Un ¡®asesino¡¯ de acero invitado a las elecciones en Apulia
La ciudad italiana de Taranto alberga una colosal acerer¨ªa convertida en una bomba social que marca el debate de cara a los comicios de este domingo en la regi¨®n
La mayor¨ªa de las fachadas del barrio de Tamburi, en la ciudad de Taranto (Apulia), son de color rosa o gris¨¢ceo. Los vecinos las pintan as¨ª para que no se note el polvo de hierro rojizo y contaminante que desprenden los hornos de la colosal acerer¨ªa ILVA (hoy ArcelorMittal), la mayor de Europa, construida en 1960. El barrio naci¨® d¨¦cadas antes junto a un acueducto cuando la ciudad conservaba todav¨ªa el encanto pesquero y lleg¨® a tener unos 8.000 habitantes. Aqu¨ª ven¨ªan los residentes del centro a respirar aire m¨¢s puro. Hoy est¨¢ rodeado de naves abandonadas, chimeneas y f¨¢bricas. Tambi¨¦n de una cementera y una refiner¨ªa, que suelen producir una nube de contaminaci¨®n que ha elevado la mortalidad infantil y el n¨²mero de casos de tumores por encima de la media regional. El miedo y ese olor a muerte obligaron a muchos a hacer las maletas: hoy solo queda la mitad de la poblaci¨®n. Pero el problema se extiende a toda Taranto (195.000 habitantes), convertida hoy en un inc¨®modo elefante en el sal¨®n de las elecciones regionales que se celebrar¨¢n en Apulia (cuatro millones de habitantes), en el sur de Italia, el pr¨®ximo domingo. El candidato del Partido Democr¨¢tico (PD; centroizquierda), magistrado y actual gobernador, Michele Emiliano, y el de Hermanos de Italia (ultraderecha), Raffaele Fitto, mantienen un igualado pulso en el que evitan todo lo posible tocar este tema.
Tamburi est¨¢ rodeado de mastod¨®nticas cubiertas construidas para intentar evitar que las dioxinas vuelen por toda la ciudad. En 2012 un tribunal de Taranto oblig¨® a cerrar temporalmente la planta m¨¢s contaminante y arrest¨® a parte de sus directivos acusados de sobornar a t¨¦cnicos y pol¨ªticos para evitar los controles ambientales. Ocho a?os despu¨¦s una nube naranja sigue iluminando el cielo las noches de mayor producci¨®n. En la piazza del Ges¨´ Divino, Ignazio D¡¯Andria regenta su Minibar, un lugar de encuentro y laboratorio donde algunos vecinos se organizaron para recoger fondos para un departamento de oncolog¨ªa y hematolog¨ªa pedi¨¢trica en el hospital de Taranto. En la barra coinciden a menudo trabajadores de la acerer¨ªa ¡ªla mayor¨ªa sometidos a un ERTE¡ª y madres y padres de hijos con c¨¢ncer. Francesco, gafas de espejo negras y pendientes con brillantes, es uno de esos operarios se?alados. ¡°Claro que hay una fractura social. Es inevitable. Ellos est¨¢n en paro y con familiares enfermos y piensan que nosotros, en cambio, tenemos trabajo y somos quienes les envenenamos. Yo quer¨ªa tener una cocteler¨ªa en la playa de Jamaica, pero me ha tocado nacer aqu¨ª... Esto es lo que hay¡±.
Taranto, ba?ada por dos mares y con un enorme potencial tur¨ªstico sacrificado, es poco dada a los t¨¦rminos medios. Aqu¨ª o est¨¢s a favor o en contra de la acerer¨ªa, que multiplic¨® sus dimensiones en 1975 ¡ªsu superficie es el doble que la de la propia ciudad¡ª y hoy se encuentra en manos de una multinacional y a mitad de rendimiento. La planta industrial da empleo directo a unas 8.000 personas ¡ªllegaron a ser 14.000¡ª, de las que la mitad son tarantinos, y favorece el ecosistema de otras 4.000 que viven de las contratas. Alimenta al puerto y genera un tr¨¢fico mar¨ªtimo important¨ªsimo para la ciudad, convertida en una las grandes puertas italianas en el Mediterr¨¢neo. Taranto vive de su acero, pero m¨¢s de la mitad del PIB industrial de Apulia (el tac¨®n de la bota en el mapa de Italia) es tambi¨¦n fruto del efecto ILVA y ning¨²n gobernador ha afrontado con determinaci¨®n el conflicto entre trabajo y salud.
Massimo Castellana, de la Asociaci¨®n de Padres y Madres de Taranto, que lidera el activismo desde hace d¨¦cadas para cerrar la acerer¨ªa, a?ade un matiz a este supuesto dilema que el propio primer ministro, Giuseppe Conte, les plante¨® en agosto echando balones fuera. ¡°Es que nadie nos ha dado a elegir. La acerer¨ªa es una industria decidida desde Roma. ?Crees que alguien preferir¨ªa morir aqu¨ª a cambio de tener un trabajo? ?Para qu¨¦ queremos el empleo si no tenemos salud?¡±, se?ala en su casa mientras ofrece los datos oficiales publicados por el informe Sentieri, que analiza los fen¨®menos epidemiol¨®gicos y de prevenci¨®n.
La mortalidad infantil es en Taranto un 21% superior a la media regional; la incidencia de los tumores en ni?os de 0 a 14 a?os superar¨ªa en un 54% a la del resto de ciudadanos de Apulia y el exceso de muerte infantil ronda el 20%. Durante un tiempo se recomend¨® a las madres de Tamburi que no dieran de mamar a sus hijos porque encontraron restos de dioxina ¡ªel causante de dichas enfermedades junto a los benzopirenos¡ª en la leche materna. Los mismos an¨¢lisis detectaron plomo en la sangre de algunos ni?os, una sustancia que puede producir notables problemas cognitivos. La tierra est¨¢ envenenada tambi¨¦n y est¨¢ prohibido que los animales pasten en un radio menor a 20 kil¨®metros. Una situaci¨®n insostenible de la que todo el mundo es consciente, pero nadie en un pa¨ªs que acaba de ser nombrado sede de la Cumbre Mundial de la Salud en 2021 encuentra soluci¨®n. En el Ayuntamiento, por primera vez, asegura su alcalde, Rinaldo Melucci, se sienten respaldados por el Gobierno nacional.
El martes pasado el ministro de Econom¨ªa, Roberto Gualtieri, propuso un plan para reducir la dimensi¨®n de la planta y utilizar fondos europeos para convertirla en punta de lanza de la reconversi¨®n verde pomposamente denominada New Green Deal. ¡°El PD ha pasado de ser el partido que emit¨ªa decretos para salvar la ILVA a ocuparse de la gente¡±, defiende Melucci en su despacho, mientas compara la situaci¨®n de su ciudad con la que vivi¨® Bilbao con sus altos hornos hace una d¨¦cada. El Consistorio pretende destinar 1.000 millones de euros en los pr¨®ximos diez a?os a la reconversi¨®n de la ciudad, de los cuales un 30% ser¨ªan fondos europeos. Pero hay demasiados intereses fundidos en el acero, como tambi¨¦n apunta el l¨ªder del sindicato FIOM-CGIL en Taranto, Giuseppe Romano. La soluci¨®n que aportan los representantes de los trabajadores pasa por reducir el tama?o de la acerer¨ªa, eliminar el ciclo de aire caliente (el m¨¢s contaminante) y entrar en un plan necesario de prejubilaciones que aligere el peso de la empresa. Pero todo suena muy lejano a¨²n. Demasiado para que lo que se decida el domingo sea decisivo.
El resultado que salga de las urnas, se?alan todos los afectados, no resolver¨¢ el problema. Emiliano, el m¨¢s populista de los socialdem¨®cratas, gobierna en la regi¨®n desde 2015 y no ha hecho apenas nada. Su propuesta de descarbonizacion sigue siendo demasiado vaporosa. Y Fitto, una saltimbanqui de la pol¨ªtica ¡ªha sido tambi¨¦n miembro de Forza Italia y de otros partidos¡ª ya presidi¨® Apulia sin interesarse lo m¨¢s m¨ªnimo por este asunto. Un informe de la Fiscal¨ªa sostiene que la contaminaci¨®n provocada en tierra, agua y aire por la planta sider¨²rgica est¨¢ relacionada con 11.000 muertes en los ¨²ltimos siete a?os. En Tamburi durante un tiempo no pudieron ni enterrar o desenterrar a sus muertos por el nivel de contaminaci¨®n del cementerio, recuerda D¡¯Andria. As¨ª que ya no esperan nada: ¡°Esta guerra ya no la ganaremos¡±.
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