Trump lanza una ofensiva en Twitter para evitar que comparezcan testigos en el juicio del ¡®impeachment¡¯
El presidente bate su r¨¦cord de tuits en un d¨ªa mientras los dem¨®cratas presentan en el Senado los argumentos para destituirlo
Nada es normal en un juicio al presidente de Estados Unidos. El tribunal es el Capitolio, el jurado son los senadores, los fiscales son congresistas, y el acusado no est¨¢ en la sala. De hecho, en los primeros d¨ªas, Donald Trump estaba al otro lado del Atl¨¢ntico cuando los senadores se sentaban para deliberar sobre su destino. Pero eso no significa que renuncie a hacerse o¨ªr. El mi¨¦rcoles, bati¨® su propio r¨¦cord de tuits atacando a los dem¨®cratas. Tras meses despreciando el proceso, la Casa Blanca pasa a la ofensiva.
A las 16.25 del mi¨¦rcoles, con solo tres horas transcurridas de la segunda jornada del juicio, Trump llevaba 125 mensajes, entre tuits originales y retuits, pulverizando la anterior marca que estableci¨® el pasado 12 de diciembre, d¨ªa en que la C¨¢mara baja aprobaba los art¨ªculos del impeachment. Este jueves ha continuado la tormenta tuitera.
Desde Davos, en los Alpes suizos, donde asisti¨® al?Foro Econ¨®mico Mundial, el presidente insult¨® a los gestores del impeachment, el grupo de congresistas que ejerce de acusaci¨®n, mientras estos empezaban a exponer su caso contra ¨¦l. Y asegur¨® a los periodistas que lamentaba no estar personalmente en el Senado para sentarse ¡°en la primera fila¡± y mirar a ¡°los rostros corruptos¡± de los dem¨®cratas.
Hasta ahora, de cara a la galer¨ªa, el presidente ven¨ªa defendiendo que todo sigue igual. Que lo que sucede en el Capitolio no es m¨¢s que una guerra pol¨ªtica que ¨¦l est¨¢ ganando. ¡°Ni siquiera da la sensaci¨®n de que estoy siendo objeto de un impeachment¡±, dec¨ªa a mediados de diciembre, en un auditorio lleno de ac¨®litos en Battle Creek, Michigan, a mil kil¨®metros del epicentro de las maniobras para destronarlo.
Pero, ahora, su tormenta tuitera y sus furiosas declaraciones tienen un com¨²n denominador: el 53. El n¨²mero de senadores republicanos, el de los votos que necesita para que el juicio siga fiel al guion que ha escrito con Mitch McConnell, l¨ªder de la mayor¨ªa republicana. Los dem¨®cratas necesitar¨ªan 20 votos republicanos para destituir a Trump, algo pr¨¢cticamente imposible, pero con solo ara?ar cuatro a esos 53 podr¨ªan llamar a testigos y solicitar m¨¢s documentos que pondr¨ªan en apuros al presidente.
McConnell, en un ins¨®lito desaf¨ªo a la separaci¨®n de poderes, prometi¨® una ¡°coordinaci¨®n total¡± con la Casa Blanca en el juicio. Y Trump ha dicho en televisi¨®n que le gustar¨ªa ¡°una absoluci¨®n r¨¢pida¡±. Pero, al menos en los primeros d¨ªas, la defensa ha renunciado a presentar una moci¨®n para votar por la absoluci¨®n inmediata del presidente, algo a lo que tiene derecho. Eso no quiere decir que no vayan a hacerlo en los pr¨®ximos d¨ªas, pero los l¨ªderes republicanos en el Senado han advertido de que probablemente perder¨ªan esa votaci¨®n en este momento del proceso.
Los dem¨®cratas suavizaron su tono ayer, despu¨¦s de una ins¨®lita reprimenda la madrugada del mi¨¦rcoles del juez John Roberts, presidente del Tribunal Supremo al que la Constituci¨®n encarga la supervisi¨®n del juicio en el Senado. Jerry Nadler, uno de los congresistas dem¨®cratas que ejerce de fiscal, que ofendi¨® los senadores republicanos tach¨¢ndolos de ¡°desleales¡± la madrugada del mi¨¦rcoles, agradeci¨® despu¨¦s su ¡°escucha templada¡± y su ¡°paciencia¡±.
As¨ª, la agresividad la pusieron el presidente y los republicanos, escalando sus ataques a los legisladores dem¨®cratas que presentaron el caso, a los que Trump lleg¨® a calificar en Twitter de ¡°depravados¡± y ¡°deshonestos¡±. Fuera de la c¨¢mara del Senado, durante los recesos, los republicanos criticaban el proceso y aseguraban que la exposici¨®n de los dem¨®cratas no les ofrec¨ªa nada nuevo. El l¨ªder de la minor¨ªa dem¨®crata, Chuck Schumer, recog¨ªa ayer el guante. ¡°Los republicanos dicen que no escucharon nada nuevo. Pero el martes votaron nueve veces para no escuchar nada nuevo. Si quieren cosas nuevas, hay muchas. Voten con los dem¨®cratas para pedir m¨¢s testigos y documentos¡±, propuso.
?Las tornas cambiar¨¢n cuando los abogados del presidente tomen la palabra. Hasta ahora, dadas las reglas del juicio, no han podido contestar en la sala a los dem¨®cratas, que cuentan con un total de 24 horas, a lo largo de tres d¨ªas, para exponer su caso. No tiene que agotarlos. En el impeachment a Bill Clinton, por ejemplo, no utilizaron todo su tiempo. Pero todo indica que lo har¨¢n, y que la exposici¨®n inicial de la defensa arrancar¨¢ ma?ana y se prolongar¨¢, tras un receso el domingo, hasta la semana que viene.
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