Llamando de noche a la puerta de una casa palestina
El Ej¨¦rcito practica 200 allanamientos al mes en Cisjordania, en su mayor¨ªa de forma desproporcionada y sin un objetivo militar, seg¨²n un informe de ONG israel¨ªes
Cuando alguien llama de madrugada a la puerta de una casa palestina en Cisjordania casi nunca es el lechero. Con una media de 200 allanamientos al mes, seg¨²n datos de Naciones Unidas, soldados israel¨ªes irrumpen sin orden judicial en moradas en territorio ocupado para detener sospechosos, efectuar registros en busca de armas, tomar una posici¨®n estrat¨¦gica o simplemente para ¡°mapear¡± su interior, es decir, husmear sobre qui¨¦n y c¨®mo vive en esa vivienda. ¡°La realidad de una ocupaci¨®n que dura m¨¢s de medio siglo difumina la distinci¨®n entre las acciones (militares) dirigidas a protegerse de un enemigo y las que solo sirven para mantener el control sobre la poblaci¨®n y suprimir cualquier tipo de resistencia civil¡±, resume el exsargento Avner Gvaryahu, director de Breaking The Silence (BTS, Rompiendo el Silencio), ONG de antiguos militares que cuestiona la ocupaci¨®n, el informe Una vida al descubierto: Los allanamientos militares de hogares palestinos en Cisjordania, presentado este domingo en Israel.
¡°Los soldados nos juntaron a todos los miembros de la familia en el comedor mientras ped¨ªan que mantuvi¨¦ramos la calma. Mis hijas mayores empezaron a gritar y el beb¨¦ rompi¨® a llorar¡±, recuerda el palestino H. A. la irrupci¨®n de las tropas en su casa en la aldea de Al Mughayir, en la provincia de Ramala, donde se hab¨ªan producido disturbios el 20 de mayo de 2018. Esa era su declaraci¨®n ante Yesh Din, ONG pacifista que junto con M¨¦dicos por los Derechos Humanos Israel ha participado tambi¨¦n en la investigaci¨®n. ¡°Mi mujer les dijo que ten¨ªa que amamantar al beb¨¦, y que no pod¨ªa hacerlo delante los militares. Entonces le trajeron una s¨¢bana para que se tapara¡±.
Es uno de los 234 testimonios de civiles palestinos y militares israel¨ªes entrevistados por las tres organizaciones que han elaborado Una vida al descubierto. La tensi¨®n y la violencia vinculadas a los allanamientos son patentes en el relato. ¡°Hab¨ªa cinco soldados que se quedaron toda la noche en la casa. De madrugada vino mi hermano a buscarme para ir al trabajo¡±, concluye H. A. ¡°No me dejaron hablarle, pero mi mujer le dijo a gritos que los militares estaban dentro de la casa. Uno de ellos le dio un culatazo en la nuca. Como segu¨ªa gritando, otro la enca?on¨® con su arma¡±.
En mitad de la noche (en nueve de cada diez investigaciones), los ni?os son despertados y junto con los adultos son arrinconados durante una media de casi dos horas en un solo cuarto (88% de los casos) bajo custodia. Mientras unos soldados abren cajones o armarios despu¨¦s de haber forzado la puerta de entrada (una de cada cuatro ocasiones), otros apuntan con sus armas a miembros de la familia (30%). Es la rutina para la potencia ocupante.
Los soldados israel¨ªes desplegados en Cisjordania que han prestado testimonio en el informe dan cuenta de operaciones sistem¨¢ticas destinadas a ¡°mostrar la presencia¡± de las tropas sobre el terreno. ¡°Muchas veces es solo un pretexto para recordar qui¨¦n tiene el control del territorio¡±, recuerda Gvaryahu, de 35 a?os. En una de sus misiones, como suboficial de una unidad de francotiradores, tuvo que intervenir de madrugada en una aldea de la provincia de Nablus en 2007. ¡°Lo que viv¨ª all¨ª me hizo ser consciente de que est¨¢bamos violando el santuario que para cada persona es su hogar¡±, explica. ¡°Fuimos a realizar un registro y, aunque no era necesario, rompimos una ventana con un fusil. Una anciana qued¨® tendida en el suelo, petrificada por el miedo. Fueron 20 segundos, pero me pareci¨® una eternidad¡±.
La forma en que se llevan a cabo los allanamientos prioriza las necesidades operacionales de los mandos militares ¨Co de los propios soldados sobre el terreno¨C frente a los derechos de los civiles, reza el informe, antes de concluir que se produce una sistem¨¢tica violaci¨®n de los deberes de las tropas israel¨ªes como fuerza ocupante, de acuerdo con el derecho internacional. Las irrupciones de fuerzas armadas en la intimidad del hogar causan adem¨¢s un impacto devastador en la salud mental de los palestinos, tanto menores como adultos, con secuelas de estr¨¦s postraum¨¢tico, ansiedad o trastornos del sue?o.
¡°El enemigo est¨¢ dentro de mi propia casa, amenazando a mis hijos, rompiendo mis cosas, y yo no puedo hacer nada. Es mi casa, pero me arrebatan la protecci¨®n que me ofrece por la fuerza de las armas¡±, es el testimonio de Hend Hemed, recopilado en 2019 en la localidad cisjordana de Silwad (note de Ramala) por la ONG M¨¦dicos por los Derechos Humanos Israel.
Pese a que el derecho internacional no proh¨ªbe expresamente la entrada forzosa en domicilios en territorios ocupados, la ley humanitaria de guerra exige a la potencia ocupante que no viole de forma arbitraria la seguridad de los civiles. Seg¨²n sostiene el informe, el Ej¨¦rcito israel¨ª recurre con frecuencia a los allanamientos de forma desproporcionada y sin un objetivo militar definido. ¡°Mapear, registrar una casa para recolectar datos de inteligencia militar est¨¢ justificado cuando hay que hacer frente a un enemigo durante un conflicto armado¡±, argumentan los investigadores, ¡°pero no cuando solo sirve para contener protestas o imponer la disuasi¨®n (de la resistencia civil). Es una pr¨¢ctica ilegal e inmoral, ya que en la gran mayor¨ªa de los caos no puede ser considerada como una acci¨®n de combate¡±.
Ariel Bernstein tiene 27 a?os. Conversa por videoconferencia mientras se aleja de la casa de su familia para que no se le escuche hablar de sus amargas experiencias durante el servicio militar obligatorio. En 2014 particip¨® en Halhul, alrededores de Hebr¨®n, en las operaciones de b¨²squeda de tres adolescentes israel¨ªes que hab¨ªan sido secuestrados poco antes de la ¨²ltima guerra de Gaza. ¡°?ramos 15 soldados registrando las aldeas. Entr¨¢bamos en casi todas las casas, sin criterio operativo¡±, recuerda. ¡°Irrump¨ªamos ante ancianos, ni?os y mujeres que estaban viendo la televisi¨®n por la noche¡±. Los gestos del joven muestran que los recuerdos no son buenos. ¡°En una ocasi¨®n, se dispar¨® la tensi¨®n al m¨¢ximo cuando un hombre nos pidi¨® algo con insistencia, de forma dram¨¢tica, pero como no habl¨¢bamos ¨¢rabe le contuvimos a punta fusil¡±, regresa a los detalles de un caso. ¡°Todos est¨¢bamos en estado de choque, aunque al final logramos entender qu¨¦ nos quer¨ªa decir: una persona mayor ten¨ªa que tomar sus medicinas con urgencia¡±.
La discriminaci¨®n del doble sistema legal
Las normas de la ocupaci¨®n sobre allanamientos de viviendas de civiles tienen un car¨¢cter esencialmente temporal, pero siguen en vigor desde hace m¨¢s de 53 a?os en Cisjordania. Rige un doble sistema legal para sus habitantes en funci¨®n de su identidad nacional, en particular en la llamada ?rea C (60% del territorio) bajo control exclusivo de Israel. La ley militar para los palestinos, de un lado, y la ley civil israel¨ª para los colonos de los asentamientos, de otro, en una ¡°sistem¨¢tica discriminaci¨®n¡± que ya fue constatada hace dos a?os por los representantes diplom¨¢ticos de los pa¨ªses de la UE ante Palestina, en un informe confidencial que alud¨ªa al r¨¦gimen sudafricano del apartheid.
Sarah Levy (nombre figurado a petici¨®n de la entrevistada), de 24 a?os, se muestra visiblemente nerviosa cuando rememora su primera noche de patrulla, en las inmediaciones de Hebr¨®n en 2016. ¡°Yo era instructora de tiro, pero me movilizaron; hac¨ªa falta una mujer para registrar a las palestinas en sus casas¡±. Con apenas 20 a?os tuvo que actuar en plena Intifada de los Cuchillos, la oleada de atentados con arma blanca que se prolong¨® entre 2015 y 2017. ¡°Por primera vez interven¨ªa fuera de los asentamientos de colonos en Hebr¨®n¡±, revive esta joven el aparente trauma que arrastra desde entonces. ¡°Mi misi¨®n consist¨ªa en buscar pu?ales ocultos bajo las ropas de las mujeres¡±, detalla. ¡°Luego les ped¨ªa perd¨®n en ingl¨¦s y en hebreo, pero en una situaci¨®n tan cargada de violencia y de miedo en realidad no sab¨ªa qu¨¦ decir¡±.
¡°Desde hace 18 meses, los soldados entran cuando quieren en los dos pisos superiores de mi casa, como si fuera la suya. Veh¨ªculos militares les traen agua y comida a cualquier hora del d¨ªa o de la noche¡±, lamentaba en 2016 Ghazi Shehadeh, vecino de Huwara (sur de Nablus), el abandono y la desposesi¨®n sufrida durante la prolongada violaci¨®n de su morada. Los investigadores de Una vida al descubierto llegan a la conclusi¨®n de que los allanamientos forman parte de una estrategia para reforzar el control militar, inspirar temor e influir sobre la futura conducta de la poblaci¨®n. La ley humanitaria internacional proh¨ªbe los castigos colectivos e intimidar a civiles sometidos a ocupaci¨®n. Para elaborar el informe, las tres ONG israel¨ªes han contado con la ayuda de la Uni¨®n Europea.
La ley no exige orden judicial previa, seg¨²n el Ej¨¦rcito
Las Fuerzas Armadas de Israel rechazan las tesis de informe. ¡°La entrada de fuerzas de seguridad en hogares de palestinos residentes en Judea y Samaria (nombres b¨ªblicos de la actual Cisjordania) se lleva a cabo de acuerdo con la legislaci¨®n aplicable en el ¨¢rea, que no exige orden judicial previa, y en funci¨®n del nivel de amenaza terrorista y de las necesidades operacionales¡±, precisa una nota de los portavoces castrenses para la prensa extranjera.
¡°Los principales fines son operacionales y de seguridad, para impedir actividades terroristas contra objetivos israel¨ªes. En estas operaciones cientos de terroristas han sido detenidos y se han aprehendido muchas armas y explosivos, as¨ª como fondos¡±, agrega la oficina de prensa militar. ¡°El Ej¨¦rcito adopta estas medidas de acuerdo con la ley internacional y con pleno respeto a los derechos civiles y la dignidad de los residentes. La acusaci¨®n de que las entradas en hogares palestinos en Cisjordania se efect¨²an sin sospechas espec¨ªficas es completamente falsa¡±, asevera.
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