerencia¡±.
Los pa¨ªses occidentales observan estos movimientos con cautela. Hace semanas, la Uni¨®n Europea parec¨ªa dispuesta a avanzar en sus sanciones contra Bielorrusia por fraude electoral y la represi¨®n violenta a los manifestantes pac¨ªficos, pero algunos temen que un paquete demasiado ¡®severo¡¯ arroje directamente a Lukashenko en brazos de Vlad¨ªmir Putin o incluso provoque alg¨²n tipo de intervenci¨®n militar rusa en el pa¨ªs ¡ªhace dos semanas el l¨ªder ruso afirm¨® que hab¨ªa creado una unidad policial a petici¨®n del l¨ªder autoritario lista para intervenir si se necesitaba¡ª.
Frente a esta postura de espera, los pa¨ªses B¨¢lticos y Polonia ¡ªque comparten frontera con Bielorrusia, donde Lukashenko ha desplegado al Ej¨¦rcito aludiendo una supuesta amenaza de la OTAN¡ª reclaman m¨¢s sanciones y m¨¢s severas. Estonia, Letonia y Lituania han puesto ya al l¨ªder autoritario y a otros 29 funcionarios bielorrusos en su lista negra y tienen vetado entrar en su territorio.
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