El soberano impotente
Todo refer¨¦ndum tiene al menos cuatro ¨¢ngulos muertos. El Brexit es la demostraci¨®n pl¨¢stica de los peligros que acompa?an a este tipo de convocatorias con las que se pretende la perfecci¨®n del ideal democr¨¢tico
El refer¨¦ndum ha sido el instrumento decisivo en toda esta historia de 47 a?os. Sirvi¨® para el ingreso en 1975 y ha servido ahora para el divorcio. Este tipo de consultas son un arma excepcional, especialmente en la patria de la democracia representativa, donde el Parlamento es el ¨²nico lugar de la soberan¨ªa, sin referencia a una Constituci¨®n escrita, y por tanto una especie de poder constituyente permanente y abierto.
El Brexit es la demostraci¨®n pl¨¢stica de los peligros que acompa?an a este tipo de convocatorias con las que se pretende la perfecci¨®n del ideal democr¨¢tico. Seg¨²n Pierre Rosanvallon (Le si¨¨cle du populisme, Seuil, 2020), todo refer¨¦ndum tiene al menos cuatro ¨¢ngulos muertos. Disuelve, primero, la noci¨®n de responsabilidad pol¨ªtica, tanto respecto a quienes lo convocan, y luego se lavan las manos sobre una decisi¨®n que no controlan, como sobre la aplicaci¨®n de la decisi¨®n. En segundo lugar, mezcla dos conceptos distintos: la decisi¨®n, limitada a los efectos inmediatos, y la voluntad pol¨ªtica, estrat¨¦gica y proyectada en la gesti¨®n del tiempo por los Gobiernos. En tercer lugar, margina la deliberaci¨®n democr¨¢tica, absorbida por la propaganda. Y finalmente, sacraliza el principio mayoritario hasta el punto de convertir la decisi¨®n ¡ªuna vez, un d¨ªa¡ª en irreversible.
Los tres a?os transcurridos desde el refer¨¦ndum hasta hoy desnudan estos cuatro ¨¢ngulos muertos. Si ha sido dif¨ªcil que alguien se responsabilizara y gestionara el resultado, al final Boris Johnson ha conseguido aplicarlo con el convincente argumento de que hab¨ªa que terminar de una vez con el calvario. Nada hay que se parezca a una estrategia, por m¨¢s que lo enmascaren los ensue?os globales, los para¨ªsos al estilo de Singapur o las difusas e incre¨ªbles promesas de Donald Trump sobre el oro a extraer de la relaci¨®n especial con Estados Unidos. Esta cuesti¨®n, como casi todo el ruido que rodea al Brexit, enlaza con la pobreza deliberativa que acompa?a a las consultas, como sabemos de sobra en Espa?a.
Nace un nuevo reino quiz¨¢s desunido y est¨¢ naciendo una nueva Europa quiz¨¢s dominada tambi¨¦n por la desuni¨®n
El futuro de Reino Unido, su propia unidad como pa¨ªs, es un misterio. Otro misterio es la relaci¨®n a partir de ahora con el continente europeo, donde Londres siempre ha jugado a la geopol¨ªtica de la divisi¨®n para mantener su hegemon¨ªa. Tambi¨¦n lo es la capacidad de resistencia de la Uni¨®n Europea a una relaci¨®n que ser¨¢, como menos, duramente competitiva. Lo ¨²nico seguro es que nada ser¨¢ como antes, en ning¨²n lado del canal. Nace un nuevo reino quiz¨¢s desunido y est¨¢ naciendo una nueva Europa quiz¨¢s dominada tambi¨¦n por la desuni¨®n.
La decisi¨®n referendaria adquiere un inevitable car¨¢cter constituyente e irreversible. No tiene marcha atr¨¢s. Ya se ha visto con la imposibilidad de un segundo refer¨¦ndum, que solo los escoceses pretenden leg¨ªtimamente. Si estamos es un momento constituyente, Escocia tambi¨¦n tiene derecho a constituirse en sus propios t¨¦rminos. Se?ala Rosanvallon que ¡°el pueblo como cuerpo c¨ªvico es por su construcci¨®n irresponsable puesto que es la potencia creadora de un orden pol¨ªtico¡±. A falta de responsabilidad, deliberaci¨®n y estrategia, deviene soberano impotente, al albur del talento autoritario de quien quiera manejarlo.
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