Decenas de heridos en una noche violenta en Beirut
Los manifestantes secundan "una semana de rabia" contra la incapacidad de los pol¨ªticos de formar Gobierno
Beirut ha vivido en la noche del s¨¢bado su jornada m¨¢s violenta entrado el cuarto mes de protestas antigubernamentales. ¡°Se nos acab¨® la paciencia y se acab¨® el plazo que le dimos hace una semana a los pol¨ªticos¡±, sentencia un joven antes de romper unos adoquines y liarse a pedradas contra una fila de polic¨ªas antidisturbios. Los manifestantes han declarado ¡±una semana de rabia¡± contra la ¨¦lite pol¨ªtico-econ¨®mica que gobierna el pa¨ªs y que desde hace tres meses no logra formar un nuevo Gobierno al quedar enfrascada en un mercadeo de carteras y candidatos.?
Al menos 220 personas han resultado heridas y docenas de personas, arrestadas, durante los choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad. ¡°Estamos en alerta m¨¢xima y tenemos 18 unidades m¨®viles que han atendido a 100 personas en el terreno y trasladado a 65 a los hospitales¡±, resume Rodney Eid, portavoz de la de la Cruz Roja libanesa. ¡°Hay heridos de todo tipo, por asfixia o golpes, y el balance incluye polic¨ªas y civiles¡±, apostilla. Cientos de libaneses han acudido a Beirut desde diferentes ciudades del pa¨ªs para protestar frente al Parlamento. ¡°La gente no tiene para comer, y no pueden pagar los hospitales¡±, protesta una mujer llegada de la norte?a ciudad de Tr¨ªpoli. Como el resto, acusa a la ¨¦lite gobernante desde hace 30 a?os, gracias a un peculiar sistema confesional y de reparto de cuotas, de saquear al pa¨ªs y de llevarlo a la quiebra. Piden su reemplazo por un Gobierno de tecn¨®cratas.
Un amplio despliegue policial ha impedido que los miles de ciudadanos congregados pudieran llegar al hemiciclo y repelido a las primeras filas a golpe de ca?ones de agua. Lo que ha provocado una lluvia de piedras como respuesta. El centro de la ciudad ha quedado totalmente sumergido en una irrespirable nube de gases lacrim¨®genos bajo la que durante horas las fuerzas de seguridad han perseguido a los manifestantes por centros comerciales y c¨¦ntricas avenidas. Entre vitrinas de tiendes de Herm¨¦s o de Louis Vuitton, refinadas transe¨²ntes cargadas con bolsas de compras han atendido a j¨®venes descamisados incapaces de respirar o con el torso amoratado por los porrazos. ¡°No tenemos trabajo, no podemos pagar los estudios, esto es una revoluci¨®n de los pobres contra los pol¨ªticos ricos y corruptos¡±, grita uno de los j¨®venes.
Estos enfrentamientos ocurren transcurridas apenas 48 horas desde que la ministra del Interior, Raya el Hassan, hubiera de disculparse p¨²blicamente por ¡°el exceso de violencia policial¡± contra manifestantes y periodistas. El abuso de la fuerza ha provocado la indignaci¨®n popular. ¡°Pedimos a las fuerzas del orden que respeten este lugar y no crucen las puertas¡±, se o¨ªa entrada la noche desde los altavoces del minar de la conocida mezquita de Mohammad Al Amin, donde mujeres, ni?os y ancianos hab¨ªan buscado refugio huyendo de batalla campal.
J¨®venes de entre 20 y 30 a?os, entre ellos docenas de mujeres, han arremetido a patadas contra cajeros y reventados las cristaleras de bancos en lo que se ha convertido un ataque sistem¨¢tico contra las instituciones bancarias que han impuesto un control informal de capital en el pa¨ªs tras que la libra libanesa se haya devaluado en un 60%.
La desesperaci¨®n frente al deterioro econ¨®mico, la perdida de empleo con el cierre de negocios y un vaticinado colapso financiero ha unido a j¨®venes de diferentes confesiones que hace apenas dos meses se enfrentaban a palos en las calles. Unidos en la violencia contra las fuerzas del orden, j¨®venes sun¨ªes llegados de Tr¨ªpoli han cerrado filas junto con j¨®venes llegados de la barriada chi¨ª de Beirut de Dahie, y feudo de Hezbol¨¢. ¡°Est¨¢bamos contra las manifestaciones, pero ahora es contra los bancos que no nos dan nuestro dinero y nos est¨¢n robando¡±, dice un joven bajo el nombre de Ibrahim, desempleado a los 23. La mayor¨ªa de ellos cobra por jornada de trabajo y nunca ha pisado este c¨¦ntrico barrio, concurrido habitualmente por la ¨¦lite del pa¨ªs, por lo que muchos piden indicaciones y otros acaban perdidos para ser arrestados por polic¨ªas.
El 30% de libaneses vive bajo el umbral de la pobreza, seg¨²n cifras de la ONU. La crisis econ¨®mica amenaza con sumergirles en la pobreza absoluta conforme los negocios cierran, los salarios se reducen a la mitad y las tradicionales ayudas de partidos y clanes confesionales no llegan para hacer frente a unos productos b¨¢sicos cuyos precios han aumentado en un 25%. ?D¨®nde est¨¢ el Ej¨¦rcito? ?Por qu¨¦ no nos protege de la polic¨ªa?, grita un grupo de manifestantes ante el avance de la polic¨ªa. ¡°Se acab¨® lo de manifestaciones pacificas¡±, zanja uno de ellos.
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